Otra vez. Ahí estaba ella. En el marco de la ventana de su habitación sentada, con los pies hacia afuera. Mirando al cielo, mientras con sus audífonos escuchaba música hasta explotar sus oídos. Todas las noches ocurría lo mismo, Airi a la misma hora de la noche, se sentaba ahí, mientras desde la casa de enfrente la observaba Raymond, esperando que alguna vez lo vea para saludarla, ya que iban juntos a la misma escuela y curso, pero jamás habían tenido una conversación.
"Pero, un día, no... , aquellos días, en que las vidas de estos jóvenes cambio por completo."
Aquella mañana, Airi despertó treinta minutos más tarde de lo actual. Eso la puso de malhumor, y seguidamente se vistió rápido, bajó las escaleras y vio que su madre le había preparado el desayuno, pero no la había despertado.
-Mama! Voy a llegar tarde, otra vez... ¿por qué no me llamaste? - le decía Airi, con una actitud fría, mientras su madre desde el living estaba hablando por teléfono.
- ¡Perdón, es que estoy solucionando unos problemas del trabajo! Y no pude despertarte a tiempo ¡- Respondió su madre, y luego siguió con su conversación por teléfono.
Ella observo un momento porque, como siempre, no comprendía la adicción de su madre al trabajo. Luego agarró sus cosas y se fue corriendo a tomar el autobús.
"No era la primera vez que su madre la pone en segundo lugar."
- ¡Gracias por el desayuno, pero no tengo tiempo! - Respondió mientras salía apurada por la puerta trasera.
Cruzando el parque, a pocas calles de la escuela, venia Raymond con su bicicleta, mientras usaba sus audífonos, muy pensativo, observaba en el cielo como los pájaros volaban, como las hojas secas de los arboles bailaban en el viento antes de llegar al suelo. Respiraba profundo y cerraba los ojos, como esas típicas películas donde suben a las colinas y asimilan el aire en su rostro. Un paisaje lleno de color, el pasto bien verde, las flores con sus capullos abiertos, un lugar bastante reconfortante.
En los bicicleteros de la escuela, mientras Raymond guardaba su bici, pasa por detrás de él, Airi corriendo, con sus pelos al viento.
-¡Llegue a tiempo!...- decía ella con poco aliento mientras posaba en sus rodillas.
-¡Casi que no llegas!- penso él mientras la observaba en su descanso.
Suena el timbre, que aturde los pasillos. Tapándose los oídos, ambos ingresan al colegio por distintos caminos.
En el aula, donde ambos están, antes de que el profesor llegue, no hay hora del silencio. Para Raymond es un fastidio tener que escuchar tanto ruido a tempranas horas de la mañana, es por eso que siempre termina poniéndose sus auriculares.
"Pero ese día no ingreso su profesor"
En cierto momento de la espera al profesor, todos se callaron y se sentaron en sus asientos. Para Airi fue raro porque nunca se sentaban y callaban, hasta que ingresaba el profesor. Pero esta vez, era el director, y no venía solo. Parecía un joven quien estaba a su lado, tras la puerta no se podía ver mucho.
Pero el misterio no dura mucho, el director abre la puerta e ingresa con un joven, alto, de cabello castaño y ojos, medios grises. Y también, con una sonrisa de oreja a oreja. El joven usaba el mismo uniforme que los demás.
- Alumnos! A partir de hoy Knockfeel Hiroaki, sera su nuevo compañero de clase!, sean buenos con él - dice el director mientras le palmea el hombro a Hiroaki.
Luego de eso, el se sienta en el único asiento libre que quedaba, el ultimo de la fila central, entre Airi y Raymond. No se tardaron mucho los demás compañeros en acercarse a el y hacer un serio interrogatorio.
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Mas allá, donde ni las estrellas pueden tocar.
Teen FictionLa historia gira entorno a tres jovenes, que no estan disfrutando su adolescencia como debería ser. Entre problemas familiares y amistades perdidas estos chicos intentaran llegar a encontrar ese algo que les hace falta para poder dejar todo atrás, q...