Capítulo 1

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Y ahí está otra vez. Mirándome con una sonrisa, absorta a lo mucho que me afectaba en la vida. Me toman por loco, nadie me cree que puedo verla, que ella puede verme y hablarme. Al principio pensé que eran alucinaciones a causa de su pérdida y en lo afectado que estaba por ella. Pero ya han pasado 10 años, yo ya debería haberla superado, debería haber continuado con mi vida. Pero ella parece negarse ante el hecho. Le devolví una mirada tranquila aunque me sentía enloquecer por dentro.

-¿Por qué? ¿Por qué me haces esto? ¿Por qué empiezo a creer que estoy loco como todos dicen? ¿No pudiste solo morir y ya como pasa normalmente con la gente? –la miro de reojo intentando conservar la tranquilidad -yo te amaba y te amo, pero se supone que tengo que continuar con mi vida, ¿sabes? Como la persona normal que solía ser. ¿Por qué me lo haces tan difícil?

-Ya te dije amor, todo pasa por algo. Yo no decido estar aquí, Dios decidió que debía estarlo.

-Ya me tiene harto esa estúpida frase "todo pasa por algo" –digo con voz burlona – así que dime, ¿cuál es el motivo de todo esto? ¿Encerrarme en un loquero y pudrirme ahí dentro? Oh gracias Dios, no veo la manera de agradecerte –digo sarcásticamente. Ella se cruza de brazos y me regaña con la mirada, como solía hacer de chico cuando hacía alguna travesura, para después decir...

-Harry Edward Styles, no hables así de Dios –ruedo los ojos

-Ya no tengo 10 años mamá, te recuerdo que soy mayor de edad

-Lo siento mi niño no lo volveré a hacer –le dirijo una mirada enfadado –lo siento! Acabo de llamarte mi niño, supongo que no puedo aceptar que ya seas todo un adulto –suelto un suspiro de cansancio y me desplome en el sofá

-¿Qué voy a hacer ahora? Mañana me llevaran a un Psiquiátrico y terminaré por pudrirme ahí dentro. –ella se sienta a mi lado dándome una triste sonrisa, sé que si pudiera tocarme me abrazaría. Pero por mucho que me queje, agradezco poder verla. No sé qué haría sin ella y sus consejos de madre

-Vas a seguir adelante, vas a enfrentar tus problemas y les demostrarás a todos que no estás loco. Okey? Todavía tienes una vida por delante y sé que podrás salir de esto para encontrarte algo bueno y hermoso esperándote –asiento no muy convencido

Despierto gracias a los golpes en la puerta, la alarma no había sonado. Friego mis manos en mis ojos somnolientos, retirando todo rastro de lagañas

-Ahí voy! –grito con voz adormilada. Cepillo mis dientes y me cambio lo más rápido posible, me daría una ducha pero me están esperando y no tengo tiempo. Ya listo me planto frente a la puerta con el bolso ya hecho en mi mano y tomo un bocado de aire antes de abrirla. Un hombre con uniforme médico me esperaba con una sonrisa amigable del otro lado de la puerta

-Ya es hora de irnos chico –asiento y le doy un último vistazo a mi preciado y humilde departamento antes de cerrar la puerta. Me escolta hasta la camioneta médica y me subo a ella. El viaje es silencioso, yo miro por la ventana distraídamente pensando en qué me encontraría ahí dentro hasta que una voz a mi lado hace que salga de mis pensamientos

-Todo va a salir bien –me dice con su típica sonrisa tranquilizadora. Su voz hace que me sobresalte, a pesar de que haga lo mismo hace tantos años nunca me acostumbrarìa. Contengo las ganas de contestarle, si mi objetivo era demostrarles que no estaba loco no podía ir hablando con la nada por la vida

La camioneta se estaciona frente a una gran construcción que expresa en un cartel frente a la puerta las palabras "HOSPITAL PSIQUIÁTRICO" Con solo verlo desde afuera los pelos se me ponen de punta. Médicos entran y salen por la puerta al igual que familias con expresión seria, preocupada o triste. El mismo médico me conduce hacia la entrada tomándome del brazo. No lo culpo, probablemente habrán tenido que esposar o atar a algunos.

Habitación 23 -Larry StylinsonWhere stories live. Discover now