Y por qué yo.
Por qué tenía que ser yo.
¿Acaso era diferente?
Era una más.
Solo escribía poemas
en tu piel
con mis labios.
Me hacías pensar
soñar
y volar.
¿Una obsesión?
Era amor.
Tus gritos
me hacían temblar
me hacían feliz,
tú me hacías feliz.
No eras la respuesta
pero me hiciste olvidar,
todas las preguntas.
Que bien sentaba
cuando me destrozabas
lo hacías tan delicado
que casi noto
como desgarrabas
mi dulce corazón.
Y me desvestiste por fuera.
para vestirme por dentro.