Después que mi triste vida diera un vuelco de 360 grados decidí que era el momento adecuado para rendirme en la oscuridad, ya que nadie nunca iba a quererme, y si, ese día fue lluvioso porque entregué mi alma a la soledad, pues ya estaba acostumbrada a permanecer entre las sombras y hoy se cumplían 2 años desde que mi madre y hermana mayor me internaron en ese espantoso lugar sin piedad, pues ya tenía 9 años de edad y ahora era toda una preadolescente, ya que mi primer periodo llegó.
Por más que tuviera algo de esperanza e ilusión de que mi madre se arrepintiera y me rescatara de ahí siempre caía de frente, pues eso jamás sucedió en casi 8 años y mi autoestima se vino abajo por culpa de aquel inservible tratamiento que me dejaba atontada & mareada, por lo tanto creía que estaría completamente sola por el resto de mi vida ahí dentro, pues los doctores eran muy crueles y hasta desaparecían personas en estado incurable de su demencia, no obstante, yo no estaba loca, solo habían sido unos estúpidos recuerdos "sin sentido" alguno que vinieron a mi en un muy mal momento.
Mi actual condición mental aunque se encontraba sana ya comenzaba a perturbarme, pues el tomar pastillas e inyectarme sueros para la supuesta Esquizofrenia provocaba que permaneciera como un legítimo zombi todo el tiempo, ya que nadie pudo ver que en realidad yo no debía estar ahí encerrada porque mi estado no era de locura sino de sufrimiento pasado que se fue acumulando en mi pobre alma durante muchos años, más por ende, cuando tomé la decisión de dejarme caer en la depresión mientras seguía fingiendo locura hubo un alma angelical la cual al fin logró identificar de que yo no estaba loca en realidad, pues se trataba de una excelente psicóloga que descubrió que yo estaba ahí por culpa de un gravísimo error.
—¿Hola?, ¡Ohhhh!, ¡JESUCRISTO!, mi amor, ¿Cuántos años tienes, pequeñita? —Preguntó de pronto una dulce mujer frente a mi, la cual estaba vestida de color rosa pálido y traía algunas paletas para repartir.
—... ¿Cómo?, ¿A caso me llamó pequeñita?, ¡Ohhhh!, ¿Usted me quiere de verdad?, ¡Dios!, ¿No estoy alucinando por tantas medicinas o es acaso que ya morí? —Pregunté con alegría y algo de duda, pues estaba realmente sorprendida.
—¡Ja, ja, ja!, ¡Claro que no has muerto, querida niña!, y si, yo soy muy real, o eso creo, ¡Uff!
—¡Pero yo estoy loca!, ¡Soy un estorbo en la vida de muchas personas y de hecho hoy iba a quitarme la vida antes de que usted apareciera!
—¡Ohhhh!, ¡Qué estupideces dices!, ¡Tú no eres un estorbo y mereces vivir mucho más!, ¡Ah si!, déjame decirte que yo si te quiero y mucho, ahora, si me permites, ¿Cómo te llamas, preciosa princesita?
—¡No lo puedo creer!, ¡Eres un ángel de verdad!, ¡Gracias a Dios!, y si, tengo 9 añitos y me llamo Alejandra Druvalet, ¿Y usted? —dije un tanto asustada mientras que me ocultaba un poco, pues en ese lugar aquella mujer podía ser una trampa.
—¡Mucho gusto!, mira, yo soy Katherine Campbel y trabajo aquí con las personas, ¡Ohhhh!, ¡Dios!, ¡Esto es increíble!, ¿Cómo es que tus padres pudieron hacerte esto siendo tan pequeña?, ¿Y qué tienes?, si se puede saber, porque tú eres la única niñita que vive aquí y te veo mal.
—... Dicen que es Esquizofrenia, pero yo se que no es así porque veo y puedo oír cosas muy extrañas pero son como recuerdos y créame que he visto a los esquizofrénicos muy de cerca, ¡Ellos no son capaces ni de saber su verdadero nombre, en cambio yo si!, ¡Me llamo Alejandra Druvalet!, ¡Uff!, ¡Se que no estoy loca!, ¡Ay Dios!, ¡AYÚDAME A SALIR DE AQUÍ, Katy! —dije llorando muchísimo mientras que me ponía de rodillas frente a ella, ya que le supliqué que me sacara de ahí.
—¡No!, ¡Yo me refería a tu salud!, ¡Mi amor estás muy pálida!, ¡Ohhhh!, ¿Acaso te sientes mal?
—... Si, pero nadie me toma enserio.
—Okey, definitivamente tú eres muy pequeña para estar aquí dentro, y sí, te ayudaré con todo gusto para que se demuestre que no eres esquizofrénica... Mira, yo soy psicóloga, estoy haciendo mi práctica final para hacer mi tesis así que me tendrás acá por 6 años más, ¡Ah!, no te preocupes Alejandrita, ¡Yo si te protegeré! —aseguró Katherine con una gran sonrisa, ya que me ofreció su ayuda sinceramente y yo acepté porque estaba agotada de no tener a nadie que me entendiera.
—¿6 años?, ¿Enserio estarás tanto tiempo aquí?, ¡Ohhhh!, si, lo vuelvo a decir, ¡Tú eres el ángel que tanto le pedí a Dios con lágrimas y heridas en mi corazoncito todo este tiempo!, ¿Y sabes que?, ¡Si necesito ayuda de un doctor, pues me he desmayado desde que tengo memoria y la verdad tengo mucha taquicardia y me canso muchísimo más rápido que los demás acá dentro y por eso me castigan por hacerme "la floja" cuando eso no es verdad!, ¡Ay Katy!, ¿Tú si me llevarás donde un buen doctor que me cure al fin? —dije hallándome un tanto asustada, pues mis manos temblaban debido al miedo que sentí tras confesarme con Katherine.
—¡Ay mi amor!, ¡Claro que si te llevaré con un verdadero doctor!, ¡Uff!, ¿Enserio te han dicho que solo es flojera de tu parte?, ¡Dios!, mira, te confesaré algo más... Yo también soy enfermera por amor a los demás y desde ahora seré tu mejor amiga, te abrigaré cuando tengas frío y además revisaré tu corazoncito si me lo permites, ¿Estas asustadita?, ¡No te preocupes!, no dolerá.
—¡Ohhhh!, Katy, ¡Enserio eres una súper heroína!, y si, tengo mucho mied, pues algo me dice que mi corazoncito no está bien. —aseguré con algo de escalofríos, pues de verdad me hallaba alterada.
—¡Shhh!, ¡Cálmate mi niña!, ¡Yo demostraré que tú no estas loca, ya lo verás!, bien, de acuerdo, ¡Aquí voy!, y calma, solo te haré un rápido chequeo, no te asustes. —aseguró Katherine con una linda sonrisa y un delicioso dulce, pues sacó su estetoscopio para revisarme.
—¿PERO QUÉ RAYOS?, no, ¡Esto para nada es normal!, ¡Dios mío!, ¡Alejandra, nena, quédate quieta!
—¿Qué sucede Katy?, ¿Qué sentiste?, ¡AHHH!, ¡Me dolió mucho cuando presionaste ahí!
—Okey, ¡Si te tengo que llevar a emergencias pero YA! —afirmó Katherine muy preocupada.
—Katy, ¿Qué sucede?, ¿Estoy bien o mal?, vamos, ¡Dime ya por Dios!, ¡Ohhhh!, ¿Dijiste emergencias?, ¿Pero por qué?, ¿Es para tanto? —Pregunté de pronto tras estar muy asustada y con ganas de llorar.
—... Mi niña, tenías toda la razón, ¡Tu corazoncito no está para nada bien pues tus latidos son completamente irregulares y hay algunos que están perdidos!, ¡Ohhhh!, ¡Te puedes morir mi amor! —aseguró Katherine con una expresión de preocupación, ya que yo era muy pequeña.
—¿Pero qué me sucede Katherine?, ¡Ay no!, ¿Acaso djiste que puedo morir? —Pregunté aún más asustada que nunca, ya que me hallaba muy sorprendida cuando escuché la verdad de mi condición.
—Si, ¡Puede que ya no te quede mucho tiempo de vida!, ¡Creo que tu corazón tiene un problema bastante grave y me imagino que la heredaste de alguno de tus padres en el momento en que naciste o empeoró porque tomas un tratamiento innecesario!, ¡Ohhhh!, entonces, ¿Ya estás lista para salir al mundo real que te arrebataron sin piedad?, ¡Yo te apoyaré siempre! —dijo Katherine mientras que me sostenís de la mano fuertemente, pues iba a apoyarme en lo que me fuera a sucecer.
—¡Si Katy!, ¡Estoy lista!, ¡Todo sea por mi salud y por no regresar a este mugriento y tétrico lugar en lo que me queda de vida! —dije con una pequeña sonrisa acompañada de lágrimas, pues estaba enferma y solo pensaba en que moriría pronto.
...
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Heridas Del Alma©
Teen FictionAlejandra Druvalet era una niña infeliz por culpa de sus padres así que vivirá un cambio del destino que la llevará hasta abismo y la fría muerte. 📌💔📌💔📌 💔 Se dice que un padre no es quien engendra sino el que educa, sin embargo, aquí ninguna...