—Así que te despertarte después de sentir un fuerte golpe y una luz cegadora...— el doctor anotaba con diligencia en su cuaderno, probablemente hipótesis sobre lo sucedido que él creía correctas.
—No recuerdas nada más? —cerró su libreta con dureza, no eran datos suficientes.
La estancia estaba escuetamente adornada, una cama individual en el centro en la cual me hallaba, un pequeño escritorio que servía como estantería para que las visitas depositasen en él multitud de objetos que traían consigo para realizar sus fugaces visitas.
—He de admitir que no recordaba el rostro de todos, algunos mejor y otros peor. —
—Procure descansar. — siempre decían lo mismo. — Acaso tenía otra opción? — era exasperante, la idea de volver a pasar otro día encerrado entre aquellas cuatro brillantes paredes blancas sin ningún entretenimiento más que la mera compañía que proporcionaba el televisor, siempre enfocado en esos malditos canales de cotilleo que parecían no tener fin.
A media noche traen la cena, se intercambian un par de miradas de enfermera a enfermo. Por una parte compasión, por la otra sumisión. — Qué otra cosa se podía hacer? —
En cuanto saliese de allí tenía muy claro cual iba a ser su objetivo, esta vez nada de desaprovechar segundas oportunidades.
Tras horas combatiendo con el sueño, consigo conciliar un fugaz descanso pactado. En él, logro recordar un poco más. En vano, no obstante. Pues nada más despertar apenas logro unir retazos de lo soñado.
—Por qué corría? — instintivamente me llevo la mano al bolsillo del pantalón perfectamente doblado sobre una silla que descansa a mi derecha, junto a la sinfonía de aparatos que anuncian que sigo con vida.
Meto la mano en los bolsillos en busca de alguna pista.
—El envoltorio de un chicle...Algún billete suelto y un pañuelo sin rastro de mocos. — sonrío para mis adentros, al menos tengo la certeza de que no estaba resfriado.
Sin saber por qué desenvuelvo el papel pegajoso, en él logro distinguir una combinación de números.
—6,2,parece...un 5,Z...— tras minutos intentándolo termino dándome por vencido, probablemente se trate de algo sin importancia, la clave del wifi de algún lugar o algo por el estilo, si fuese importante no tendría ese maldito chicle pegado delante. —
Me recuesto sobre la cama intranquilo. —Cómo es posible que no recuerde qué estaba haciendo ese día? — me reconcome las entrañas el desconocimiento de mis movimientos ese día, quizá...con el tiempo, logre recordar algo más. O eso espero...
-------------------------------------- PARA EL LECTOR -------------------------------------------------------
Os prometí ampliar la continuidad de este breve relato que comencé hace tiempo ya, espero que hayáis quedado satisfechos con este capítulo y que haya cumplido con vuestras expectativas. Feliz noche queridos lectores :D
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Muerte y Esperanza
Short StoryLa muerte no perdona. te persigue, te busca, te atrapa. Llegado el momento la verás, moviéndose entre la gente, una más. No la sentirás llegar. Posará su huesuda mano sobre tu tembloroso hombro y...lo sentirás. Un aliento frío y paciente te susurrar...