✨ 02 ✨

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Elizabeth

—¿Segura que puedes llegar por tu cuenta?—me miró indecisa.

—Sí—contesté muy segura—. Tengo que aprender a no perderme todos los días.

—Llámame si algo pasa.

—Lo haré, Cath.

Me sonrió y tomó sus cosas para después irse del dormitorio. Yo decidí hacer lo mismo.

A pesar de estar en Seúl por más de un año, aún no podía familiarizarme del todo. Generalmente, salía con amigos y no me preocupaba terminar en algún lugar desconocido, pero ahora era diferente, y estaba realmente asustada.

Me dirigí a la cafetería que solía frecuentar casi toda la semana. Ahí me sentía cómoda, y no quedaba lejos de la universidad.

Entré al lugar y en cuanto SunWoo notó mi presencia, sonrió. Lo saludé con mi mano y me acerqué a una de las mesas para después dejar mis cosas sobre esta y sentarme.

—¿Te traigo lo mismo de siempre?—el chico despeinó mi cabello.

—Por supuesto—respondí alejando su mano.

—Tu coreano mejora cada día más—me miró con los ojos entrecerrados—. En poco tiempo vas a hablar mejor que yo.

—Aún se me dificulta mucho.

—Por cierto—SunWoo habló con nerviosismo—... ¿tu amiga no vendrá?

—¿Cath?

Asintió mientras miraba a otro lado.

—No—hice una pausa—. Dijo que quería aprovechar el tiempo libre para estudiar.

A veces me sorprendía la facilidad que tenía para mentirle a las personas cuando era por una buena causa. El pobre chico llevaba meses detrás de mi amiga, y ella ni siquiera lo notaba. Ya bastante lamentable era su situación como para decirle que Catherine realmente no había ido conmigo porque saldría con alguien más.

—Ya veo—suspiró—. No te quitaré más el tiempo. En un rato te traeré tu orden.

Se alejó con una expresión completamente diferente a la que tenía segundos antes de que preguntara por Cath.

Que tristeza. Ni siquiera es feo. De hecho, si no fuera porque lo veía como amigo, saldría con él.

Dejé la situación de lado y me coloqué mis audífonos y saqué un libro de mi bolso. Tenía que terminar de leerlo y después redactar un ensayo.

SunWoo volvió a acercarse a mí.

—Latte y pastel de zanahoria—me sonrió—. Lamento interrumpir tu lectura.

—No hay problema.

Unos minutos después, un chico entró a la cafetería. No se le veía la mitad del rostro, a excepción de sus ojos. Se sentó en la mesa más alejada de la entrada. Dejé de tomarle importancia y seguí con lo mío.

Terminé de comer y guardé mis cosas para poder ir a pagar. Me despedí de SunWoo y salí del lugar.

Nunca me había sentido tan estúpida porque de un segundo a otro tenía un auto a un centímetro de dejarme inconsciente.

Mi corazón latía a mil por hora, hasta que una voz me sacó de mi trance. Era el chico que había visto antes.

(..)

Ahora me encontraba en el auto de Cho KyuHyun. Me sentía como una completa loca por haberle pedido que me acompañara, pero era mi opción más segura. No es como si aún siendo famoso pudiera secuestrarme y venderme en partes, ¿o sí?

—¿Irás a la biblioteca?

—¿Eh?—lo miré de reojo, totalmente nerviosa—Sí, sí. Tengo que hacer un par de proyectos, así que necesito comprar algunos libros.

—Ya veo—asintió—. Extraño mis días en la universidad.

—Me imagino—sonreí.

No podía dejar de actuar como una tonta, y es que estar con él era demasiado extraño. Me refiero a que no es normal encontrarse con alguien que admiras en un día casual.

En cuanto llegué al lugar, comencé a despedirme, pero él se negó y se quedó conmigo. ¿Es que era estúpido o no le interesaba que alguien lo reconociera?

—¿Qué va a pasar si alguien te reconoce?

—¿En una biblioteca?—me preguntó divertido—No es un lugar que solemos frecuentar, así que hay pocas probabilidades.

—Tal vez no sea bueno arriesgarse.

Pasamos cerca de treinta minutos buscando lo necesario. Pagué lo que iba a llevar y salimos de ahí. En mi caso, sentía que todo mi cuerpo temblaba por el miedo a que alguien me viera con KyuHyun e iniciara rumores, pero a él parecía no importarle, o más bien, se había acostumbrado a la sensación.

—Bueno, creo que yo me iré—le dije en voz baja—. Gracias por todo.

—No, te llevaré—sonrió—. Ya te dije que es mi paga por casi matarte.

Si sigo aquí contigo, mientras te arriesgas a que alguien te vea, de verdad voy a terminar muerta.

—Estoy bien. No tienes que hacerlo.

—Se nota que no conoces bien la ciudad, y hoy es mi día libre después de un mes. Normalmente estas cosas no me pasan.

Intenté ocultar mi mueca de desagrado, pero al parecer no funcionó porque él soltó una risita mientras me veía fijamente. Suspiré y caminé de regreso a su auto.

¿De qué debería hablar con él? Nunca fui buena entablando conversación.

—Y dime, ¿qué estudias?—rompió el silencio.

—Turismo y hotelería—contesté con una leve sonrisa.

—Oh, interesante. Me sorprende, ya que se ve que eres reservada.

—Lo soy.

Al principio.

—Dijiste que te lleve a los dormitorios de tu universidad, ¿cierto?

—Sí, por favor.

—Al principio, pensé que vivías aquí con toda tu familia.

—No, sólo estoy yo.

—Eso es bueno. Aprendes a ser independiente.

—Así es—asentí.

—Y, ¿de dónde eres?

—De Estados Unidos.

—Oh, genial.

Me sentía un poco mal por ser tan cortante con él, pero no era algo que pudiera cambiar. Mi mente parecía quedarse en blanco y no daba para más.

Cuando llegamos, me quedé unos segundos en silencio y abrí la puerta.

—Fue un gusto conocerte. Adiós.

—¿Puedo verte una vez más?

Salí del auto y cerré la puerta. Me agaché y lo miré por la ventanilla. ¿Qué rayos había en mí para que quisiera verme de nuevo?

—No lo sé, KyuHyun. Si es destino, tal vez.

Su vista se quedó fija en mí y sonrió un poco decepcionado. Suspiré y di media vuelta para caminar.

—¡Nos veremos más adelante!—gritó—Después de hoy, claro que es destino.

O tal vez no, pensé.

Closer → KyuHyunWhere stories live. Discover now