Byakuya x Renji / Renji x Byakuya

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"Mierda" Pensaba Renji mientras bailaba con su capitán, ese seguramente era un castigo divino... ¿por qué? No lo sabía, pero lo que sí sabía era que Byakuya era la mismísima representación de la tentación y digamos que Renji no era un santo que pudiera resistir. El simple hecho que su capitán estuviera bailando con él ya lo ponía muy caliente y lo llenaba de deseos de saborear esa blanca piel de porcelana y escucharlo gimiendo su nombre se retorciera de placer "Concéntrate Renji".

Por otro lado Byakuya hacía todo lo posible por ocultar su deseo tras su fría mirada pero estaba seguro que su cuerpo estaba ardiendo en pasión. Odiaba que sus ojos reflejaran su interior, odiaba al pelirrojo por ponerlo así y sobretodo se odiaba a sí mismo por dejarse llevar por sus emociones.

-¿Capitán? – preguntó el teniente al ver distraído a su superior.

- ¿Qué sucede Renji? – "respondió" frío el pelinegro.

- E-Etto... yo... Ya regreso.

Dicho esto Renji se retiró un momento al baño para tratar de refrescarse. Mientras se echaba agua al rostro las imágenes del disfraz de Byakuya cruzaban por su mente causando que cada vez estuviera más y más rojo.

Mientras tanto el pelinegro agradecía la ausencia de su teniente para tener tiempo para despejar su mente, aunque antes que liberarse esta se llenaba de más imágenes de Renji. Recordó que una vez vio al pelirrojo entrenar sin la parte superior de su uniforme lo que le permitió admirar los tatuajes que surcaban por su torso bronceado y le llevaban a preguntarse hasta donde llegaban dichas marcas. Solo imaginar cómo podrían estas bailar por la piernas del otro lo excitaba demasiado, deseaba a Renji y eso lo tenía muy claro aunque no lo sacara a relucir, pero no estaba seguro de si Renji lo aceptaría y en caso de que lo hiciera habían cientos de obstáculos que le impedirían mantener una relación con el amigo de su hermana.

-Hey Byakuya – llamó una voz muy irritante para el capitán y sentía como alguien rodeaba sus hombros con un brazo - ¿Cómo has estado? ¿Qué te parece una carrera? Esta vez te daré una ventaja para ver si así me ganas.

- No gracias, Yoruichi.

- Vamos Byakuya, no seas aguafiestas. Hasta donde sé, un caballero no debe hacer rogar a una dama y que yo sepa tú eres un caballero, Kuchiki-sama.

- No gracias.

- Ahhh – suspiró la ojiambar – Entonces al menos déjame invitarte una copa.

Yoruichi le extendió un vaso al pelinegro quien solo pudo observarlo con desconfianza hasta que redimió y al final decidió tomarlo, de cierta forma el sabor se le hacía familiar pero no lograba recordar de dónde. Sintió que las piernas le fallan y como el calor se iba acumulando en su cuerpo, especialmente en su entrepierna. Eso sin duda alguna era a causa de Yoruichi.

-¿Recuerdas Byakuya? – Habló la pelivioleta – Cuando eras niño siempre venías a entrenar conmigo. También te preparé para ser inmune a cualquier tipo de veneno o sustancia extraña – suspiro agitando desinteresadamente su bebida – Aunque te fue muy difícil adaptarte a los brebajes que incrementan tu deseo sexual, pero los superaste... Excepto los nuevos...

- ¿Qué... ahh... me diste...? – Jadeaba el pelinegro.

- Solo un nuevo producto que acabo de crear con la ayuda de Szayel... Ahí viene tu chico... Diviértete Byakuya.

La gata se alejó divertida mientras el ojiazul hacía todo lo posible por mantenerse en pie y evitar que alguien viera la creciente erección en sus pantalones, pero su disfraz era ceñido al cuerpo y no tenía con que taparse. Renji se acercaba cada vez más y el pelinegro no sabía si era por su cercanía o por la pócima que cada vez se sentía que se le hacía más difícil respirar y ocultar los suspiros involuntarios que querían salir de sus labios.

Fiesta de Disfraces (Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora