as if it's your last.

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Paige Son siempre envidió la vida de las adolescentes perfectas que vio a través de los pasillos de su escuela cuando era una niña y aún residía en Corea, envidiaba como sus vidas eran felices y sin preocupación alguna, con muchas amigos, una fami...

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Paige Son siempre envidió la vida de las adolescentes perfectas que vio a través de los pasillos de su escuela cuando era una niña y aún residía en Corea, envidiaba como sus vidas eran felices y sin preocupación alguna, con muchas amigos, una familia amorosa, y sí, un novio guapísimo que las hacía sentir únicas y bonitas. 

La adolescencia de Paige fue un poco mala en sus tiempos en la escuela de artes escénicas cuando estuvo en Londres, no fue como pensó que sería. A sus catorce años no tenía amigos porque su inglés aún no era muy bueno, su familia estaba rota debido al divorcio de sus padres, y no, no tenía un maldito novio que la hiciera sentir bonita ni única y bla bla.

Así que sólo se centró en estudiar para poder volver a Corea cuando tuviera dieciséis y ser una artista como siempre quiso, sin las constantes discusiones que tenía con su madre sobre su actitud negativa ni con el constante sentimiento de soledad que la inundaba cada vez más.

Con el paso de los meses y con la mejora de su inglés, Paige hizo amigos finalmente, sacándola un poco de su vida solitaria a la que se había acostumbrado; así que ya tenía una de las tres cosas que las adolescentes comunes tenían: consiguió amigos.
Pero su familia seguiría rota pasará lo que pasará, y JÁ, el novio se veía imposible en la vida de Paige, ¿por qué quién se interesaría en una coreana sin gracia teniendo tantas chicas lindas allá fuera?

Pero, bueno, el destino quiso sorprenderla poniendo a Tom Holland en su camino.

Él era un chico un año menor que ella, muy amable y jodidamente lindo, demasiado para su débil corazón adolescente; él era amigo de su nueva mejor amiga, Adele Kobayashi, —una chica japonesa que había llegado hacía poco a Londres,— los había presentado aquél día y pum, sintió el flechazo atravesarle el corazón de cabo a rabo con esa maldita sonrisa y actitud jovial.

Y al ver como terminaron las cosas, ella no fue la única que se flechó.
Días después de haberse conocido y hablar nerviosamente con palabras tontas con muchos significados entre líneas, Tom la invitó a salir tartamudeando, muerto de los nervios y ella aceptó con el corazón acelerado y muchas ganas de gritar y saltar emocionada. ¡Finalmente un chico la había notado! ¡Y un chico que le gustaba! Ah, la vida finalmente le sonreía un poco.

Fue un completo cuento de hadas desde que le había pedido ser su novia en una de las citas que le siguieron a aquella, esa felicidad duró casi un año cuando las dudas de parte de Tom llegaron a mediados de Diciembre.

"No estoy seguro de lo que siento realmente, Paige. No estoy seguro de nosotros." cuando Tom pronunció aquellas palabras fuera de la casa de Paige, ella sintió su corazón agrietarse. El viento había comenzado a soplar y le causo escalofríos, pero no supo si por el frío o por lo que sabía que pasaría. "Creo que deberíamos tomarnos un tiempo, para pensar con claridad."

En ese punto, su corazón finalmente se había roto en muchos pequeñisímos pedazos, de los cuales dudaba que algún día pudiera juntar todas las piezas de nuevo, y contra todo pronóstico, ninguna lágrima salió de sus ojos mientras Tom estaba presente.
Lo vio con una triste expresión de sorpresa en su rostro por unos segundos, antes de poner su frente en alto y asentir. Bien podía estar lastimada hasta la médula, pero su bendito orgullo le gritaba que no se mostrará débil, que no podía mostrar tal debilidad a quien la había herido.

Acomodó su cabello debido al viento y habló con voz ahogada.
"Me parece perfecto. Esperó y encuentres las respuestas que necesites, Tom. Si me disculpas, tengo que volver adentro." le dio una pequeña inclinación de cabeza y rápidamente se metió a su hogar sin dirigirle mirada alguna. No supo cuando se fue del patio de su hogar ni tampoco le intereso en aquél momento, ella sólo necesitaba estar un maldito momento a solas.

Su madre y padrastro, quien la esperaban para cenar, la vieron subir corriendo las escaleras seguido de un portazo proveniente de su cuarto que resonó en toda la casa momentos después.

Sí, fue doloroso saber que a la primera persona a la que le entregó su corazón ya no le parecía suficiente eso, pero también dolió el hecho de que tenía razón aquella voz en su cabeza, ¿quién se interesaría en una coreana sin gracia teniendo tantas chicas lindas allá fuera?

El año nuevo llegó al igual que su cumpleaños número dieciséis, por lo que tomó sus cosas despidiéndose de su madre, padrastro y de Adele, quien la había apoyado con su corazón roto, y volvió a su verdadero hogar en Corea, con su padre y hermano mayor, un hogar donde finalmente se sentía en paz y creía que al fin podría sanar su corazón, o al menos distraerse lo suficiente para olvidar el dolor de este mientras trabajaba para lograr su sueño.

Pero, como siempre, el destino tiene sus propios planes, y aunque nos guste o no, estos pasarán de todos modos tarde o temprano.
Lo que ha de pasar, pasará, y los que tengan que reunirse, se reunirán.

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DONDE UN PAR DE
EX-NOVIOS SE REÚNEN
DE UNA MANERA UN TANTO
EXTRAÑA.

DONDE UN PAR DEEX-NOVIOS SE REÚNENDE UNA MANERA UN TANTOEXTRAÑA

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AS IF IT'S YOUR LAST, TOM HOLLAND.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora