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La mañana se acercaba.

Un triste Jyushimatsu se disponía a organizar nuevamente todo, derramó algunas lágrimas, específicamente cuando tuvo que tirar el osito del día anterior. Por favor... en serio se estaba esforzando por hacer que el menor viviera bien. No quería que ningún día llegara a sentirse mal al darse cuenta de que ya no recordaba lo que sucedía y estaba técnicamente atrapado en un solo día.

No quería tampoco que nadie le dijera lo que había sucedido. No quería que le odiara... aunque fuera por un día, por lo que le había hecho. Necesitaba que él correspondiera sus sentimientos aunque le fuera imposible lograrlo. Ese era su mayor sueño.

Ser la pareja de su pequeño Todomatsu.

Sí, sería lo mejor.

En todo eso pensaba mientras limpiaba y reponía las cosas que había gastado antes. Configuraba el teléfono del menor. Lavaba la ropa y la secaba, para saber que el menor volvería a ponérsela. Sí, vamos, amaba eso.

Podía ser enfermizo pero disfrutaba tomar las prendas del menor para limpiarlas. En especial su ropa interior, rosa. Con olor a flores. Reía al saber eso.

Tal vez, no sería tan malo acostumbrarse.

Sería doloroso tal vez pero, podía hacerlo.

O... eso esperaba poder hacer, al menos en un futuro.

Después de todo se decía que el amor lo podía todo, ¿verdad? Y él había amado a su hermanito toda su vida, ahora más que nunca, cada día más. Era todo lo que quería proteger, incluso por encima de sí mismo.

Volvió al futón, haciendo como si durmiera, aunque su mente no se lo permitía con tantos pensamientos. Simplemente esperó a oír los gritos de euforia de Todomatsu para saber que debería levantarse.

Y así fue...

—¡San Valentín! ¡Conseguiré una cita! —exclamó el menor, apenas al abrir los ojos, levantándose inmediatamente—. ¡Hey, idiotas! Bueno, no los... ¡Jyushimatsu-niisan!, al menos hay quienes respetan en esta casa —Se burló el menor al ver a su hermano levantarse.

—¡Totty! —exclamó el otro, corriendo emocionado a los pies de su hermanito, aferrándose de una de sus piernas, como un bebé, sumamente infantil.

—¡Par de escandalosos!, ¡A la mierda, déjenme dormir! —Ichimatsu les lanzó una almohada y ambos rieron.

Nuevamente, desayunaron, exactamente lo mismo del día anterior, sin problema u objeción alguna por parte del mayor. Quien disfrutaba de cada momento.

—Hey, Totty —Le llamó, mientras jugaba con la cuchara en su cereal.

—¿Sí?

—Yo... yo puedo ser tu cita hoy.

—¡No bromees, niisan! —rio el menor.

—¡No bromeo!, ¡salgamos! ¡Soy bonito también! —el mayor tomó dos mechones de su cabello simulado coletas y dio brincos en su asiento—. ¡¿Ves?! ¡¿Ves?! — Todomatsu carcajeaba.

—Bien, bien. Tendremos una cita —terminó asintiendo.

—¿¡De verdad!? —soltó su cabello y descargó sus manos con fuerza en la mesa. Luego se levantó y comenzó a bailar, de manera graciosa para el menor, quien comenzaba a lagrimear de tanto reír, agarrando su estómago.

—S-sí, ¡pero no grites que nos van a mandar a la mierda! —dijo entre carcajadas estruendosas.

—¡Cállense! —desde adentro de la habitación se oyó la voz de Karamatsu haciéndolos reír aún más fuerte a ambos.

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⏰ Última actualización: Mar 15, 2019 ⏰

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Dear Valentine's diary | JyushiTodoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora