1. Paranoias mentales

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—Buenos días, mamás.
—Hola, Sergi. ¿Qué tal en clase?
—Bien. Aunque... Mamá, ¿qué significa ser activa y ser pasiva?
Intercambiamos una mirada. ¿Qué hace nuestro pequeño preguntándonos eso?
—¿Por qué lo dices, cariño? —te pregunta mamá.
—Unas chicas me preguntaron quién de vosotras es la activa y quién la pasiva —Te encoges de hombros sentándote a comer.
Intercambio una nueva mirada con tu madre.
—Bueno, es algo sin importancia, en realidad. ¿Recuerdas cómo se traen niños al mundo? Y que entre personas del mismo sexo se puede hacer también aunque no tengan hijos.
—Mamá, por Satán, soy mayor. Sé lo que es el sexo.
—Ya, lo sé... Aún no me hago a la idea...
—Lo que Azu quiere decir es que la activa es la persona más activa de la pareja en las relaciones sexuales. Pero eso es una tontería. Una etiqueta sin sentido. Cada uno tiene sus gustos y no tiene más importancia. Tu mamá y yo no somos ni activas ni pasivas, somos dos personas que se quieren y se dan amor como lo sienten.
—Entiendo... ¿Y qué es uke y seme? Ellas dijeron que es algo parecido. Dijeron que el tío Luke tiene pinta de ser la pasiva. También dijeron que tengo suerte de conocer tantos gays. No lo entiendo, mamá, ¿qué diferencia hay entre conocer gays y conocer heteros?
Intercambiamos una nueva mirada. Una mirada llena de pánico por lo que se están convirtiendo estas nuevas generaciones.
—Los fanfics han hecho mucho daño —comenta tu madre.
—Demasiado. Y, Sergi, hazme el favor y explícales a esas niñas lo que te he dicho, y pídeles educadamente que se metan en sus propios putos asuntos.
—Amor...
—Perdón: en sus propios y puñeteros asuntos. Y no, cielo, no hay ninguna diferencia. Todos somos personas. ¡Y yo soy hetero, por Satán, que esté casada con una mujer no define mi orientación sexual!
—Lo sé, mami.
—Y otra cosa, Sergi.
—Dime.
—Por favor, prométeme que te siguen gustando los piratas, mi piratilla. Sigue pensando en piratas mucho más tiempo.
—Mamá, me gustan los piratas, ¡pero ya tengo edad para pensar en mujeres!
—Bueno, pero sabes que no hay que precipitarse, ¿no? —inquiero.
—Lo sé, mamá, tengo catorce años, eso son cosas para mayores. Tranquila, no tengo prisa.
Dejo escapar un suspiro. Tu madre me dirige una sonrisa. Te sientas a mi lado en el sofá tras terminar tu almuerzo. Devoras tan rápido como yo, capitán.
—Y dime, enano, ¿hay alguna chica ya deambulando por tu mente?
—Hay una...
—¿Sí? Cuéntame. Y dime que no es ninguna de las de las preguntas raras, por favor.
Te ríes, sacándome una sonrisa. Como siempre.
—No, esas no. Se llama Rosa. Es muy simpática. Y también le gustan las historias de piratas.
—Me cae bien esa chica.
—Sí. Y sonríe mucho. Me recuerda un poco a mamá. Pero suelta tantas palabrotas como tú —añade entre risas.
—Sí, me cae bien esa chica —repito.
Os reís.
—Es la chica que llegó nueva este curso, ¿no? —te pregunta Azu.
—Sí.
—¿Y sois amigos?
—Algo así.
—¿Algo así?
—Estamos en el mismo grupo de amigos. Pero ella habla más con Isaías. Mejores amigos para qué, vive la vida.
—¿Le gustan las historias de piratas, no? —te pregunto.
—Sí.
—Llévale tu libro favorito. Se lo prestas y cuando lo lea tendréis un tema más de conversación.
—¡Te adoro, mamá! —exclamas abrazándome.
Me río y correspondo tu abrazo. Tú corres a tu dormitorio en busca del mejor libro para prestarle a tu amiga.
—Qué mal está el mundo para que vayan preguntándole esas cosas al niño, ¿no?
—Ssssshhh. Calla, calla. Déjame pensar que aún vive en un entorno inocente.
Tu madre se ríe.
—Que lo digas tú tiene delito.
—Lo digo yo porque sé lo que digo. Ojalá sea tan santurrón como tú... ¡O mejor, como su madrina! Ojalá no creciera nunca...
Azu se ríe sentándose en mis piernas. Me besa.
—Algún día dejará de ser un niño y será un adulto con su propia vida, galáctica. Tienes que aceptarlo.
—Dame unos años más para hacerme a la idea...
Ella sonríe y me besa. Frunce el ceño.
—¿Cómo conocerán a tu hermano como para decir que él es "el pasivo"? Quiero decir, si ni si quiera los conocen.
—No sé. Sergi les habrá contado un par de cosas y se habrán montado su propia paranoia mental. Como hacen con los famosos. Deberían dejar de fantasear con vidas ajenas.
—Sí. Deberían.

Dedicado a srtahorrible que me dio la idea en uno de sus artículos (al hablar sobre el tema de las etiquetas de pasivo, activo, etc) de escribir sobre qué ocurriría si Azu y Leia tuvieran un hijo y les llegara con la cantinela de la pasiva, la activa y todas esas mierdas.

One-shots Just be yorselfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora