-Por favor, un día más.- le pido. -Concédeme un día más. Lo necesito.-
Me mira, en las cuencas de sus ojos no veo miedo, ni piedad, ni sentimientos, sencillamente no veo nada...sólo el vacío que se forja tras siglos transportando almas suplicantes hacia su última parada.
-Vas a descansar.- su voz es hielo convertido en aire.
-No es lo que necesito. Lo que quiero es ver a mi mujer y a mi hija, una última vez, sentir su abrazo, su olor, su cariño...- se me cae una lágrima sin poder evitarlo.
-No creo que me entiendas. ¿Acaso puedes sentir algo parecido?-
-Nada.- dice con voz apagada.
-Hace mucho que no siento nada y ahora, yo te pregunto a ti. ¿Qué derecho tiene un condenado de exigirle a otro que se le conceda su última voluntad? ¿Acaso crees que a mí me dejaron?-
Seguimos caminando, el tiempo se agota, me estoy quedando sin aire y tengo que hacer algo. Necesito hacer algo que lo haga cambiar de opinión.
- ¿Por eso estás aquí ahora? Por eso tú y no otro. - El terror me invade la mirada, noto como aumenta la presión en la mano con fuerza, no voy desencaminado y no quiere hablar de ello.
-El mundo es un lugar terrible ¿sabes? -
- No lo és.- Le reprocho sudoroso.
- ¿Acaso no? Mira a tu alrededor, el mundo sigue aunque la gente buena ya no viva en él.-
- ¡Tiene que ser así! La vida es un regalo.- Con la mano que tengo libre consigo sacar la cartera.
-¿Me vas a sobornar? - dice divertido. -La vida no se compra, amigo mío.-
- Ten.- saco una foto y se la muestro.
-¿Que me das?- dice sorprendido.
- Mírala. ¿Qué ves?-
- Gente feliz.- dice triste.
- Estar con mi mujer y mi hija me hace feliz, me hace el hombre más feliz del mundo. Por eso debo verlas una vez más. tan sólo una vez más.- una lágrima impregna la foto.
- Las cosas no van así. Yo no puedo hacer eso, nadie puede.-
- ¡Tiene que ser así!- le exijo.
-¡Basta! Ya he tenido suficiente.
- Está bien. Lo entiendo, ya sé lo que quieres. De acuerdo. Dame tu hoz.-
-¿Lo dices en serio?- dice incrédula.
- Nadie se había ofrecido hasta ahora...Yo...-
- Las vuelvo a ver una última vez y guardaré tu lugar. Podrás descansar en paz.-
Se queda mirándome. No a los ojos, si no al alma. Horada en lo más profundo de mi ser, hasta que lo entiende.
Me sonríe.
- Vaya...Al parecer tienes razón y todavía no ha llegado tu hora. Estar dispuesto a condenarse por toda la eternidad a transportar almas en pena por unos instantes junto a tu familia es... Increíble.- sólo dijo esas palabras.
- Vuelve con tus seres queridos.- dijo dándome un empujón con fuerza.
-Gracias.- fue lo único que fui capaz de articular a causa de la emoción.
-La muerte me está dando otra oportunidad y debo aprovecharla.-
De pronto un halo de luz me nubla los ojos, luces, colores y voces llenan el aire.
- ¿Se encuentra bien? - pregunta una enfermera al verme abrir los ojos.
- Mejor que nunca.- le digo con una sonrisa.
- Mejor que nunca...- digo dirigiendo una mirada al cielo.
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Muerte y Esperanza
Short StoryLa muerte no perdona. te persigue, te busca, te atrapa. Llegado el momento la verás, moviéndose entre la gente, una más. No la sentirás llegar. Posará su huesuda mano sobre tu tembloroso hombro y...lo sentirás. Un aliento frío y paciente te susurrar...