Romántico empedernido, excesivamente egocéntrico, chantajista nivel profesional, capitán de americano e irresistiblemente atractivo. No es su culpa (o tal vez si) que sea perfecto, tiene más años de los que quiere admitir y adora crear fantasías en...
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—¿De que mierda hablas?—digo, en shock— yo no puedo...
—si, si puedes— contesta Rixton, sonriente— tu madre aunque no te quiera ella sabía muy bien que ibas a tener un poder sorprendente...— me mira— todos sus hijos tienen poderes magníficos y tú no eres la excepción
—deja ir a Grecia, déjala— suplico sin importarme todo lo que ha dicho pero el solo me mira como si estuviera loca—quédate conmigo, pero déjala ir
—vamos a jugar un juego— dice, sin hacerme caso— Charlie, detenla— sonríe. Las manos del cazador se aferran a mi cuerpo y por primera vez desearía tener la fuerza de Scott para poder quitármelo de encima. No veo a James por ningún lado...¿donde demonios esta? entro conmigo. La habitación es un poco pequeña pero puedo jurar que las paredes están hechas de un material impenetrable pues, Scott ya hubiera entrado por mi.
Trato desesperadamente de salirme de sus brazos pero no puedo y sin ningún éxito, dejo de moverme. Rixton y Charlie sonríe. Los demás cazadores están en guardia pero ninguno se mueve, ninguno emite ningún sonido y a nadie puedo ver por la escasa luz.
—yo puedo causarte dolor, no como Dominic—explica con una sonrisa cínica— yo puedo causarte dolor físico, quemaduras, fracturas... imagina lo más doloroso del mundo pues, eso yo te puedo causar— mi corazón late fuertemente— es simple lo que quiero— explica—si logras convertir a James en cambiante, dejo ir a tu hermana— me muerdo el labio— si no, te voy a torturar hasta que lo logres—sonríe— la diferencia entre el poder de Dominic y el mío es que el de el solo es mental y el mío, es más real que nada— un nudo comienza a formarse rápidamente en mi garganta
—no se hacerlo— admito con la esperanza de que me deje ir pero, hoy no es mi día
—entonces será mejor que lo averigües pronto si no quieres que muera— gruñe— comencemos con el juego.
Todo mi cuerpo comienza a temblar y obligo a mis ojos a no fijarse en Rixton pero, lo hago. Me fijo en sus ojos que se comienzan a pigmentar en color carmesí.
Y es ahí, cuando todo mi cuerpo comienza a doblarse de dolor.
En ese momento, grito.
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