"cap 1. dia corriente"

128 5 1
                                    

Me encontraba en el suelo de mi habitación mientras que con una pelota de tenis jugaba tirandola contra la pared y ésta rebotaba para terminar en mi mano y volvía a lanzarla.

Llevo mas de dos meses viviendo con mi madre y digamos que "nuestra relacion" no es muy buena.

Cuando mi madre me dió a luz sufrió depresión postparto, eso hizo que nunca me tomará en brazos ni que jugara conmigo, ni que tubiera ningun tipo de afecto hacia mi.

Cuando llegué a la edad de cinco años no aguantó mas y decidió irse de casa diciendo que ella no aguantaba mas fingiendo que era una buena madre y asi me dejó con mi padre que fué el que me crió.

Mi padre se convirtió en todo para mi, él es mi sustento, mi amigo y confidente. Apesar de todo el nunca me habló mal de mi madre, siempre hizo l contrário, siempre me decia que algun dia la entenderia.

Hace un poco mas de tres meses recibimos una llamada del hospital avisandonos de que mi madre estaba muy enferma y que necesitaba ayuda.

Mis abuelos maternos murieron cuando yo auj estaba en el vientre de mi madre, por lo que nunca los llegué a conocer en persona, solamente en fotografías que mi padre me enseñó.

Desde aquella llamada mi padre dijo de que yo tendría que estar con ella y pasar mas tiempo como de alguna forma ayudarla para qué deje su adicción al alcohol.

Aunque no se si yo sea el motivo que ella necesita.

Porque en eso se había convertido mi madre, una adicta al alcohol.

Y desde entonces estoy aqui, cudandola sin que ella se dé cuenta, y aunque me dejo cuando yo era una niña, jamas le guardé rencor.

--¿Quieres dejar de hacer ruido con la puta pelota?-- dijo mi madre desde la puerta de mi cuarto.

El olor a cerveza se podía oler desde aquí, tenia una bata roñosa con el pelo grasiento y sus ojos brillosos a causa del alcohol.

--¿pero acaso puedes oir el ruido con la que tienes encima?-- le pregunté con ironía, se veia a leguas de dinstancia que estaba ebria.

--Respetame maldita mocosa, no olvides que soy tu madre.

--como iba a olvidarlo si eres tan adorable.

Me tiró la lata de cerveza que tenía en su mano, la esquive en el ultimo momento.

--vaya, para estar borracha tienes buena puntería.

--Vete a la mierda, hija de puta.

--No se si te das cuenta de que te estas llamando puta a ti misma.

Se dió la vuelta como pudo y dejo de hablarme, iba susurrando algo mientras abria la puerta del patio para salir a fumar.

Es extraño que le moleste el olor a tabaco y no a cerveza.

Deje la pelota encima de la estanteria de mi cuarto y salí al patio donde estaba mi madre sentada en una maca, cogí de su bolsillo de la bata el paquete de tabaco, saqué un cigarro y se lo devolvi.

--Aun sigues siendo pequeña para fumar.

--Y tu eres muy vieja para beber.-- dije dando una calada al cigarro.

--¿cuando será el dia que me respetes, niñata?

--Pues el mismo dia que yo reciba el mismo respeto, madre.--le dije dando enfasis a mis ultimas palabras.

Nos quedemos mirándonos una a la otra como una lucha interna. Movió su mano para apagar el cigarro con tan mala suerte de que calculó mal la distancia entre en cenicero y su pierna, y apago el cigarro en su rodilla. Solto un quejido lastimero espolsando su pierna mientras que de esta salian pequeñas motas encendidas.

Historia De Una AsesinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora