❀ 2 ❀

130 26 3
                                    

Todos habían amanecido en el futón.

La noche anterior, Jyushimatsu se las había arreglado para organizar las cosas como el día anterior y además, tomó el celular de su hermanito menor y con sus pocos conocimientos acerca de su funcionamiento y ejecución, logró configurar la fecha nuevamente, para que el siguiente día también fuera un catorce de febrero.

Así que esa mañana, al levantarse, todos siguieron la rutina y volvieron a hablar de sus míseras vidas amorosas. Temprano, decidieron ir con Chibita a comprar Oden.

—¡Oi, Todomatsu, maldición! —Le saludó el pequeño individuo. Le había extrañado también.

—¿Qué hay, Chibita? —saludó el mencionado.

—¡Hace tiempo no te veía, maldición...! —Los cinco hermanos restantes le fulminaron con la mirada, no debían permitir que aquel le dijese a Totty que hacía un mes no lo veía.

—Hey, Hey... —Osomatsu interrumpió tosiendo y se levantó del asiento—. Chibita, ven, tengo que decir algo.

—¡¿Y ahora qué es, demonios?! —salió y se alejó un poco, junto al hermano mayor.

—No grites, por favor... —Chibita asintió—. lo que sucede es que Totty tuvo un accidente que dañó su cerebro, así que, no recuerda nada de lo que ha pasado en el último mes, pero no lo sabe y piensa... pensará que todos los días son catorce de febrero. Así que, ¿podrías no mencionarlo?

El corazón del pequeño sujeto se conmovió ante tal explicación y asintió, sintiéndose mal por casi revelarle aquello a Todomatsu. Volvió a su puesto con una sonrisa y comenzó a servirles. También unas cervezas.

—¿De qué hablaban, niisan? —interrogó el menor de los sextillizos.

—¡De que Chibita nos hará un descuento por ser San Valentín!

—¿De verdad? —los otros cinco hicieron caras de sorpresa.

—¡No, maldición!, ¡Ese no fue el trato, Mierdamatsu! —repuso Chibita. Luego miró al rostro de Todomatsu y recordó aquello, sintiéndose algo triste así que bajó la cabeza y se cruzó de brazos—. Bu-bueno sí, pero solo por hoy.

Los sextillizos celebraron su logro y continuaron comiendo Oden felices, riendo y hablando con Chibita. Al final, como siempre, pagaban poco y salían corriendo, recibiendo insultos por parte de aquel.

Una vez en casa, descansaron un rato. Discutiendo otro rato sobre todo lo que no tenían que hacer ese día ya que ninguno tenía planes.

Todomatsu no dejaba de mirar su teléfono, nadie le hablaba, era decepcionante realmente así que todo lo que podía hacer era ver imágenes. Pero pronto sus acciones fueron interrumpidas por cierto individuo de sudadera amarilla.

—¡Totty! —exclamó Jyushimatsu, obteniendo inmediatamente la atención de aquel.

—¿Qué quieres, Jyushimatsu-niisan? —interrogó el menor, guardando su teléfono y sentándose adecuadamente.

—¡Cita!, ¡Cita! —Entonó con emoción—. Tú y yo.

Las mejillas del menor se tiñeron de un tierno carmín y dio un último pensamiento a su teléfono. Nadie le hablaría, ¿verdad? Así que seguidamente cruzó miradas con su hermano y jugó un poco con el borde de su sudadera.

—S-sí —asintió al fin.

Jyushimatsu sonrió e inmediatamente llevó sus manos alrededor del torso ajeno abrazándolo con fuerza, acción correspondida vergonzosamente por el menor. Hacía mucho no lo invitaban a una cita, por lo que no le importó si esta era con su hermano.

Dear Valentine's diary | JyushiTodoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora