Vendida a BTS.

Capítulo cuatro.

Aquellos hombres seguían mirándome atentos, a excepción de Suga y J Hope, que eran los más indiferentes ante la situación.

—Verás... —se calló buscando las palabras adecuadas para decirme lo que sea que quiere decir. —Tu papá...

—No te quiere. —interrumpió Suga.

Rodé los ojos, no me interesaba en lo más mínimo lo que dijera ese chico, siempre de algún modo trataba de dañarme con palabras. Pasé de largo su comentario y miré a Rap Monster, quién se supone que me explicaría.

—Tú papá no te quiso más y te vendió a nosotros. —dijo J Hope sin remordimiento alguno.

Jin se dio un golpe en el rostro con la mano ante la sinceridad del chico, él y Rap Monster parecían ser los únicos delicados conmigo.

—Te ofreció a falta de dinero. —explicó Jin. —Te aceptamos ya que no nos haría mal dejar de salir a comer si tenemos a nuestra Donage aquí. 

—Tenemos reglas que debes seguir —continuó JungKook con una sonrisa sacarrona—, o te matamos.

Se echó a reír después de eso con V acompañándolo en las risas, eso no tenía nada de gracioso para mi.

—¿Qué pasa sí intento escapar?

—Me tomé la libertad de investigar a tu padre, incluso a tu madre y hermanos. —dijo J Hope, a lo que rápidamente volteé a mirarlo. —Tu deber aquí es complacernos a cada uno de nosotros, sea lo que sea. Es fácil, no obedeces y Suga y yo nos divertiremos mucho asesinando a tu familia.

Ese chico era tan misterioso, parecía un auténtico chico malo sacado de un libro. Desvíe la mirada hacia Suga, juré poder verlo sonreír de lado por un corto tiempo para después volver a poner su semblante serio.

—Tic tac, tic tac, zorrita. —murmuró Suga dándole drama al asunto.

Tenía tantas ganas de gritarle que parara de ser tan malo conmigo, no le había hecho nada malo como para merecer el ser tratada así por él.

Miraba las posibilidades de escapar de aquí sin que mi familia resultara dañada. Es decir, éstos chicos podrían asesinarme en cualquier momento sin esforzarse mucho y sin ningún resentimiento. El escapar implicaba que alguien muriera, aunque mi papá hubiese causado todo ésto tampoco quería que le hicieran algo, mucho menos a mamá y a mis hermanos, no tienen la culpa de los errores que comete papá. No me quedaba de otra que obedecerlos, complacerlos.

—Los obedeceré. —susurré débilmente.

—Vete a tu habitación. —ordenó Rap Monster a lo que yo asentí.

Sintiendo que mi mundo se caía a pedazos subí las escaleras. No vería más a papá, tampoco a mamá, vería cada día de mi existencia a éstos siete chicos de los cuales la mitad me detesta y no se molestan en tratar de ocultarlo. Dejé escapar todo una vez que toqué la cama, jamás en mi vida había llorado tanto como lo estaba haciendo ahora, podría morir dignamente de una deshidratación extrema.

Me sobresalté al sentir una mano acariciar mi cabello de arriba abajo, antes de voltear a ver quién era el dueño de esas caricias limpié mis ojos aparentando que no estaba llorando.

—No llores. —susurró manteniendo el momento para nosotros dos.

—Quiero irme.

—Lo sé, lo sé.

Para mi sorpresa se trataba de JungKook, el chico molesto de mi clase, quién durante toda la conversación sobre lo de mi padre se mantuvo callado pero entretenido con V. Era extraño, más que molesto estaba resultando muy comprensivo y cariñoso conmigo, no sabía que tenía ésta faceta.