NARRA INÉS
Me levanto a los 10 minutos, miro la hora y he dormido diez minutos… Abro el armario que tengo al lado de la camilla y cojo un vaso lleno de pastillas, para dormir. Cojo muchas pastillas y me las trago. Me levanto y me pongo en la cama, y al instante, me duermo por mucho tiempo, demasiado…
NARRA ÁLVARO
Estaba comiendo una pasta y un café en la cafetería de abajo del hospital. Esperando a que me avisara Inés de que ya se había ido Dani.
-Cristian: ¿Álvaro?
-Álvaro: Dime. –Digo saliendo de mis pensamientos.
-Cristian: ¿Ese de ahí, no es Dani? –Lo miro y sí, es él.
-Álvaro: Sí. Voy a subir a la habitación. –Digo terminándome el café.
-Cristian: Vale, yo cuando termine, subo. –Asiento. –Ya pago yo, tranquilo. –Asiento y voy a la habitación donde está Inés.
*En la habitación…*
Subo a la habitación, entro y veo dormida a Inés. Me siento en la camilla e intento despertarla, pero no se despierta. Empiezo a preocuparme y le empiezo a mover más. Pero no se despierta. Me cae una lágrima y me pongo a dar vueltas por la habitación. Le doy un golpe a un… ¿vaso? Me agacho y veo pastillas. *No, por favor, no* pienso… Empiezo a desesperarme, corro por el pasillo para avisar a algún médico, me choco con la gente y esta se queja, pero me da igual, en lo que pienso ahora es Inés. Veo al médico que le atiende, me mira y me mira preocupado.
-Médico: ¿Qué pasa, Álvaro?
-Álvaro: Inés… -Digo llorando. El médico echa a correr a la habitación igual que yo. Entramos y la ve en la cama, la va a despertar pero no se despierta. Llama a más médicos y se la llevan de ahí. Me pongo a llorar y me siento en el suelo. Viene Cristian.
-Cristian: ¿Y Inés? –Le miro con cara llorosa y empieza a preocuparse. -¿Qué ha pasado, Álvaro? –Se agacha y me mira. -¿Qué coño ha pasado, Álvaro?
-Álvaro: He venido y… -Hago una pausa para tragar saliva. –Había un vaso con pastillas… -Cristian empieza a llorar.
-Cristian: Joder… Tío, que asco de todo. –Se levanta y le da una patada a la silla. Me levanto y le tranquilizo. –Voy a llamar a sus amigas…
-Álvaro: Vale…-Vienen sus amigas, Alba, Carla y Isabel. Cuando ven que no está la camilla, empiezan a preocuparse. Bastante.
-Alba: ¿Qué… qué ha pasado? –Dice llorando.
-Cristian: Álvaro… Cuéntaselo tú. –Le miro y asiento.
-Álvaro: He venido aquí y he intentado despertar a Inés, pero no se despertaba… Sin querer he tirado un vaso lleno de… -Trago saliva. –Pastillas, y… -Trago saliva de nuevo. –Y se tomó bastantes…
-Isabel: Pero… ¿Por qué hizo eso?
-Álvaro: Supongo que por Dani…
-Carla: ¿Dani?
-Álvaro: ¿Sabéis quien es? –Asienten. –Pues hoy, Inés se fue a montar a caballo, supongo que se encontró a Dani y eso… A la noche, Inés vino a decirme que se iban a cenar, y yo le dije que le quería… -Me miran con cara rara y yo continúo. –Se fueron a cenar, supongo que discutieron y Inés me pidió que la fuera a buscar, la encontré mojada, ya que llovía… y luego, en casa, Inés y yo, nos besamos… Cristian estaba en casa y dejo pasar a Dani, el cual nos vio besarnos, y le dio un puñetazo a Inés…
-Isabel: Pero, ¿porque le pego un puñetazo?
