•Miedo

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Baekhyun se sentía tan culpable mientras miraba a ChanYeol preparar la cena. Su mano se posó en su vientre abultado inconscientemente, arrullando al bebé que pronto estaría por nacer.

- ¿Tienes ganas de champiñones hoy, amor?- Cuestionó el alto mientras cortaba las verduras en formas perfectas.

Baekhyun frunció el entrecejo mientras su celular vibraba a un lado, señal de que le había llegado un mensaje. Apretó la mandíbula, fulminando con la mirada al aparato e ignorando los ojos curiosos de su esposo sobre él.

- Baekkie- Llamó, sosteniendo el cuchillo en la mano. El embarazado se sobresaltó un poco, encontrándose con las pupilas oscuras del hombre.

Sonrió, aparentando tranquilidad mientras jugaba con sus manos. El menor observó de forma sospechosa el teléfono y luego correspondió su gesto.

- ¿Qué dijiste, bebé?- Sacó la voz más dulce de su repertorio.

- Te pregunté si querías champiñones en la comida. Te noto algo distraído hoy- El hombre castaño se giró para encararlo mientras se cruzaba de brazos, apoyándose contra el mesón y dejando los tomates a un lado- ¿Tuviste un mal día en la empresa? ¿Hay algo que debería saber?

- No- Respondió enseguida, demasiado serio para ser creíble- Sólo estoy molesto porque el bebé me patea demasiado, nada de otra dimensión.

El rostro del cocinero cambió al instante, fijando su vista en la parte baja de su vientre y acercándose con rapidez. Rodeó la isla y se posó junto a la silla en la que Baekhyun estaba sentado, acariciando el bulto con delicadeza.

El corazón del rubio se aceleró de sobre manera. Tuvo que espabilar varias veces porque sus ojos se llenaron de lágrimas ante la sensación de la mano caliente contra su estómago. Estaba tan jodidamente sensible, que hasta el mínimo gesto, le ponía las emociones al límite.

- Oh, ¿qué pasó, bonito?- El orejón se dio cuenta de su estado, poniéndole una mano en la mejilla y acercándose para abrazarlo.

El corazón del bajito dolió demasiado en ese momento. Sus lágrimas mojaron la camisa de su marido y no dudó en aferrarse a él como un koala.

- No pasa nada- Hipó- Sólo te amo mucho, gigante- Sintió los brazos largos y fuertes, rodearle los hombros y atraerlo más hacia él.

- Yo también te amo, cielo, pero no debes ponerte así, tranquilo.

Las caricias en su nuca hicieron que su pecho se retorciera. El bebé en su barriga revoloteó una vez más al sentir la angustia de su padre.

- Puedes hacerle daño a nuestro hijo si sigues poniéndote triste- Hizo puchero, separándose de él para mirarlo a los ojos. El rubio bajó la mirada, incapaz de poder sostenerla.

- Creo que debería recostarme un rato. Mi espalda está comenzando a doler.

El orejón estuvo de acuerdo al instante, ayudándolo a que se levantara y guiándolo hasta la habitación que habían acomodado para él en el primer piso, ya que no era muy seguro que subiese y bajase las escaleras a menudo.

Puso varios almohadones en su espalda para aminorar el malestar y acercó algunos libros para que el chico se distrajera. Su pareja se veía demasiado atormentada últimamente y eso lo estaba volviendo loco. Sabía que no debía sacar conclusiones rápidas, pero temía que se tratase de su salud o la de su hijo.

- Traeré la cena en unos minutos, sólo relájate, ¿Bien?

Se marchó de la habitación y fue hacia la cocina para terminar la comida, aún metido en sus pensamientos y cavilaciones. Sentía que algo estaba mal con su esposo desde hace unos días y la inmutación de este lo desesperaba. No había tratado el tema directamente porque no deseaba molestarlo a él ni al bebé, pero su preocupación era evidente.

Sweet Lies [ChanBaek] [M-preg]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora