Lo había visto sin camisa, muchas veces, tantas que había detallado su espalda con uno que otro lunar perfectamente pintado y oscuro, sobre el omoplato, a unos cuantos centímetros de la columna y bajando un par hasta el lado derecho de sus caderas. No es que fuera un sin vergüenza pasándose de acá para allá sin ropa, para nada, solo que luego de los entrenamientos se quedaba sin algún tipo de prenda superior por culpa del sudor. Si la culpa la tenía el sudor, si claro, por eso se le quedaba viendo fijamente, no le podía echar la culpa a otra cosa aparte del calor que hacía, si, si seguro.
Ni Keith se la creía, pero no tenía nada más que hacer cuando Shiro le obligaba a descansar a menos que cayera rendido como un par de veces, sí, antes de conocer al mismo don señor líder nato.
El punto es que después de acostumbrado a ver al mayor en solo pantalones había sido parte de su vida de estudiante en la academia Garrison.
Todo cambió después de que lo dieran por muerto en la misión Kerberos, y de que los Galra le habían torturado y obligado a luchar por su vida volviéndose el campeón. Las heridas que había sufrido durante ese año de perdido, se notaban por más fina que fuesen o manchas blancas rojizas casi imperceptibles a los demás pero Keith lo conocía bien como para que don señor líder nato no quisiera alterar a sus amigos dentro del castillo. Mucho menos que Pidge se enterara que algunas de esas, principalmente una de las que le atravesaba de la espalda al torso pasando por su cintura, fue por proteger a su querido hermano Matt.
Ese chico que era sólo unos años mayor cargaba con la pesadez de las cuales un anciano se quejaría, pero él tan joven que era, no. Llevaba a cuestas muchas cicatrices que le pudieron haber matado y eran un recordatorio fijo de lo que había vivido.
La cosa era que Takashi -como lo llamaba Keith en su cabeza- no había vuelto a quitarse su camisa delante de nadie a menos que fuera necesario, ni siquiera enfrente del chico que solía decir ser su estrella -aún lo era pero ya no lo mencionaba tanto, cursi, lo sabia- Ahora la tela que traía siempre pegada al cuerpo no dela quitaba en los entrenamientos, ni aunque esta se le pegara cambiando de color a uno más oscuro gracias al sudor, bendito sudor, su cuerpo pedía a gritos que lo hiciera pero no lo hizo ni una vez.
Solo en la intimidad de su habitación había podido ver solo un par de veces como los lunares y pequeñas pecas esparcidas fueron totalmente borradas de su viva piel cambiando a lo que eran ahora dolorosos recuerdos, pero que volvería a obtener de ser necesario por alguien como Keith o sus amigos, algo a lo que proteger. Keith lo sabía el chico de la cicatriz en la nariz que le había quitado su corazón yacía bajo esa piel rojiza o manchada, no importaba que tan profundo o cambiante fuera siempre sería su estrella igualmente.
Delineaba figuras inexistentes en sus hombros, espalda y torso pasando sus dedos delicadamente -cosa que él no era- a través de cada una y Shiro besando su frente ante la única cicatriz que se posaba sobre su sien.
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"Shiro loves you baby"
FanfictionLista de one-shots con un Shiro y un Keith que merecen ser felices, bye. ~ ❤