Café frío

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Disclaimer: Fantastic Beasts and Where to Find Them pertenece a sus respectivos dueños. Sólo escribo por placer y sin fines de lucro. 

La luz de la mañana ingresaba al cuarto ese día, filtrándose por las ventanas a través de unas bonitas cortinas blancas. La habitación era mediana, tenía dos grandes ventanas, una cama de dos plazas, un pequeño escritorio de madera con una silla, una puerta que daba al baño y unas maletas de viaje apiladas a los pies de la cama. Newt Scamander abrió los ojos poco a poco, emergiendo de un profundo sueño. Se sentía muy descansado, algo muy propio de tomarse vacaciones. No estaba seguro de qué hora era pero no debía ser demasiado temprano si ya estaba todo tan iluminado.

El lugar estaba en casi completo silencio, sólo se escuchaba la respiración acompasada de la mujer que dormía a su lado. Tina yacía junto a él, las sábanas cubrían su torso desnudo, dejando ver sus hombros pálidos. Newt se acomodó en la cama para quedar enfrentado a ella y la observó. Sólo se le veía la mitad de la cara pues estaba hundida en la almohada a la cual se estaba aferrando. Tenía el cabello negro y corto revuelto sobre la cabeza. Sonrió como un tonto mirándola.

"Ella es mía ahora" pensó con ternura. Ambos habían tomado sus vacaciones de sus respectivos trabajos para poder celebrar su luna de miel con tranquilidad. La noche anterior luego de una fiesta con sus familias y amigos, se aparecieron cerca de un hotel muggle en las afueras de Londres. Él recordó que nunca se había sentido tan nervioso por estar cerca de Tina, no tanto como cuando sus cuerpos se encontraron bajo las sábanas para demostrarse físicamente cuánto se querían. Era la primera vez que dormían juntos. Pensó que ella quizás no lo encontraría atractivo, que no sería suficiente para satisfacerla pero con caricias y besos de esa dulce mujer, todo eso había quedado olvidado.

Y ahora, viendo hacia atrás, todo le parecía tan irreal. Tenía a la mujer que amaba durmiendo a su lado. Ella movió los labios, quizás emergiendo de un buen sueño. Se estaba despertando. Con cuidado, le acomodó el cabello detrás de la oreja.

― Roncas ― murmuró ella, aún con los ojos cerrados.

― No es cierto ― le contestó él, riendo ―. Buenos días, señora Scamander.

― Cállate, tonto ― siguió ella, escondiendo su evidente sonrisa en la almohada ―. Si me sigues mirando, me vas a hacer un agujero en la cara.

― Oh, por dios. No querría arruinar esa bella cara que tienes ― bromeó él, arrimando su cuerpo hacia ella. Tina quitó su rostro de la almohada y se mordió el labio inferior.

― Buenos días, Newt ― ella le acarició el pecho desnudo con una mano.

― Buenos días. ¿Cómo dormiste?

― Excelente, gracias a ti terminé exhausta.

El hombre sintió como sus mejillas se coloreaban y desvió la mirada con una risa algo nerviosa.

― Pues... yo no era el único que se movía, a decir verdad.

Ambos se miraron a los ojos y se rieron con ganas. Newt se acercó un poco más y la besó en la frente, rodeándola con los brazos. Se sentía tan bien tenerla allí tan cerca, sentir su aroma apenas despertaba. Era mágico.

― Te amo, Newt.

― Y yo te amo a ti.

Luego de un buen rato de estar abrazados, los recién casados se levantaron para lavarse la cara y cepillarse los dientes. Para cuando Newt había terminado, Tina recién iba poniendo la pasta en el cepillo. Mientras se cepillaba, él se puso detrás de ella y le rodeó las caderas con los brazos, apoyando su mentón en el hombro de su mujer. Sentía la suave piel de la espalda de Tina contra su pecho y se sintió muy feliz.

Café frío [Newtina]Where stories live. Discover now