-Álvaro: Estaban saliendo desde… hoy, supongo… y discutieron. Inés dio por terminada la relación, pero supongo que Dani no…
-Alba: Pero lo que no entiendo es porqué se ha tomado bastantes pastillas…
-Cristian: Porque Dani vino a hablar con ella y… -Entra un médico en la habitación y nos callamos.
-Médico: Tenemos malas noticias… -Todos le miramos. –Le hemos hecho un lavado de estómago, pero… está en coma… No puedo deciros más cosas…
-Carla: ¿Se ha intentado suicidar?
-Médico: Sí… me parece que sí.
-Álvaro: ¿Pero porque lo ha hecho? Hostia… -Digo llorando.
-Médico: No lo sé, Álvaro… Puede que Inés sea más frágil de lo que pensábamos, ¿sabes? Inés está en una sala, podéis ir a verla desde afuera, pero no podéis entrar. –Asentimos y le seguimos. Entro y la vemos en la camilla por el cristal.
-Álvaro: ¿Puedo entrar? –Digo como puedo, intentando dejar de llorar.
-Médico: Ahora vendrá la familia, solo la familia puede entrar. –Miro a Cristian.
-Álvaro: Él es familia. –Digo mirando aún a Cristian.
-Médico: Solo puede entrar una persona, será mejor que lo decidáis cuando esté toda la familia. –Abre la puerta de la sala. –Voy a dentro, os iré informando.
NARRA EL MÉDICO
-Médico: ¡Mierda, la estamos perdiendo! Todos fuera, apartaos todos, atrás. –Le pongo el desfibrilador. –un, dos, tres, descarga. Atrás, por favor. –Le pongo de nuevo el desfibrilador. –un, dos, tres, descarga. Atrás, otra vez, por favor. –Le pongo de nuevo el desfibrilador. –Un, dos, tres, descarga. ¡Bien, recuperada!
ÁLVARO
-Álvaro: ¿Qué? –Le pregunto al medico.
-Médico: Ha tenido un paro cardiaco, pero ya lo ha superado.
-Cristian: ¿Y que dicen los demás médicos?
-Médico: Que hay que esperar, que es normal.
-Álvaro: Necesito entrar.
-Médico: Ahora no puedes entrar, tenéis que tener paciencia. –El médico entra a la sala y viene su familia y nos quitamos del medio para que vean a Inés. Después de una hora, el médico sale acompañado de otro médico. –Ahora vuelve a estar estable, pero la siguiente hora será critica. Le hemos dado la dosis completa y a ver que pasa.
-Médico 2: Ha tomado una cantidad muy grande, con el lavado de estomago le han quitado una parte, pero el resto ya lo ha absorbido su organismo.
-Pilar: ¿Pero creen que se pondrá bie-Médico: Si, pero solo una persona. –Los médicos entran en la sala.
-David: Si os parece bien, entro yo…n?
-Médico: No… no podemos saber lo que pasará.
-Pilar: ¿Y en los otros casos, que han hecho?
-Médico 2: Es que no es exactamente igual siempre, depende del cuerpo de la persona, de la cantidad ingerida… de las ganas que tenga de vivir…
-Médico: No os queremos engañar, pero… si dentro de una hora no se ha despertado, el tiempo correrá en su contra.
-Pilar: ¿Podemos entrar y estar con ella?
-Médico: Si, pero solo una persona. –Los médicos entran en la sala.
-Cristian: Si os parece bien, entro yo…
-Pilar: Mejor que entre Álvaro. –Cristian asiente.
-Álvaro: Gracias… -Entro en la sala, la veo entre muchos cables, me duele mucho verla así, se me rompe el corazón. –Inés… ¿sabes? El dolor que se me supone perderte… es el más grande que haya podido tener nunca. –Me quedo callado mirándole. –Me cuesta entender porqué lo has hecho… Pero necesito que vuelvas, no me jodas, necesito que vuelvas, Inés. Necesito que hablemos, necesito besarte… Te quiero. Te quiero mucho. Sé que no soy un príncipe azul, porque no existen, pero…–Le beso aún que tiene un tubo en la boca. Le miro por bastante tiempo y me voy de la habitación.