Capítulo 2: ¿Y era lindo?

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El primer día que llegué supe que nada sería igual, cuando supe lo que iba a pasar tuve miedo, cada día me despierto con miedo, ¿sabes? me gusta el miedo, a estas alturas es lo único que me hace sentir viva, llevo viviendo con Emma unos cuatro meses y le agradezco tanto, si me pidieran decir cuál fue el peor día y el mejor día que recuerdo, sería el primer recuerdo que tengo. Y no recuerdo mucho.

Desperté en una oscura cueva todo húmedo y con agua corriendo por las paredes rocosas, tenía tanto miedo que me paralicé por mucho tiempo, murciélagos, oscuridad, sonidos raros, una que otra rata, no supe como salí de ahí, pero cuando salí el sol recorría mi piel blanca, y mi cabello, mi cuerpo y mi espíritu estaban sucios, fue entonces cuando oí el sonido del viento en las hojas de los árboles y la luz llegaba a mis ojos, luego simplemente me tiré y lloré, sollocé y saqué todo lo que tenía, tenía un pantalón y una camisa y nada más, caminé por mucho tiempo dando tumbos con los árboles hasta que llegué al patio de Emma, ella es una chica de melena y espíritu de fuego, me recibió y me preguntó por mí y yo no sé porqué, le dije todo lo que sabía y le solté todo, pero no fue mucho lo que le pude decir, en sus ojos pude ver una lástima que hasta hoy no pude sacar de mi cabeza, pero también vi una sonrisa de alegría por mí, supongo.

Luego de eso y no sé porqué, sentí que había conocido a una buena amiga, una verdadera amiga. Me enseñó todo lo que debía de saber de aquí. No recuerdo nada más, los dias son grises y la noches oscuras, pero ella me hace ver colores en los sentimientos, por más ridículo que suene, me hace ver el amarillo de la alegría, lo rojo de la ira y lo azul de la tristeza. Cuatro meses son muy poco para decir que alguien es tu mejor amigo diran muchas personas, pero es suficiente para mí. Es todo lo que tengo.

Hoy por alguna razón siento todo mi cuerpo pesado como si fuera de piedra o si alguien aplastara mi cuerpo, atado y sin poderme mover, dormida pero consciente, he estado con los ojos abiertos, la luz del sol entra por entre las cortinas, recorriendo un camino delicado hasta mis ojos, obligándome a cerrarlos y abrirlos, alguien toca la puerta, es ella, lo sé, pero aun así me reto a preguntar *¿Quién es?*, hoy pasará algo lo sé, creo que hay algo que viene y es muy malo. No sé porqué pero lo sé y más me vale tomarlo en serio.

-Soy yo, el desayuno está listo, ¿vendrás a comer o te perderás el día?.- Lo dice con una sonrisa, de esas que te contagian su alegría, me retan a sonreír y yo soy mala en los retos, siempre pierdo.

-¿Cuántos días puede perder alguien?, es decir el tiempo es relativo, o eso oípor ahí. ¿Se pierde algo?- Ella se acerca y se sienta en la cama y frunce los labios y alza una ceja, esa es su cara de "Estoy analizando tu tontería del día", vaya si sé leer los gestos.

-Tienes razón, pero hoy iremos al mercado, vendrá la señora Guus a buscar el cuadro para el museo y los pancakes son de arándanos.- Me giña un ojo.- Aparte recuerda que tú eres el amanecer, deberías tener más energía en las mañanas.

Hasta que nos volvamos a verDonde viven las historias. Descúbrelo ahora