Un día bastante caluroso para ser los primeros días de septiembre. Hiro estaba reposando sobre su banco porque no aguantaba más estar sentado en una silla, mientras era una hermosa tarde afuera.
A-i-r-i.- Deletrea el castaño, tratando de llamar la atención de la joven.
- ¿Y Ahora que quieres? H-i-r-o-a-k-i.- le responde ella de manera burlona.
- ¿Porque eras tan fría conmigo? Podrías ser un poco más amable. - Le susurra el mientras se tapaba un poco la boca con su brazo.
- Ohh, porque seré tan fría!!! ¿Qué será? Sera porque casi me quitan el examen por estar hablándome, cuando quiero descansar empiezas a llamarme a gritos o también cuando estaba concentrada escuchando música y tú me interrumpes con tus preguntas tontas... No creo que no hay motivos, soy fría por naturaleza. -Le responde ella sarcásticamente mientras se da vuelta a mirar por la ventana.
- Airi, relájate... si no socializas quedaras muda¡Jajajaja!- Le dice él con una sonrisa pícara por su comentario. En ese momento ella se da vuelta y le lanza la cartuchera por la cabeza.
- ¡Ay! Que guardas ahí, me dolió bastante. - Expresó. Oye Raymond, estas muy callado hoy, ¿Qué estás haciendo?
Mientras el rubio estaba con su celular, mirando una imagen del parque diversiones, que había descuentos en las entradas para ese día. Como Raymond no contestaba por estar leyendo ese artículo, Hiro se acercó.
- ¿Qué estas leyendo? - Acercó la mirada hacia el teléfono del rubio.
- ¡Se me acaba de ocurrir algo, Airi, Raymond, los invito al parque! -El castaño con una felicidad inmensa como si jamás hubiera ido al parque.
- Ehh, yo creo que puedo ir, si mejor iré. -Les responde el rubio. Ambos se voltean para ver la respuesta de Airi.
- Ni lo piensen, no voy a ir. -Agarra su bolso y sale del aula.
Ese día a la tarde.
- ¿Como rayos llegué aquí? -Frustrada Airi, se agarra la cabeza.
Mientras Hiro compraba las entradas, Raymond se ve atrapado por las luces que se hallaban allí, lleno de colores y esa música de carrusel que siempre está en los parques. La rueda de la fortuna, que cambia de tonos cada 5 segundos. Y también, los gritos de las personas cuando bajan la gran colina de la montaña rusa. Cuando el castaño termino de comprar las entradas, ingresaron al parque.
En el camino cruzaron por la feria donde había juegos, adornos, puestos de comida, un estanque de peces, joyas, pulseras, anillos, entre otras cosas. Estuvieron jugando un poco y luego, se acercaron a uno de los puestos que vendían pulseras de hilo, fue ahí donde Hiroaki, compró tres pulseras del mismo color, un color celeste cielo parecía. Entonces, les dio una a cada uno y se quedó con la última.
- Oye gracias, ¿pero porque tres iguales? -Preguntó el rubio.
-Eso te lo diré más adelante. -Contestó el castaño con una leve sonrisa.
Siguieron caminando hasta que llegaron a la montaña rusa, donde se escuchaban los gritos de las personas que estaban allí arriba, al mirar hacia un lado se reflejaba el sol que descendía detrás de la rueda de la fortuna.
- ¡Subamos a la montaña rusa!- Dijo con energía Hiroaki.
- Me parece buena idea, ¿Qué dices Airi? -Le pregunta el rubio.
- Yo le tengo miedo a las alturas. Asique, no lo sé...- Apagando la voz y cerrando los hombros dijo ella mientras caminaba hacia atrás tratando de alejarse.
- ¡Vamos anímate, no subirás sola, nosotros estaremos contigo! - Le dijo el castaño mientras le tomaba la mano y la llevaba consigo.
Había una fila bastante extensa, pero avanzaba rápido. De todas formas se hizo de noche cuando le toco su turno.
Cuanto por fin les toco, se acomodaron en los asientos, Hiro fue adelante solo, atrás el rubio y Airi. Pero al cabo de unos segundo Ray, se dio cuenta que su seguro estaba algo defectuoso. Cuando se lo contó a los demás, estaba por cambiar de asiento, pero de pronto el tren comenzó a moverse lentamente, aumentando su velocidad cada segundo.
- ¡Dame la mano Raymond! - Le dice Airi, tomándole la mano con fuerza a el rubio.
- Hiro dame tu mano también. - Acercándole la mano que tenia libre, y lo agarra fuerte. ¡No se suelten por nada en el mundo! - grita ella, al sordo ruido del tren sobre los rieles.
Cuando estaban cerca de dar la vuelta circular, donde quedarían cabeza abajo, se tomaron las manos con más fuerza.
En la segunda vuelta, Hiro vio que Airi estaba muy nerviosa y con miedo.
- Relájate Airi, por eso estamos de las manos, confía en mí. - En eso, ella trata de tranquilizarse y disfrutar del momento.
Al bajar, ella admitió que le había gustado, aunque paso nervios. Raymond estaba tranquilo pese a que estaba muy inseguro.
- No era necesario, que hicieran eso por mí. No me iba a caer. -Les comenta el rubio. Luego de eso, Airi se le acerca y le saca un cabello de su cabeza. ¡Eso ... duele Airi! - Le dice él mientras se acariciaba la cabeza.
- ¡Que tonto que eres, podrías morir! ¡Si te caías, te hacías picadillo contra el suelo, y seria de lo peor! - Le responde ella bastante enojada por el comentario.
- De todas formas no...- Respondía el rubio que fue interrumpido por Hiro que se acercó y lo abrazó ¡Ella tiene razón, fue peligroso, me alegra que no haya pasado nada! - Le comentó mientras le mostraba esa sonrisa de bienestar.Esa respuesta le dejo mucho que pensar a Raymond. " Por primera vez en la vida, se preocupan por mi bienestar y no por las circunstancias que podrían pasar ellos si me pasara algo malo." Luego lanzó una sonrisa que apenas se logró notar.
Al día siguiente en la escuela, luego de tantos exámenes, los profesores propusieron bajar el estudio por unos días. No obstante, se abre la puerta de nuevo, como aquella vez que entro Hiro, pero esta vez, el director entro con una joven. Cabello largo y negro, ojos azules, y en su cabello tenia un pasador color turquesa.
Buenos días a todos, mi nombre es Grausam Yara, es un placer. Todos la saludaron cordialmente. Luego de eso ella centro su mirada en Airi, que no estaba prestando atención a su entrada, estaba dibujando sobre su banco.
- Tanto tiempo, Airi Ralle. - Saludó Yara poniéndose frente al banco de ella.
Apenas escuchó eso, reconoció esa voz, y levantó la cabeza despacio. Cuando vio a la joven mientras le sonreía.
- ¿Pero qué haces tú aquí? - Le preguntó desesperadamente que abría los ojos bien grandes, levantándose de su silla.
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Mas allá, donde ni las estrellas pueden tocar.
Teen FictionLa historia gira entorno a tres jovenes, que no estan disfrutando su adolescencia como debería ser. Entre problemas familiares y amistades perdidas estos chicos intentaran llegar a encontrar ese algo que les hace falta para poder dejar todo atrás, q...