Parte 8

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Era algo típico para los ángeles caer en una condición débil después de su primer pecado, y no fue diferente para el pequeño Lou. Se había despertado al siguiente día a las 2 am, si nada de energía y con la necesidad de vomitar.

Había logrado arrastrarse fuera de la cama para vaciar su estómago en el baño.

"Lou, ¿Qué está pasando?" Harry había escuchado al pequeño chico salir de la cama y quería asegurarse de que estaba bien.

"El ángel no podía lograr hablar, se sentía adormecido y toda su energía estaba en recostarse en el inodoro.

"Louis, voy a entrar si no contestas." Había una clara preocupación en la voz de Harry. Por supuesto, el chico de cabello color caramelo no respondió. Como consecuencia, El ángel caído sin esfuerzo empuja la trabada puerta solo para darse cuenta del pobre estado en el que Louis estaba.

"Oh, pequeño. Está bien Lou. Te llevaré de vuelta a la cama donde pueda cuidar de ti." Harry lleva al pálido chico en sus brazos, solo para darse cuenta de lo pequeño y liviano que el ángel era.

Harry no volvió a llevar a Louis al otro dormitorio, en vez de eso lo llevo al dormitorio principal, donde él dormía. Allí destaca una cama de gran tamaño. Si Louis preguntaba por qué Haz lo había llevado a su dormitorio en vez del otro, el rizado fácilmente mentiría y diría que era la única habitación con aire fresco; sin embargo, la verdadera razón era que quería ver como la gran cama se tragaba al pequeño chico. Pensaba que era entrañable y adorable como el pequeño ángel favorito de Dios era. Tan pequeño, débil y ahora enfermo.

Harry rápidamente pasa su mano por la ardiente frente del chico. "joder estas ardiendo."

El larguirucho chico no tenía idea de que hacer; ni siquiera sabía por qué Louis estaba enfermo.

Nadie se enfermaba en el infierno y vivía para contarlo. Satán siempre los mataba declarando que quienes estaban enfermos eran débiles y el solo permitía a los sano vivir. Lo que Harry no esperaba era que la puerta de la habitación de abra, y el propio Lucifer entrara.

"Harry." Satán advierte mientras observa al chico inclinado sobre un balde, pálido rostro de un color amarillo.

"¿Qué está mal con él?" El diablo continua, en un tono que Hace a Harry ponerse muy nervioso. Satán era conocido por matar a cualquiera al primer signo de enfermedad, no solo aquello que estaban enfermos si también a los que estaban cerca de enfermarse.

"Nada, solo comida mal hecha." Harry se rasca la parte trasera de su cuello con miedo. Observa mientras Lucifer entrecierra los ojos.

"NO ME MIENTAS CHICO!" Gruñe, alas expandiéndose mientras vuela hasta Harry empujándolo contra la pared, sosteniendo su cuello.

"¿Sabes lo que hago a los enfermos?" cuestiona. Harry no podía contestar, todo lo que podía emitir eran sonidos asfixiados, la única manera en la que suplicaba por aire.

"Puedes ser mi favorito Harry, pero si te dejo y ese Ángel vive me volveré ante todos débil, y ambos sabemos que no puedo hacer eso."

De repente, Harry estaba cayendo en el suelo. Satán lo había soltado, el chico tose, pudiendo respirar. Mira hacia Louis quien seguía vomitando en el balde que había puesto al lado de la cama. Harry frunce el ceño cuando se da cuenta que Harry está temblando de miedo.

"Sabes Harry, me siento bueno hoy, así qué te parece esta opción; vuelas con ese enfermo Ángel a la Tierra y nunca vuelven, y yo les diré a todos que tu simplemente nos abandonaste... Nadie tiene que morir Harry." Su voz sonaba repugnantemente dulce, pero Harry sabía que había un 'pero' en el trato, sin embargo, no quería quedarse para averiguarlo. Así que reúne fuerza y coraje; agarra a Louis en sus brazos y se van a la Tierra.

Al menos la Tierra era un lugar más seguro para su ángel.

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Harry se encuentra a si mismo cayendo y bien entra a la atmosfera de la Tierra. Estaba débil, y su cuerpo no podía manejar el cambio en la presión atmosférica, con el peso extra de Louis. Aunque intenta batir sus alas, no podía encontrar la fuerza y se encuentra a si mismo aterrizando en la verde pastura con un ruido sordo; afortunadamente Louis seguía envuelto de manera segura en sus brazos.

Harry gruñe por el dolor en su cuerpo, era afortunado de que fuera capaz soportar el aterrizaje. De repente, una pequeña voz proclama;

"¿Qué vamos a hacer Harry?"

Esa era una buena pregunta.


Platonic | Larry - TraducciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora