Entre Gemelos

5. Inesperada y hermosa sorpresa

Me desperté al día siguiente temprano a pesar de ser domingo, el día anterior me había acostado un poco preocupada por Cody, así que apenas desperté me dirigí a la cocina, para preparar un café, negro y con mucha azúcar(el favorito de Cody), el mejor remedio para una buena resaca es una taza de café. Luego de terminar de prepararlo fui a la habitación de Cody, no me tome la modestia de tocar la puerta, ya que entre nosotros no había pena, apenas entre lo vi sentado en el borde de la cama, dándome la espalda.

-Cody... ¿Estas bien?- dije mientras me mantenía en el marco de la puerta, para intentar darle espacio-.

-Si cariño, estoy bien.- dijo un poco desahuciado- es... Es solo que duele, no puedo creer que no lo reconocí- dijo con furia-.

-Oye... Ha pasado un año, tal vez... se pinto el pelo, o se quitó la barba de 5 días que cargaba siempre- estaba intentado consolarlo, pero no era fácil, Cody era muy serio con los sentimientos-.

-Si, Se quito el look de la barba y dejo crecer su pelo- dijo un poco ma tranquilo- aunque igual, fue horrible cuando le quite la máscara... Creo que mejor lo dejo ir, me hizo mucho daño, no merece mi sufrimiento- está vez entró en razón muy rápido, cuando terminó con su ex, estuve 3 meses completos quedándome a dormir en su cama y tendiéndole pañuelos mientras lloraba sin cesar-.

-Oye- dije para adentrarme en su habitación y sentarme a su lado- A cualquiera le puede suceder lo que te pasó a ti, sé que te duele, el té ilusiono, te hizo daño, no permitas que lo vuelva a hacer, solo déjalo ir, sácalo de tu mente, olvida lo qué pasó esa noche, yo te ayudaré, estaré para ti el tiempo que haga falta.. toma- le tendí la taza- esto te ayudará con la resaca, que se que tienes... y no sufras por ese imbecil, hoy te llevaré a starbucks, y te compraré tu café favorito y unos cupcakes- dije mientras ponía mi cabeza en su hombro-.

-Si, lo sé, no permitiré que vuelva a pasar, no de nuevo- dijo para luego dar un sorbo a su taza favorita, la cual le regale el día siguiente que salió del colset, era una taza blanca, que decía con letras negras y en hermosas cursivas "No todos los príncipes buscan princesas", tenía el mango y el interior de la misma con los colores de la bandera gay, era muy linda, le encantaba- está delicioso, y si, ayuda... Respecto a lo de starbucks, me encanta la idea- dijo para depositar un beso en mi mejilla y dirigirse al baño-.

Salí de la habitación para preparar un cereal para desayunar, Cody se me unió al rato.

Luego de desayunar decidí ir a trotar un rato para despejar mi mente, el amor me hacía tener la cabeza perdida.

El transcurso de trote estuvo tranquilo, no tope con ningún hombre dando "halagos" vulgares de ningún tipo, siempre que salía me encontraba con esos. Quería volver a ver a Emilio, sabia que no habían pasado más que horas desde que lo bese por última vez, pero necesita sentir de nuevo sus dulces labios carnosos en los míos, su perfume y su dulce mirada azulada con tonos verdes; pero tenía que esperará hasta el jueves, por desgracia.

Estaba ya de regreso al departamento, cuando por sorpresa está el auto de Emilio estacionado al frente de la puerta de entrada, inmediatamente me puse nerviosa, estaba toda sudada, traía ropa deportiva y una sudadera, no era el mejor momento para un encuentro con el, me acerque con miedo desacelerando el paso, tal vez era  un auto muy parecido, pero cuando estaba por entrar, ya con la mano en la puerta, me percato de que me equivoque, ahí estaba, detrás de mi, podía verlo en el reflejo del cristal de la puerta, con su mirada azulada, barriendo de arriba a abajo mi cuerpo.

-Hola hermosa- dijo mientras adoptaba una posición coqueta- veo que vienes de correr- la verdad es que me sentí un poco menos apenada, ya que a la mayoría de las chicas les parece sexy un chico sudoroso que acaba de hacer ejercicio... ¿Porque no al revés?-