Capítulo 3

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Cuando Sherlock se levantó la habitación estaba completamente a oscuras y estaba tapado con una manta. Suspiró profundamente y se encogió más mientras cogía la manta, tapándose completamente con ella. Quería que aquello se acabara, volver a ser el de siempre, gruñir con su hermano y que John pusiera paz entre los dos. No le gustaban los cambios, no estaban bien.

Se levantó y se estiró un poco, la tele estaba puesta y John estaba sentado en el sofá medio dormido.

-Oh Sherlock -murmuró.

-¿Greg se quedó con mi hermano? -preguntó Sherlock acercándose a él.

-Sí, vine a ver si estabas despierto. Te he dejado dormir, lo necesitabas -dijo el rubio sonriéndole.

Sherlock suspiró, se sentó en una butaca de color gris y colocó los codos en los brazos del sofá para poder apoyar en sus manos la barbilla. John lo miraba desde el sofá, se acercó a él y le apretó el antebrazo.

-Eres médico -le dijo Sherlock -. ¿Qué me puedes decir acerca de esto?

-Sherlock, deberías de hablar con sus médicos...

-John -interrumpió Sherlock -. Quiero tu opinión.

El rubio suspiró y se frotó la sien.

-Mycroft tiene un coma de grado dos, reacciona al dolor pero no siempre. Puede despertar, y lo hará, pero como todo paciente en coma puede que tengas algunas dificultades. No te estoy diciendo que vaya a ser un impedido el resto de su vida sino que tendrá que aprender de nuevo. Me refiero a que puede recordar perfectamente a lo que se dedicaba y como lo hacía pero puede que no sepa cómo se hace un nudo de corbata.

Sherlock asintió ligeramente y tragó saliva con fuerza.

-Pero tendrá su memoria intacta, ¿no? -preguntó algo nervioso.

-Sí -sonrió John -. El golpe que recibió al caer fue en el hipocampo. Es la zona donde almacenamos la información básica, o sea, como andar, comer, hablar... Cosas sencillas. Os recordará a vosotros que es lo más importante aunque tenga que empezar de nuevo.

-Pero si no recuerda eso...

-No es seguro, Sherlock -interrumpió John -. Hasta que no se despierte no se verá el alcance de los daños.

Sherlock asintió y se frotó los ojos. John sonrió con tristeza, le agarró la mano y se la apretó.

-Oye -le dijo y Sherlock alzó la cabeza -. Todo saldrá bien, Moriarty no logrará acabar con tu hermano. No lo ha hecho el colesterol, tampoco lo hará Moriarty.

Sherlock se mordió el labio y rió divertido. Estuvo algo más tiempo con John y luego se levantó.

-¿Vamos? -preguntó a John.

Este apagó el televisor y salió junto a su amigo de la casa de Greg, luego tiraron para el hospital. El inspector de policía estaba sentado frente a la cama, mirando atentamente a Mycroft que estaba iluminado por una lamparita lejos de la cama.

-Ya estamos aquí -dijo John animado.

Greg dio un respingo y les miró.

-¿Alguna novedad? -preguntó Sherlock acercándose a Mycroft.

Greg negó con la cabeza y se puso de pie.

-Le han curado las quemaduras del pecho, pero nada más -respondió.

Sherlock asintió y se sentó al lado de su hermano. Poco después se quedó solo. A la mañana siguiente, se llevaron a Mycroft hacerle otro escáner. Cuando regresó, Sherlock ya había desayunado y estaba leyendo el periódico.

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⏰ Última actualización: Aug 06, 2017 ⏰

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