Vivo

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Yo tenía 12 años cuando pasó, fué en la casa de mi padre, porque mi mamá y él estaban separados, fué un martes creo, yo estaba viendo la televisión, mis padres hablaban de las deudas, y no me dejaban escuchar asi que me llevaban siempre al cuarto de atras, cerraban la puerta y se iban a platicar en la pequeña cocina que mi padre habia podido comprar antes de todos esos problemas.
Pero ese día, mi papá estaba furioso, pero aún así me llevaron de nuevo a ese cuarto, que parecia hacerse más pequeño cada vez.
Pasó una hora, quiza más, quizá menos, y ya no escuchaba ningúna de las voces de nadie, así que abrí la puerta para ver si ya habían acabado.
Crucé el pasillo que conectaba a la cocina con el cuarto, fueron unos cuatro pasos bastante silenciosos, yo sentía una sensación horrible, todo estaba tan callado, parecía que yo estuviera sordo en ese momento, pero no, ojalá hubiera sido así.
Cuando llegué a la mesa, pude ver a mi papá mirando hacia el suelo, lleno de lágrimas, escuchó un crujido del suelo, y volteó a verme. -Hijo!-Dijo gritándome-Ya estamos bien! Ahora nos dejarán de molestar! Para siempre! No, espera, falto yo- En ese momento yo estaba muy asustado, así que mire a la derecha, al suelo, y pude ver a mi madre tirada, muerta ya, con su cara tranquila, y tenia una lágrima secándose en el borde de su cuello, había sangre al rededor de ella, mi único impulso fue gritar, gritar todo lo que podía.
Pero no fue por mucho tiempo, mi papá tiró el cuchillo ensangrentado de sus manos, y sacó un arma de su espalda. Creía que mi vida acabaría ahí, sólo, con un padre loco por el dinero, con mi madre apuñalada a un costado mio, pero no fue así.
Él se apuntó en su cuello, y disparó, no sin antes decir -Te amamos Alex.
Yo grité aun más. Salí a la calle, no había nadie, estaba vacío, pero la verdad es que no sabía porqué había salido de ahí, pude haber llamado a la policía, o a emergencias, pero no lo hice.
Al fin había recobrado la conciencia, volví a casa, tomé el telefono, pero no sabía a quién llamar, a la policía, o a un hospital, llame el primer numero que se me ocurrió: la policía.
-Nueve Uno Uno en qué puedo ayudarte?
-Mis papás estan muertos, por favor ayuda- Dije con aun lágrimas en mis ojos y un dolor indescriptible en la cabeza.
-Podria decirme dónde esta ahora?
-En mi casa, calle....- Me quedé callado, mirando la puerta de la casa, abierta, la cortina hondeando de un lado a otro enredándose en la puerta, sin hacer ruido alguno.
Y grité, grité tanto como pude, y caí en el piso ensangrentado, desmayado.

Muerte En TintaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora