Advertencia: Este one shot no es mío. En realidad está en Forounivisión y quise compartirlo con ustedes mis bellos lectores. Si lo quieren leer en Univisión les dejo el link en los comentarios.
Parecía que se habían esmerado en conseguirle una celda para ella sola. Sabía que existían más prisioneros, pero no veía a ninguno.
La piel se le ponía de gallina cada vez que sentía la presencia del que no-debe-ser-nombrado, pero no dejaría que la intimidaran, no se daría el lujo de que piensen que era débil.
Iba apenas unas horas allí, desde que la trajeron. “No la mate, Señor. Puede servirnos de ayuda”- la voz de su ex profesor de Pociones la sabía reconocer incluso casi muerta. Habría preferido morir, habría preferido que la mataran –como lo hicieron esa noche con toda su familia-, de todas maneras, ya nada importaba.
¿Dónde estaba? Estaba casi segura que no era Azkaban…
Oyó pasos, entonces. “Ya llegó la hora”-pensó. Estaba lista para morir. Para reencontrarse con sus padres. Para ver la luz verde dirigida hacia ella. Cerró los ojos con fuerza y… escuchó caer algo al suelo.
-Te he traigo tu comida- esa voz le sonaba familiar. No el tono, precisamente, pero la voz la conocía. Abrió los ojos poco a poco, esperando que todo sea nada más que una pesadilla. Pero no. Lo miró, anonadada y con la boca abierta, sin dejar escapar un sonido.- ¿No la quieres?
-N-NO. DIGO, SÍ- tomó rápidamente el plato con sopa de pollo, caliente- Sí quiero- volvió a mirar hacia arriba. Ahora entendía todo lo que no había logrado escuchar cuando se golpeó la cabeza al ser traída.
Era la segunda semana de verano y ella estaba allí: prisionera en Malfoy Manor.