No todo está perdido.

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(R)

Mi plan estaba ya en marcha, habiendo dejado pasar la noche y a la mente de Benjamín descansar, me había organizado bien lo que iba a hacer en la mañana. Eran las dos de la madrugada y aún trataba de analizar y relacionar las noticias que mi amigo me había mostrado horas antes, y sí, había tildado las coincidencias anotándolas en un cuaderno. Más o menos sabía para qué lado ir, primero hablaría con Joaquín, mi mejor amigo de toda la vida, y con un resumen rápido le iba a intentar explicar toda esta situación. Joaquín era abogado, había estudiado traductorado y se especializaba también en psicología, (algo que se había propuesto estudiar antes de empezar su carrera de abogacía). Había tenido muy en cuenta su aprecio hacía Benjamín y que sus métodos para mantenerlo tranquilo iban a servirnos en esta ocasión, ya que en las anteriores veces que ese imbécil se había metido en líos, lo habíamos llamado a él para que lo representara frente a la fiscalia y todas las veces habíamos conseguido sacarlo de sus apuros. Digo nos porque yo también ayudaba con lo que podía, al fin y al cabo era mi mejor amigo quien estaba en problemas.
Primero, iba analizar en qué lugar estábamos ahora, si era un peligro sacar a Benjamín a la calle, tendría que mantenerlo bajo mi techo hasta que la suerte estuviera más de nuestro lado, a lo que pensaba también en que el jodido karma estaba jugando con mi amigo como si fueran un gato y un ratón. La vida había golpeado tan duramente al rubio años atrás, cuando sus padres fallecieron en aquella entradera y su hermano decidió dejarlo a la buena de Dios, yéndose del país con su novia. Él supo salir adelante sin la ayuda de nadie, aún teniendo a algunos familiares de su lado, decidió no pedirle sustento a nadie, sólo se encargó de terminar sus estudios, trabajar, mantener su casa, estabilizarse, vivir la vida de un chico hasta sus 22 años, que no se la desearía ni a su más odiado enemigo. Lo conozco hace muchos años, un tiempo después de que sus padres abandonaran de forma física el mundo, es un chico de mente abierta, muy apacible, lleno de cariño hacia todos sus seres cercanos, optimista y sobre todas las cosas, una persona sumamente fuerte que, si se descarrilaba de su camino, siempre encontraba la forma de volver sin perjudicar a nadie.
Hace unos 13 años que él se dedicaba a eso; sobrevivir.
Claro que como toda persona joven tenía sus momentos de hacer idioteces y gente como yo que lo apañaba... Admito que algunas veces se disfrutaba demasiado el hacerle travesuras a las personas, incluso las bromas telefónicas en esa época eran de lo más novedoso. Pero cuando creces, cambias. Ya no ves todo como un chiste, te vas tomando la realidad más enserio y enterras lo que alguna vez disfrutaste y te gustó ser –y admito que aún le cuesta asumir cosas a su edad–, un pibe. Así estaba Benjamín ahora, tratando de llevar una vida de adulto y de comprar a toda costa su autonomía, su libertad. Y eso es, las ganas de querer y poder hacer algo, por más que te lo prohíban, por más que sepas que, quizás está mal, por más que te frene el universo. Es algo que todos creemos tener y que, en realidad, está muy escaso y lejos de nuestro alcance. Hasta hace un tiempo atrás su vida estaba transitando un tiempo complicado, cambió de trabajo seis veces en tres meses, su sustento diario había disminuido y con eso sus ganas de seguir de pie. Yo que lo acompañaba le brindaba mi ayuda cuando no podía ni siquiera levantarse a las ocho de la mañana para ir a mear, sí, ahí estuve yo, cuando se le estaba cayendo el mundo. Acá sigo.
Lo conozco desde los 15 años, él teniendo 9 nunca había entendido por qué elegí darle la mano cuando la mayoría de las personas le daban la espalda. Estaba en la calle, su hermano seguía con él pero aún así no encontraba mejor lugar que el juntar porquerías por los barrios. Lo veía desde la ventana de mi casa, iba y venía con un grupito que en ese tiempo se rumoreaba que robaba casas. Ese día estaban merodeando la casa del vecino y yo los saqué corriendo de la entrada, él se quedó parado mirándome, esperando que hiciera algo, lo invité a pasar a mi casa y le pregunté por qué hacía eso, qué tenía de divertido, y ahí me contó todo, creo que nunca me voy a olvidar del vacío en sus ojos cuando me habló sobre sus padres, sobre su hermano y sobre por qué había elegido irse a la calle.
-Para sobrevivir, mi papá me pidió que viviera a toda costa, y mi mamá me dijo que siempre me guiara por mis instintos, que el corazón late con más fuerza y piensa mejor que la cabeza.-
Eso fue lo que un nene de nueve años le dijo a uno de 15. Esa fue la lección que un marginado le dió a una persona que creía tenerlo todo. Y sí, ese día sí entendí todo, puse mis ojos en alguien que sabía mucho más que yo, teniendo menos trayectoria de vida.
Por eso con tanta seguridad puedo decir que es una persona que no se rendiría ni que lo buscara una mafia rusa contrabandista. Por eso me preocupé tanto cuando me dijo que una verdadera mafia lo estaba buscando. Porque metió la pata, vió algo que no debía.
Pero en la vida no está todo perdido, el juego puede complicarse pero no perderse.
Y ahí seguía yo, de pie junto a él.

Era la mañana y yo sabía muy bien qué hacer, contactarme con Joaco y mantener a Benjamín seguro.
A las pocas horas ya se encontraba en mi casa, sacando a relucir sus papeles de gente importante. Títulos, denuncias y actas de los casos que habíamos visto por internet la noche anterior con el rubio.
-Te puedo decir que están en terreno jodido, ¿es seguro lo que vió? ¿dónde está ahora? -Mi amigo de traje había comenzado con sus preguntas.
-Está durmiendo, le tuve que hacer como seis tés de tilo, ya no sabía qué hierba o mejunje darle para que bajara los cambios.-Me paseaba por la cocina con una taza de café y tostadas, no había dormido.
-Ya veo, al menos ahora está descansando... capáz eso ayude a acomodar ideas. También veo que vos no dormiste un carajo, ¿algo más para decirme? -Escrutó mirándome con recelo.
-No, estuve buscando eso que te mostré y tratando de encontrar información que los hackers filtran en las redes sociales, blogs, etc...-Sorbé un poco de café y me quedé mirando a la nada, seguía pensando.
-Pero no es eso lo que te tiene así, Renzo, ya sé que la situación no da para más, pero tampoco tenés que hundirte en el pozo vos. Vamos a salir de ésto, sabés que tengo mis contactos y algo vamos a hacer para que lo dejen en paz, Benjamín no se va a ir. -
Joaquín me leía la mente, más que eso, encontraba la solución a varias dudas antes de que yo pudiera reconocerlas del todo. También sabía que todo ésto me afectaba de más y que si algo llegaba a salir mal, no solo iba a explotar, sino que iba a tomar las decisiones incorrectas que los débiles usan al final del camino. Porque tenía la valentía, pero la cobardía no dejaba de sobrarme y me amenazaba con llevarse todo de mi.

Dejamos el desayuno para más tarde y nos concentramos en revisar papeles, cosas que pudieran servirnos. Sentía que dentro de mi crecía cada vez más un pozo, un agujero negro que succionaba todas mis esperanzas. Decidí dejarlo buscar a él para no alimentar más mis miedos y me fui hasta el departamento de Benjamín, quería conseguirle algo de ropa si se iba a quedar un tiempo indefinido conmigo.
Estaba llegando cuando ví un par de camionetas de Gran Encuentro estacionadas en la puerta del edificio, ¿esto es joda? Disimulé y me acerqué, no había nadie en ellas, seguro habían salido a recorrer la zona al no encontrarlo a él ahí, ¿hace cuánto tiempo hacían esto? Pero eso no fue lo que más me asustó o llamó la atención, estaba viendo dentro de uno de los vehículos un expediente. El expediente de Benjamín. Una carpeta gorda con toda su vida. En ese momento una idea idiota cruzó fugazmente mi cabeza. Me cercioré de que no hubiera nadie cerca y me metí en la camioneta, sacando los papeles y escondiéndolos en mi chaqueta. Volví a mirar mis alrededores con cautela y cuando no había moros en la costa, corrí. Corría como si no existiera mañana. Corría como si fuera mi propia vida la que se estaba apostando, y probablemente lo era.

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⏰ Última actualización: Aug 10, 2017 ⏰

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