Nueva Orleans

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Norte América, finales del siglo XIX. Los ritmos desenfadados de las nuevas bandas de música de un género musical que aún sólo era conocido allí inundaban las calles de la ciudad. El atardecer era el que marcaba la entrada de los habituales pasajeros al vapor Carpathia.
En su entrada, los camareros afroamericanos invitaban a subir a los ricos blancos.

Peter, que era el hijo del chef de la embarcación, era un adolescente que detestaba que los blancos les mirasen por encima del hombro, como si fueran mejores, le ponía de los nervios, por eso su padre le aconsejó que subiera al barco después de todos los pasajeros, como los grupos musicales que actuaban en el vapor, para así no tener que presenciarlo.

En el vapor había tres importantes salas: la sala del comedor,en la que normalmente había actuaciones en directo de Jazz, la sala de juego, en la que aparte de realizar los pasajeros partidas principalmente de cartas, fumaban, y el salón de bailes, donde también había un pequeño escenario para el grupo de Jazz que otorgara la música para que los pasajeros bailasen.
La mayoría de los barcos a vapor presentaban camarotes para los clientes, pero en el Carpathia sólo disponían de camarotes para los tripulantes de este. El Carpathia sólo navegaba por el río Mississippi, hasta que fueran altas horas de la madrugada, que era cuando los pasajeros desembarcaban.
Por la mañana, los camareros y prácticamente todos los tripulantes del barco, que eran todos afroamericanos, limpiaban, ordenaban y demás para que el barco volviese a estar perfecto para por la tarde, que era cuando volvían a subir los pasajeros.

El Vapor CarpathiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora