Haircut

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-¿Quieres que te corte el cabello?

-¿Perdón? -volteó Keith con una ceja alzada. -¿Cortarme el cabello, dices?

-Si, se nota que molesta en tu rostro cuando entrenas.

-No te dejaré acércate a mi cuello con tijeras y tu pésimo pulso, Shiro. - negó con una mano y se dispuso a seguir con lo que hacía.

-Vamos, yo corto el mío. No he pasado de más de un par de cortadas leves. -se encogió de hombros y tocó las puntas del mechón de su frente.

-Já. Eres preciso con varias cosas pero no con tijeras.

Takashi se aproximó a Keith y lo tomó en sus brazos en un abrazo apretado más como que lo apretujaba fuerte, se inclinó para que los pies de Keith no tocaran el piso de la sala de entrenamiento. El de ojos violáceos se sacudió como pez fuera del agua, logró hacer que Shiro solo se tambaleara un par de pasos. Todavía esa era una costumbre que de la cual no se adaptaba del mayor, era alguien a quien le gustaba mucho el contacto físico sin llegar a ser vergonzoso, era del tipo de palmadas en la espalda, toques de manos, abrazos ridículos y pellizcos en las mejillas, sip, justo como una abuelita se decía Keith.

-¡Shiro sueltame! Te apuñalaré con el lápiz sino me bajas. -trato de encararlo y solo notó una sonrisa a medias. Pego la parte posterior de su cabeza con cabello liso para hacerle cosquillas en el rostro.- ¡Bájame!

-¡Acepta el corte gratis! - se movió apenas. Cuando habló comió pelo y tosió. -O piénsalo mientras usas una cola de caballo.

-¡Eso nunca lo verás! - como pudo se dió la vuelta entre los brazos de Shiro. Se arriesgaría a ser impulsivo, algo normal en realidad. - Bájame o sino...

-¿O sino? -alzó la barbilla desafiando al muchacho. -No puede ser tan malo.

Y Keith cumplió le dió un beso de golpe en donde pudo y luego un cabezazo en la frente. Vamos, no se arrepentiría nunca de haber besado a su superior, el gran señor Shirogane Takashi, gracias al cielo sabía que bateaba al otro lado. Ahora el corte no le parecía tan malo, sabía que Shiro sí le obligaría a usar una colita de caballo con tal que siguiera adelante con las prácticas de media noche.

-Bien jugado, Keith. -se tocó la frente donde estaba rojo un chichón. -Y el beso... Se que lo puedes hacer mejor.

-Esta bien, te dejaré cortarlo. -un silencio los rodeó, el más joven tomó con sus dedos la mano de Shiro.- Sólo no hablemos del beso.

-No te pongas así. -le revolvió el cabello con una sonrisa ladeada.- Que tal si mejoramos la cara y te corto el cabello.

-Suena bien.

Y le dió justo en su corazón, ya, no habían balas que superarán la que Keith le había lanzado ese día con la cara sonrojada, una sonrisa a medias  y los ojos violáceos desviados tomando su mano.

"Shiro loves you baby"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora