Realidad

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John me despertó, y me gritó que empacara, que ya me había estado hablando desde hace mucho tiempo atrás, le pedí perdón y no pregunté, solo lo hice.
No tuve que hacer mucho porque solo había sacado mi pijama y todo lo de esa maleta, porque lo que buscaba estaba hasta el fondo de ella.
Y nos quedamos sentados en el sillón, él se quedó dormido sin haber dicho ni una sola palabra antes de eso, así que me levanté de ahí y fuí a explorar el segundo cuarto.
Di como diez pasos y ya estaba enfrente de la puerta, sentí un escalofrío muy grande, pero eso no me detuvo a abrirla.
No había nada, un enorme miedo subía dentro de mi, simplemente habia una cama con dos almohadas, la cama y todo el cuarto tenían fotos de dos personas juntas, pero ninguno era de John.
Sonó la bocina de un coche, y yo aproveché ese momento para cerrar la puerta, para que no se diera cuenta de que la abrí. Y él despertó cuando le levanté, y le dije que quizá le hablaban a él, que fuera a ver que pasaba por lo menos.
-Cierto, mierda, ya tienes tus cosas? ¿Sí? Okay, salgamos.
Salimos de la casa, llegamos al patio y llegaban dos personas, una pareja, estaban enojados.
-Si me vuelves a meter en esto, te voy a acusar con la policia- Dijo el hombre mientras mi miedo subia poco a poco con cada respiración.
-Lo que digas, toma tus malditos papeles- Dijo John.
-Ahora vamonos, sube al coche- Voltearon todos a verme para esperar a que subiera a ese coche de metal rasgado y podrido.
Así que me subí.
Él también subió al instante y volvió a intentar arrancar el coche, esta vez al segundo intento.
Cuando nos estábamos alejando solo escuche decir  -Pudrance!- En ese momento me dio algo de risa, pero no quise reír porque temía a que por cualquier cosa me gritara o se enojara.
Tomó el volante con fuerza, y puso una canción. Pumped up Kicks. La recuerdo perfectamente.
Nos tomó como 1 hora, o eso creo, no lo recuerdo muy bien, pero estaba lejos, muy lejos al menos de alguna casa cercana, me puse muy triste al saber que no tendría amigos, pero creo que ya se me había olvidado cómo socializar.
Era una casa algo rara, solo era de un piso, tenia un cuarto solamente, y la sala, la cocina y el comedor eran uno juntos, el baño, el baño era horrible, repudiaba su olor a mierda y ya había llenado toda esa.... Casa? Todo ese lugar de su horrible aroma.
Todo eso lo pude saber desde el asiento, aun me faltaba ver de verdad qué era lo que me esperaría allá adentro.
Bajé, sólo fueron unos cuantos pasos pero aun asi los conté. Uno. El cerró la puerta. Dos. Me tomo de la mano. Tres. Me cargó. Cuatro. Abrió la puerta de un golpe. Cinco. Estaba dentro.

Muerte En TintaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora