capítulo siete.

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— ¡Mark por favor espera!

Gritó el chino mientras caminaba detrás de un americano quien daba pasos pesados hacía el hogar que compartía junto al salvaje que tenía por hermano. Aún podía ver la cara de dolor de Wonpil cuando Jackson básicamente rompió su nariz diciendo "para que vayas a oler otra cosa" ¿eso tenía algún sentido? ¿eran perros acaso para estar oliendo? Para Mark definitivamente no lo tenía, notando inmediatamente de YoungJae se colocaba de pie para ayudar al menor y llevarlo a la enfermería junto a JaeBum.

Ignorándolo durante el resto de la jornada escolar los estudiantes podían sentir la tensión entre los dos hermanastros curiosos en el momento en que Mark se sentó del otro lado del salón de donde se encontraba el mayor, incluso el profesor de matemática avanzada miraba con curiosidad a Jackson el cual no había regañado en todo el día por andar molestando al joven Tuan.

— Vamos, Markie; ya le pedí disculpas al amigo tuyo ¿por qué me torturas con tu silencio?

Murmuró el alto con cierto fastidio entrando al hogar detrás del menor quién no le había dirigido la palabra incluso cuando venían caminando juntos; detestaba cuando Mark se ponía de aquella forma con otra persona que fuese él, y cada vez que recordaba el momento en que aquel bastardo reconocía el olor especial y cálido de su pequeño sentía una opresión en su estómago y una ira recorrer su cuerpo de manera inexplicables; quería esconder al menor; que nadie lo viese, que nadie lo alejara de su lado y es que en el fondo temía que un día Mark decidiera alejarse.

Jackson detuvo sus pasos en medio del pasillo que dirigía hasta el cuarto de su hermano; un día Mark encontraría una persona en su vida, una que lo hará sonreír de igual manera —o incluso más— de lo que él lo hacía sonreír, una persona a la que Mark se entregaría de cuerpo y alma ¿qué haría él? Su ceño se frunció con profundidad sintiendo el peso de su estómago intensificarse y esta vez no por la ira de lo que sucedió en el almuerzo sino por la tristeza de pensar que su pequeño se iría de su lado, de que alguien más tocaría a su compañero de vida como él jamás pudo. Salió de sus pensamientos cuando la puerta siendo azotada con fuerza llegó a sus oídos.

Y ahí, cuando se dejó caer en el suelo con lágrimas en sus ojos sin derramar se dio cuenta que realmente él quería pasar toda su vida con Mark; que quería tenerlo en sus brazos junto él, hacer de su cuerpo un lienzo y él ser el artista el cual le brindaba color a sus días; quería que un día lo mirase a los ojos y decir que era la mejor maldita decisión que había tomado en su vida.

Quedando recostado en una de las paredes se sobre saltó cuando su madre se sentó a su lado quien pasó por sus ojos una de sus manos quitando el rastro de las lágrimas traicioneras que escaparon de su lugar. ¿Cuánto tiempo había permanecido en aquel sitio?

— ¿Qué sucede, cachorro?

Preguntó su madre en tono tranquilo y confortante; para su madre realmente era extraño ver a Jackson en aquel estado; la última vez que lo vio así fue cuando Mark no llegó a casa a cenar y olvidó avisar que se quedaría en casa de Wonpil a estudiar. Para ella su hijo no era muy de emociones decadentes.

— Le amo, mamá.

Murmuró en mandarín para su madre quien no pudo evitar sonreír por dos detalles; cuando Jackson usaba su lengua materna con ella era para hacer la conversación con más cercanía entre ellos y por le amo. Su hijo se había dado cuenta.

— Por fin sientes lo que tu padre y yo vemos en tus ojos cuando miras a Mark, Jackson.

Respondió su madre en el mismo idioma tomando entre sus manos las manos de su hijo quien temblaba por el miedo de que su madre lo rechazara o lo despreciara. Aunque sus padres fueran tolerantes y nunca había escuchado un comentario homófobo no sabía cómo estos se podrían tomar sus sentimientos porque no era lo mismo ser espectador que ser el que lo pasa. Como si su madre pudiese leer su mente o percibir su miedo contestó.

— Se que sabes que Mark es adoptado; que no es tu hermano biológico, nos dimos cuenta el día que nos escuchaste cariño y aunque lo fueras nosotros no somos quien, para prohibirte el amor, cachorro; tu padre y yo... nosotros ya vivimos nuestra vida, ya tomamos nuestras decisiones y ya sufrimos las consecuencias de las mismas; también recibimos el regocijo de los actos correctos. El amor no se excluye, no se repudia, no se condena; se celebra y se acoge con el alma porque eso, cariño; el amor es lo que nos hace mejor persona, nos hace ser siempre mejor para nosotros mismos y la persona que amamos. No te preocupes por nosotros de acuerdo.

Como si hubiesen abierto una válvula que se mantuvo cerrada por mucho tiempo, Jackson lloro sobre el hombro de su madre quien se mantuvo paciente recogiendo todo el dolor y las preocupaciones de su hijo.


brotherhood ; m.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora