capítulo nueve; final.

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Hay muchos momentos en la vida de Jackson que él no cambiaría nunca; por ejemplo: cuando viajó a Estados Unidos porque nunca pensó conocer otro país que no fuese corea; también cuando viajó a disneyland con su familia y se tomó una fotografía con Mickey junto a su pequeño hermano Mark, de igual manera cuando conoció a JaeBum y se hicieron grandes amigos pero ninguno de esos se comparaba al que tenía en aquel momento.

Removiendo un poco sus ojos despertó con la imagen que le gustaría recibir todos los días en su vida, su corazón de manera automática aumentó su ritmo cardiaco cuando sus ojos vieron los labios entreabiertos de Mark soltando ligeros ronquidos, como su piel blanquecina parecía brillar con los rayos solares que acariciaban su rostro sin perturbar su sueño; sus ojitos cerrados, pero sobre todo como sus manitas se aferraban a su cuerpo con fuerza. Movió un poco su cabeza acariciando su nariz con la del menor; una costumbre que tenían entre ellos haciendo que este arrugara ligeramente su rostro dándole el aspecto de un niño; Jackson sonrío, al final del día Mark era su niño.

—MarkiePooh, despierta.

Susurró Jackson en un acento británico que sabía que le gustaba al menor; río, porque le gustaría que esa siempre fuese su rutina. Una sonrisa se formó en los delgados labios de Mark al oír el apodo, abrió ligeramente uno de sus ojos intentando acostumbrarse a la luz que entraba por la ventana encontrándose con la imagen de un Jackson sonriente; suspiró levemente estirando una de sus manos acariciando su rostro con cuidado mientras sus ojos mantenían aquel contacto íntimo, exhaló fuertemente cuando la cercanía del mayor aumento hasta que sus labios se rozaron de manera suave; sutil.

Jackson se acomodó de mejor manera quedando encima de Mark tomando esta vez sus labios en un beso demasiado lento, el menor colocó sus manos encima de los hombros de su hermanastro introduciendo sus dedos en los cabellos del chino; cerrando nuevamente sus ojos disfrutando de la manera en la que sus belfos se acoplaban de manera casi perfecta; dejándose envolver por los sentimientos que ese beso transmitía a su corazón que se encontraba latiendo fuertemente intentando volver a su dueño.

Siendo el rubio el primero quien rompió el beso respirando de manera acelerada no se separó del menor; mantuvo su frente unida a la de Mark mientras sus narices se rozaban en aquella acción que solo ambos conocían; y que para ellos significaba más de lo que podrían explicar.

—Buenos días.

Murmuró Jackson sin abrir sus ojos, el menor movió ligeramente los cabellos de quien se encontraba encima de él colocándolos detrás de la oreja.

—Abre los ojos, cachorro.

Pidió Mark demasiado bajo que si no fuera por la cercanía el mayor no lo hubiese escuchado. Obedeciendo abrió sus parpados mirando directamente hacía los ojos levemente marrones de su hermanastro los cuales se encontraban con un brillo especial.

—Te amo; solo tú, nadie más.

Recitó aquellas palabras que Jackson le había dicho el día que sintió celos por aquella chica que no había vuelto a ver cerca de su chico. Porque desde el día que miró sus ojos, se volvió su chico.

Cuando iba a responder se escuchó un sollozo en su puerta haciendo que girara su cabeza y se encontrara a la madre de ambos siendo abrazada por su padre mientras salían de la habitación y el hombre susurraba miles de disculpas en una mezcla de idiomas de inglés, coreano y chino notándose también un ligero tono rojizo en sus mejillas por haber encontrado a sus hijos en plena declaración.

—Yo también te amo, Markie. Eres mío ahora.

Exclamó Jackson antes de envolverlo en un abrazo haciendo que Mark quedara encima de él quien escondía su rostro el cuello del mayor.

—Supongo que no tengo que presentarte a tus suegros.

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Río fuertemente al oír el idiota salir algo distorsionado de su cuello.

brotherhood ; m.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora