C32:Aún no te enseño mi último poder

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—No entiendo como es que Grecia ha entendido todo a la perfección y, no le importo— suspiro, sonriéndole a Scott 

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—No entiendo como es que Grecia ha entendido todo a la perfección y, no le importo— suspiro, sonriéndole a Scott 

—para algunas personas no es difícil de creer en lo imposible—me sonríe— sólo falta tú padre, necesitamos decirle la verdad—miro hacia el bosque, vamos en la hummer de Scott, Grecia esta durmiendo. No he dormido nada desde mi fiesta, pero no puedo solo cerrar los ojos y olvidarme de todo. 

Se han llevado a Cloé y fue por mi culpa, eso me demuestra además de que fue un error decirles, que todos mis seres queridos están en peligro. Eso incluye a mi padre y no podría aguantar más angustia de la que ya tengo. Simplemente no podría.

—me habías dicho que tú puedes hacer que una persona crea cosas... ¿no?—el frunce el ceño

—las obligo a imaginarse que están o hicieron algo... por tiempo indefinido. Es una parte de mi poder del control mental—asiente—¿porqué?

—necesito que le hagas creer a mi padre que Grecia lleva embarazada desde antes— me mira—si el se entera también correrá peligro— trago saliva—de lo que ya tiene

—esta bien, Alaska— cede pero sonríe, maliciosamente—ya he conseguido departamento para ustedes—lo miro, atónita—les hice una cita para mañana—agrega, como si nada

—no han pasado ni 24 horas de eso— menciono—¿cómo lo hiciste tan rápido?

—soborne al que lo vendía—sus ojos se tornan amarillos— ya bueno, había citas disponibles

—vale—respondo— ¿donde es?

—cerca de la escuela, lo verás tú misma mañana—asiento— tú padre llegará más tarde para cenar, ¿me puedo quedar desde ahora?—sonríe, malicioso 

—si, a ver una película—el me mira, sonriente 

—¿porno?— empiezo a toser— ya, ya, pasemos a comprarla—se detiene en una tienda de renta de películas, me mira- veremos... ¿rápidos y furiosos?—sonríe y yo niego

—como si fuera la primera vez—digo, el rodea los ojos

—rápidos y furiosos— responde

—como si fuera la primera vez—entrecierro los ojos

—rápidos y furiosos... no cambiaré de opinión— dice, cruzando los brazos. 

Vas a ir por la película, como si fuera la primera vez

Lo obligo en mi mente y Scott, como un robot me obedece. Sonrío victoriosa. Scott regresa como en cinco minutos aún caminando y actuando como un robot, se sienta me da la película. Cuando dejo de obligarlo me mira, confuso.

—que chistosa, cariño—empiezo a reír como loca cuando me hace cosquillas. Cuando disminuye dejo de reír como loca— no, no dejes de reír—lo miro, confusa— tú risa es el sonido más bonito que he escuchado— me sonrojo, como una colegiala

—este... gracias— El cierra los ojos.

—me lo podrías agradecer, matando a James en la cena— ironiza y lo miro mal

—te lo agradeceré de otra forma—y le planto un beso en sus labios, me separo rápidamente para dejarlo con las ganas pero, la mano de Scott se instala en mi nuca jalándome hacia el para que no deje de besarlo. Y no puedo resistirme, con el no tengo control

—creo que me gusta tú forma de dar las gracias—sonríe—me podría acostumbrar perfectamente.




—¿estas llorando, Alaska?—me pregunta mientras comienzo a secarme mis lágrimas, amo esta película

—es que... nunca superaré que no lo recuerde— me muerdo el labio, estamos comiendo unas palomitas sentados en el diminuto sillón.

—le pone un video todas las mañanas para que entienda que ya se casaron, tuvieron una hija...—dice, como si fuera lo más obvio del mundo 

—si pero, me duele que en el momento en que despierta no lo recuerda—entrecierro los ojos— a mi me dolería que no me recuerdes— digo, sinceramente—que ni siquiera recuerdes que sentiste cuando me viste por primera vez—Scott me mira 

—nunca olvidaría que sentí cuando te miré por primera vez— dice, sus ojos se vuelven azul claro—ven, aún no te enseño mi último poder—ambos nos paramos y en medio de toda esa sala, Scott me toma de la mano y me mira directamente a los ojos. Y, como si lo estuviera viendo con mis propios ojos aparece la escuela.

Pero no desde mi punto de vista, estoy viendo con otros ojos... me llegan pensamientos que por supuesto no son míos. No veo mi casa ni a Scott, es como si me hubieran nublado la vista pero con recuerdos.

Cuando estoy apunto de dar mi primer mordisco a mi comida me llega un olor... peculiar, a rosas salidas del campo y pasto recién cortado... estamos en la escuela... ¿de donde sale eso?

Sigo el olor hasta dar con una persona, más bien una chica.

Es bajita, puedo jurar que no me llega a los hombros. Su cabello es color negro carbón, nunca había visto un negro tan intenso. Su piel es clara pero con un toque bronceado, se ve tan suave... me encuentro con un cuerpo perfecto, se que hace ejercicio. Y mi vista comienza a ir hacia arriba, hacia su cara.

Y ahí, estoy yo metida en un libro. De hecho, eran horas antes de lo que paso en la biblioteca.

Me quedo sin respiración.

Unos labios rosados y con forma, además de gruesos. Su mandíbula no es tan marcada, dandole a sus mejillas más volumen, su nariz es pequeña y recta, con varias pecas ahí. Sus ojos con de un color verde precioso, me recuerda a los jades. Y veo que es una chica metida en sus libros, ya que lleva la nariz metida en uno. Una empollona de los libros... hermosa.

¿Hermosa? ¿Scott penso eso de mi?

Siento la necesidad de tenerla al lado mío.

Y todo se desvanece, mi casa vuelve a aparecer junto con Scott que me mira con sus ojos ahora, rosas.

—comparto mis recuerdos y lo que sentí o hice en ellos, con solo tocarte—me explica— por eso nunca los olvidaré, Alaska... ya eres parte de mi—me sonríe—eres mi alma gemela y no lo digo como cambiante, lo digo como un simple humano

—¿todo eso sentiste y pensaste?— me sonrojo—¿y si no puedes usar tus poderes en mi...?

—si y te podría enseñar mis recuerdos, todos los de mi vida— me sonríe—las personas son vulnerables cuando se sienten seguras, tú te sientes segura conmigo... lo iguala como cuando estas dormida, por eso puedo hacerlo—asiento— pero eso será para después por que James y tú padre están apunto de llegar

—prométeme que te comportarás— lo miro

—¿eso que implica?— pregunta

—no hacerle daño a James— digo, siendo obvia 

—lo prometo— sonríe— pero no dijiste nada sobre el dolor mental así que...

—¡Scott!— gruño pero aún así sonrío 

—esto será... interesante.



Maldita Fantasía (DISPONIBLE EN FÍSICO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora