I. Gilda

23 0 0
                                    

Nuestra historia comienza en el tiempo de colegio a mediados de año.

Alex un gordito de 12 años que cursaba el primer grado de secundaria conoce a una niña de su misma edad, eran compañeros de salón y se sentaban muy cerca el uno del otro, naturalmente todo comenzó con un simple:

-hola- dijo Alex al verla en sentada al lado suyo.

-hola- respondió Gilda con dulzura.

-entiendes algo?- pregunto Alex.

-mas o menos y tu?- dijo ella.

-nada de nada- dijo el mintiendo por que claro que entendía, era muy inteligente! solo ideaba un plan para acercarse a ella a través del antiguo método conocido como: "ayúdame con mi tarea".

Se pasaron toda la mañana hablando de todo, la familia, amigos, compañeros, mascotas y de una que otra película, se dieron cuenta que tenían mucho en común y así siguieron los días siguientes.

como ya era costumbre en ambos pasar el tiempo juntos, un día que regresaban en autobús de la escuela tocaron el tema del amor.

-tienes enamorado?- pregunto Alex.

-no y tu tienes?- pregunto ella.

- no, no tengo enamorado y mucho menos enamorada- dijo Alex con una sonrisa burlona y ambos rieron.

luego de eso ambos fueron a sus casa y Alex ideaba la forma para decirle lo que sentía y pidió ayuda a su prima.

tita ayúdame a estar con una chica- dijo Alex.

cómo?- pregunto tita.

no se, tu eres mujer y debes saber lo que les gusta, además estas en quinto y supongo que tu enamorado hizo algo para conquistarte- le dijo.

-en eso tienes razón, esta bien ñañito te ayudare- dijo tita.

pusieron en marcha el plan y consistía en escribirle una carta de amor donde le decía todo lo que sentía por ella y en la ultima parte le preguntaba si quería estar con el.

-¡quedo muy bonita!- dijo tita al ver la obra maestra que había ayudado a crear.

-ojala funcione- dijo Alex.

-funcionara ñañito, todo con fe- dijo ella animando a su primo.

al día siguiente Alex fue al colegio muy nervioso y al ver a Gilda no tuvo el valor ni de acercarse para conversar y mucho entregarle el mismo la carta, así que le pidió a un amigo de confianza que lo hiciera.

-hey! Renzo un favor hermano, entrégale esto a Gilda de parte mía y no la leas!- dijo Alex.

-ya hermano esta bien, no te preocupes yo se la doy- respondió Renzo.

en ese instante muchas cosas pasaron por la cabeza de Alex, se preguntaba como reaccionaria o que pensaría ella al leer la carta, pero sin dudas lo que mas atormentaba su cabeza era la respuesta de si quería estar o no con el.

1 hora después...

-Alex puedo hablar contigo?- dijo Gilda.

-si claro, dime- respondió el un poco nervioso.

-en serio quieres que sea tu enamorada?- pregunto ella con toda seguridad.

-si- respondio Alex con el pecho inflado de confianza.

-entonces?- pregunto ella mirandolo fijamente.

-quieres ser mi enamorada?- dijo Alex mirandola fijamente a los ojos.

-si, si quiero ser tu enamorada- respondio finalmente.

ambos se abrazaron muy fuerte pero no se besaron, y la verdad no se por que no lo hicieron, la única explicación es que el sentía por ella algo tan puro e inocente que no pensaba en eso y también que le hacia falta mucho valor para darle un beso.

como todas las historias de amor a los 12 o 13 años, esta no duro mucho.

llevaban una semana como enamorados cuando empezaron los problemas, se veían diariamente en clases pero no parecían enamorados, actuaban normal y eso hizo que ambos tomen la decisión de terminar y decidieron quedar como amigos, eso hubiera sido lo más sano.

pero.....

ella termino odiándolo por que el le dijo que no quería ser su amigo al descubrir que ella frecuentaba con un amigo suyo, se molesto por la falta de códigos de amistad y se dejaron de hablar.

al final de todo no se volvieron a hablar hasta el día de hoy, ni sabe que es de su vida solo la recuerda con cariño por haber sido la primera niña por la que sintió algo tan bonito e inocente, típico de su edad y solo se quedo con una duda en su cabeza.

-por que no le di un beso?- dijo Alex al terminar de escribir.

X Pedacitos De CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora