Capítulo 2

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Al otro día despierto gracias a los golpes en mi puerta, por segunda vez consecutiva. Al abrir los ojos me encuentro a mi madre sentada en el borde de la cama mirándome con una pequeña sonrisa la cual devuelvo. David entra por la puerta con una sonrisa cansada, bajo sus ojos tiene unas grandes ojeras, parece no haber tenido una muy buena noche.

-¿Cómo dormiste en tu primer día? –pregunta amablemente

-No muy bien, me agarraron ganas de ir al baño en la noche –David hace una mueca al escucharlo

-Lo siento, olvide decirte que no tenía baño individual y enseñarte dónde estaba –suspira –¿Pero lograste encontrarlo?

-Si, por suerte –Digo evitando mencionar a Louis. No sè por qué siento que no debo hacerlo

-De acuerdo. Hoy vendrá a verte una Psicóloga, su nombre es Allie. Es muy buena con los pacientes, espero que lo sea igual contigo. Vendrá después del almuerzo que estará por llegar pronto. Si, aunque no lo creas ya es mediodía. No despertamos antes a los que no tienen ningún compromiso a la mañana ya que no lo vemos necesario –asiento algo sorprendido y este se va por la puerta sin decir más. Mi mirada viaja hacia la de mi mamá que mira la puerta embobada

-Mamá –Digo con tono de regaño. Ella sale de su trance para dirigir su mirada hacía mí y sonreír

-¿Qué? Es lindo y amable –Dice encogiéndose de hombros

-Mamá, él no puede verte -Le contesto lo màs delicado posible

-Lo sé –Dice suspirando y bajando la mirada algo decepcionada

-Bueno, ¿cómo te fue en tu busca de algo interesante? –Pregunto intentando cambiar de tema

-No muy bien, creo que sólo conseguí espantarme más con este lugar. Si no estuviera muerta te sacaría de aquí ahora mismo

-Si no estuvieras muerta probablemente no estaría aquí –rio en broma a lo que ella me imita

-¿Y tú? ¿Cómo estuvo tu camino hacía el baño? Imagino que terrorífico

-Así es, ¿puedes creer que sólo una lámpara alumbra todo el pasillo? Aparte de que con suerte se agarra al techo. Es còmo las pelìculas de miedo, nunca creì que verdaderamente serìa asì -Rie

-Este lugar apesta –Asiento de acuerdo. La puerta se abre para que luego aparezca David con la comida en sus manos. Deposita la bandeja sobre mi escritorio y desaparece por la puerta después de pronunciar "buen provecho" tal cual había hecho ayer. La bandeja tiene una pastilla en ella, que como ayer, me niego a tomar escondièndola nuevamente bajo el colchòn. Era extraño que no se cerciore de que la tomo, pero empiezo a creer que David es demasiado distraìdo. Almuerzo mientras mi madre me habla de las experiencias "horribles" que había tenido ayer y yo asiento sin prestarle mucha atención. Mi cabeza esta en Louis, por alguna razón no puedo sacarme de la cabeza su rostro oscuro que se negaba a dejarme ver. No dejo de preguntarme cómo serían sus ojos o todo su aspecto en general.

-¿Harry? –Dice mi mamá sacándome de mis pensamientos

-¿Sí?

-¿al menos has escuchado algo de lo que te he dicho? –Mi silencio es suficiente cómo respuesta. Esta suspira agotada y lo repite

-Iré a investigar de nuevo, suerte con la psicóloga –tira un beso al aire y yo le sonrio en forma de saludo. Dejo el plato de comida sobre el escritorio y me quedo mirando un punto fijo perdido en mis pensamientos. Después de lo que parecieron horas llega la psicóloga con una enorme sonrisa.

-Hola, ¿Harry, verdad? –Asiento –Soy Allie, tu psicóloga

-Lo sé, un gusto –Digo intentando no sonar descortés, aunque mi tono suena falso y forzado, ella parece no notarlo ya que no borra la sonrisa amigable de su rostro

Habitación 23 -Larry StylinsonWhere stories live. Discover now