Durante la primera semana, todos los días cada pocas horas un médico entraba en la sala para examinar a Mycroft. Comprobaba su fractura, el estado de las quemaduras y si reaccionaba a algún tipo de estímulo y luego se iba. Sherlock calculó que los vendajes de las quemaduras lo cambiaban cada día, y la pomada del rostro también se la daban cada ocho horas.Permaneció a su lado durante seis días hasta que John apareció, ese mismo día, temprano. Habían cambiado a Mycroft de habitación debido a que ya estaba mejor y John casi se pierde dando vueltas por el hospital, por suerte encontró a Sherlock en la puerta de la habitación, tecleando en el teléfono.
-Te traigo el desayuno -le dijo John entregándole una bolsa de papel y un vaso de café -. Y el periódico.
-Gracias -respondió Sherlock escuetamente y se dio la vuelta para regresar a la habitación.
-No -dijo John deteniéndole cogiéndole por el brazo -. He visto como dejas el desayuno en la basura, te tengo que ver comer.
-Pero...
-Sherlock, llevas seis días aquí. Sin comer nada, solo has bebido agua -le dijo -. Come, ve al piso de Greg que está a dos calles, te duchas y regresas. Empiezas a oler raro.
Sherlock le miró malhumorado
-No soy un niño.
-No lo eres, pero tienes que mirar por ti, cuando tu hermano despierte no querrá verte anoréxico y oliendo mal. Toma las llaves del piso, me he encargado de llevarte ropa allí, por si no quieres pasar por Baker hasta que Mycroft se recupere.
Sherlock cogió las llaves y frunció los labios como un niño pequeño, cuando acabó de desayunar se puso de pie y miró de lejos a su hermano.
-Me quedaré con él, vete -le dijo John.
Un rato más tarde, regresó al hospital, con ropa limpia y el pelo húmedo. John estaba sentado en la silla, leyendo el periódico.
-Ya puedes irte -murmuró Sherlock dirigiéndose con rapidez al asiento.
-Tenemos que hablar -le dijo John levantándose.
-Me he duchado y he comido, ¿qué más quieres? -le preguntó el detective mientras se sentaba en su asiento.
-No puedes pasarte todo el día mirando fijamente a Mycroft. No es sano.
-¿Y qué quieres que haga si no? Estoy en un hospital, Mycroft está en coma, no puedo hacer mucho más.
-Háblale -respondió John.
Sherlock apartó la vista del rostro de su hermano y lo miró fijamente.
-Tú eres imbécil -le soltó ofendido.
-Sherlock, háblale. Léele el periódico, cuéntale casos. Pero interactúa con él -le dijo John sin mostrarse ofendido tras el insulto.
-Eres médico, ¿estabas en la parte que te dije que mi hermano estaba en coma verdad? -preguntó el detective enarcando las cejas.
-Sí Sherlock, pero hablarle te puede ayudar. No te escucha, lo sé. Pero no es bueno para ti pasarte horas y horas aquí en silencio. Habla con él e imagina que contestaciones tendría. Es tu hermano, le conoces.
-Es una estupidez... No me va a contestar.
John le tendió el periódico y tomó aire.
-Vamos, hazlo -le dijo con una sonrisa.
Sherlock le quitó el periódico de las manos con un movimiento rápido y bufó.
-Esto es una estupidez, una absoluta y grandísima estupidez...
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The Ice Man
FanfictionLas palabras que Moriarty le dijo en la piscina, aquella noche, eran ciertas Podia quemar su corazón. Sherlock y Mycroft... No es Holmescest. Pero les hara llorar y reir. Los capitulos son bastante largos...es lo único que digo *escribo ESTE FANFIC...