No todo salió como siempre pensé.

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Hoy Vanessa se sentó de nuevo conmigo.

No le podía decir "No te sientes conmigo porque estoy enamorada de tu novio".

Así que me quedé callada, parece una chica bastante agradable.

Ahora sé porqué Austin se enamoró de ella.

Ella tiene una sonrisa hermosa, es amigable y social con todo el mundo.

Yo soy todo lo contrario. Ella es Bob Esponja y yo soy Calamardo.

Es tan agradable, que había llegado un punto en el que me sentía culpable por haber sido tan arisca con ella en su primer día. Después de todo, ella no tiene la culpa de que yo esté enamorada de su novio Austin.

—Amy, ¿Te gustaría sentarte con nosotros en la hora del almuerzo?

"Con nosotros" eso significaba estar en la misma mesa que Austin Style.

Ya perdí mi dignidad cuando creí que me sonreía.

¿Qué más puedo perder?

— Claro, me encantaría — forcé una sonrisa tratando de que no notara el nerviosismo que me comenzaba a invadir.

— Tengo amigos para presentarte — chilló emocionada.

Ella solo tenía un día aquí y ya tenía amigos. Yo llevaba años y ella la única persona que me había hablado. 

¿Fracasada social? Definitivamente.

Seguro ella noto que no hablo con nadie y por eso quiere unirme a su grupo de amigos. Otra vez la culpa me invadía. Vanessa quería que sociabilice con sus amigos y lo único que yo hice fue mirarla con envidia de la mala.

— Suena genial.

A las nueve y media salimos de clases y fuimos hacia la cafetería. Vanessa me engancho de su brazo parloteando de no-se-que como si fuéramos grandes amigas de años.

Nos detuvimos en la mesa. Pero no era cualquier mesa.

Era la mesa del sexi, hermoso y perfecto Austin Style.

—Hola chicos, ella es Amy Stevens — dijo Vanessa llamando la atención de todos los presentes. Ella me dio un empujoncito hacia adelante para que me vean.

Mis piernas temblaron cuando todos me veían, pero los que me importaban eran los de él.

Esta vez no fue impresión mía, Austin Style me estaba viendo de verdad.

— Hola — balbucee como siempre: tímida.

— Él es Derek — comenzó a presentarnos Vanessa mientras señalaba a los nombrados —Ella es Darcy. Ellos son Brad y Gael — hizo una pausa —  Y él es Austin, mi novio.

Sentí una punzada en el pecho cuando dijo lo último. Pero lo disimule bien mientras tomaba asiento y todos me sonreían a modo de saludo.

Austin también me sonreía como los demás, pero no de la manera que siempre imagine. Ahora él solo estaba siento amigable con la nueva chica que su novia integro a la mesa. Pero, como dice mi mama: “Algo es algo”

Todos comenzaron a parlotear acerca de no-se-que hasta que el timbre sonó. Comenzaron a levantarse y a recoger sus cosas.

—Hoy me toca historia — bufo Vanessa mientras se colocaba su bolso.

—A nosotros arte — dijeron a coro los demás.

– ¿Que te toca, Amy?

— Tengo hora libre, mi profe no viene.

— El mío tampoco — me siguió Austin.

Casi lo había olvidado. Compartíamos esa clase.

—Entonces los dejamos asi se conocen. Estoy segura que se llevaran bien — dijo alegre y con su ya típica sonrisa. Vanessa se acercó hasta Austin y se dieron un corto beso antes de que todos se fueran dejándonos solos.

Tenía un mal estar en el estómago al verlos besarse de nuevo, pero el nerviosismo que sentía al estar a solas con Austin es otro nivel. 

Estamos solo.

Repito, ¡estamos solos! Como siempre soñé desde hace ya cinco malditos años.

Mis manos sudaban y las retorcía una contra la otra pensando en que decir. Finalmente estábamos aquí y yo no podía ni respirar correctamente.

—Asi que te llamas Amy — rompió el silencio obligándome a verlo. Estaba recostado en la mesa viéndome entretenido.

Tenía su atención en mí y solo en mí.

—Asi es, un gusto—creí que notaria lo nerviosa que estaba, pero no lo hizo. Coloco un brazo arriba de la mesa y descanso su cabeza en la palma de su mano dándole una posición demasiado cómoda en comparación a mí que estaba a punto de tirarme al suelo.

— También es un gusto conocerte —y cuando sonrió, pude sentir mi corazón detenerse —, si no fuera por Vanessa no sabría de ti. Es una gran chica y muy amable.

Retiro lo dicho. Comenzaba a molestarme que hablara de ella frente a mí.

—Sí, lo es— dije un poco insegura. Al menos él me estaba dirigiendo la palabra, ¡pero hablando de cuan genial es su novio!

—¿Sabes?, Creo que la amo demasiado—murmuro más para él que para mí.

No se daba cuenta. No se daba cuenta que, frente a él, le estaba rompiendo el corazón a una chica.

—¿Por qué me estás diciendo esto a mí? No me importa lo que te pasa con ella, ¿Entiendes? — frunció el ceño sentándose recto.

—Tranquila, solo quería hablar de algo.

— Será mejor que no me hables, no me importa nada de ti o lo que pase en tu relación.

Me puse de pie y recogí mis cosas. Pero me olvide de levantar los pedazos rotos de mi corazón.

Por inercia me encerré en el baño sintiendo mi garganta picar, mis ojos arder y mi pecho doler.

¿Le hablé?

Sí.

¿Ya me conoce?

Sí.

¿Todo fue como lo imaginé?

No.

Nada fue como lo imaginé.

ÉL...©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora