-Yes sir

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-Y así es como va la ecuación.- Shiro explicaba mientras Keith lo observaba de reojo sin prestar mucha atención al libro.- Una vez que le pillas el truco es más sencilla de utilizar la... ¿Oye me prestas atención?

-Si señor.

-Mis ojos están aquí, Keith. -suavemente habló, suave debían de sentirse esos labios en los propios, en su cuello, en sus mejillas. Suave era en lo que podía pensar el de ojos violáceos, mejillas sonrojadas, ojos rasgados ¿eso era delineador?

-Si señor...

Shiro volteó los ojos, era la tercera vez que trataba de explicarle el mismo ejercicio a Keith y aunque intento no podía concentrarse el otro muchacho, solo que con decir que ni se había dado cuenta de que era el mismo ejemplo que le había colocado veces anteriores. El libro tenía un borrón donde había hecho anteriormente el ejercicio. Suspiró y tomó el borrador para ir por el cuarto intento,

-Creo que es mejor que nos tomemos un descanso.

-Si señ--

-No digas eso otra vez, por favor.- se levantó dispuesto a ir por algo de beber. -¿Quieres algo?

-Ah si.- Tus labios, sobre los míos.- Agua esta bien, leeré un poco lo que me explicaste mientras.

-Bien ya regreso.

El mayor se alejó saliendo al pasillo, ese chico lo iba a volver loco, si de por si ya notaba la tensión entre ambos el no hacía nada para mejorarlo, lo único que hacían cuando se reunían a "estudiar", era eso, mirarse y rozarse en cuanto tuvieran la oportunidad, ya sea un toque de dedos, un choque de hombros leve o el hecho de que el que invitaba a hacerle esos pequeños toques era el mismo Keith, pero el de ojos violáceos nunca había iniciado un contacto. Al parecer le bastaba con observarlo sin decir alguna palabra que lo distrajera de contarle cada uno de los vellos de la piel, sí así de acosado se sentía con Keith pero no es que no le gustara todo lo contrario.

Apoyó las caderas contra la encimera  y soltó un suspiro, de acuerdo iba a actuar por impulso por una vez justo como Keith se iba a los golpes cuando niños, solo que esta vez sería un K.O. directo al dueño de ojos violáceos (o eso esperaba él). Abrió la nevera tomo dos botellitas de agua y las llevo a la pequeña sala del apartamento.

Colocó ambas botellitas en la mesa apartadas de los libros y obligó a Keith a darse la vuelta, que lo miró con los ojos bien abiertos en desafío, a saber que habrá estado pensando.

-Shiro ¿hay algún problema? Te ves alterado. -Suave y sutil, Keith no era precisamente alguna de esas dos pero estaba bien, el era más del tipo directo y sin anestesia, pero en cuanto se trataba de emociones que ni fueran la ira o alguna semejante era torpe.

- Si señor. - Shiro acercó sus manos al rostro del otro y pasando una por detrás de su cabeza hasta alcanzar la nuca, acariciando con calma el cabello de allí y tirando hacia delante, a centímetros de el rostro con expresión de poema y mejillas suaves rojas, dudó, dudó por un segundo de hacer lo iba a hacer. Keith no lo dejo, cerró los ojos con fuerza y agarrando la camisa del otro lo movió hacia su cara propia chocando labios con nariz y soltando un quejido.

Shiro río moviendo sus manos a los laterales de las mejillas de Keith rozando sus pulgares contra la piel caliente y las pestañas delicadas le besó la nariz como una mariposa, para bajar a sus labios y juntarlos en un beso calmado y superficial.

- ¿Me prestaras atención ahora? -susurró besando y tocando su frente con la de Keith que se negaba a abrir los ojos aún.

- Si... Señor. - abrió por fin sus ojos y le dió un tope a Shiro con la frente que le dejo doliendo. - La próxima... No será tan fácil como esta.

"Shiro loves you baby"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora