Un capo, el loco.

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Día 264: Sábado 05 de Agosto del 2017.


Suena "Yoni B" de "El mató a un policía motorizado".


Tengo varias ideas cruzadas al mismo tiempo que voy a intentar enplayarlas  (¿Acaso enviaré mis pensamientos a una playa, casualmente Mar Chiquita, Claromecó?) -sic, splash- en esta hoja.

Ubiquémonos en tiempo y espacio: Estoy sentado en mi camarote -El camarote de Prácticos- escribiendo la hoja del día a altas horas de la noche (¿Entonces se puede decir que estoy redactando la hoja de la noche?, Risas) . No me encuentro muy inspirado hoy, me siento un poco apático, como si estuviese atrapado en un estado de ánimo bastante intranscendente. Para colmo, acabo de comer bastante helado (La cantidad devorada superó los límites usuales de manera tal que ya es imposible contarla en litros, kilogramos o vasos, risas).


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Ahora, adentrémonos más en la historieta (Como diría nuestro amado Señor Superintendente):

Superintendente: Normalmente es una figura nombrada por la empresa que administra el barco, a grosso modo, algo así como un "Jefe del barco". Se involucra en todo lo administrativo concerniente al barco  y puede cagar a pedos a todo el mundo (Eso también incluye al Capitán, imaginen el alcance del poder del tipo).



Cambiemos de tema, ayer se fue el 2do Oficial de Cubierta. Básicamente, había cumplido su período de embarque y por eso debía volver a su casa. Por razones de mantener la anónimosidad (Mierda, que palabra que invente!, risas) no voy a revelar su nombre, además, ya tienen información suficiente con saber el nombre del barco en donde navego (Manga de chusmas!, risas).

Podría haber significado poco menos que nada, el recuerdo de su presencia podría haber quedado en una simple anécdota, entregarle la guardia unos minutos tarde podría haber sido apenas un error de aprendizaje. El mundo podría estar lleno de "podría", si no fuese porque él me regaló una cuota de renovada fe entre la tristeza de la vida rutinaria del "marino". A veces podes llegar a sentir que cierta gente no aporta nada a tu visión del mundo, a tu manera de ver la vida. Pero en ciertos trayectos podes encontrar a alguien que, si bien no está re-fundando la edad moderna de la civilización (Teléfono para los inventores de la tecnología actual, ¿cuándo van a inventar algo que revolucione a la humanidad nuevamente?, logra replantear tu vida misma. Eso logró el 2do Oficial de Cubierta que se fue hace poquito, reformar mi manera de ver el horizonte.



Por ejemplo, una vez que llegué tarde a la guardia, y él, muy pacientemente me dijo "Juan, acostumbrate a tomar la guardia a horario", mientras que la segunda vez también me lo dijo de manera muy paciente, el metió un poco más de enfásis en que llegue teprano. Acto siguiente procuré no llegar nunca más tarde a la guardia (Risas).

Guardia: Los oficiales hacen guardia de navegación, de fondeo, de puerto. Se suele estar atento a diferentes cosas, aunque definámoslo como prestar atención a que tu barco no choque con nada. Risas.


Hubo un día que me prohibieron salir a correr (Más adelante empezó el calvario de las 14-16hs de trabajo seguidas, con amables descansos de 45 minutos en el medio, pero eso lo contaré en otro momento, risas). En aquel momento me había enojado mucho, no solamente porque correr sea sanísimo, sino por lo injusto de la situación: ¿Cumplir con tantas horas de trabajo y encima no puedo salir a correr?. Cuestión que, ahí estaba el susodicho 2do Oficial de Cubierta, dándome consejos y diciéndome que lo aguante, que a veces pasan estas cosas. Que a él también le pasó, y solamente son pruebas a superar.


El último consejo me lo dió hace unos días, antes de bajarse. Después de una cagada a pedos por parte del Capitán (Más que cagada a pedos, fue el Capitán boludéandome por confundir una cosa básica de los barcos), él me alentó para que no baje los brazos:

Esto es como la calle: Ellos te van a desafíar, te van a probar, van a medirte. Escomo correr, vos tenes que seguir, sin rendirte, correr más fuerte y más rápido. Por tu bien, tenes que ser el mejor. (...) Yo ya me recibí, este es mi trabajo. Si te estoy diciendo que cumplas con los horarios, que averigues ciertos temas del barco es por tu bien, este va a ser tu trabajo. Tenes que ser el mejor, hacelo por vos, no te rindas nunca.



Entonces, un rato antes de irse del barco, tuvimos una corta y afectuosa charla de despedida:


Yo: "Voy a rezar por vos, para que estés bien y se te de lo mejor".

Él: "Vos rezas?".

Yo: "Si, rezo siempre, a veces rezo bien fuerte".

(...)

Él: "Metele ganas. Huevo, chabón, ¿eh?".

Yo: "Si, dale. Nos veremos luego".

Él: "Dale papá, nos vemos después".

Yo: "Nos estaremos viendo en un cruce, hasta siempre".



Entre un apretón de manos, gestos de idoneidad y un abrazo de hombres, toda una despedida de caballeros.


Un capo el loco.

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Así que acá estamos muchachos:


Navegando hacia Necochea (Al final no vamos a Bahía Blanca! WOW, visitamos otra vez Necochea, feliz!) y recordando aquel grato momento.


Continúa en "La venganza de Necochea".



Diario de un naveganteWhere stories live. Discover now