Corazón bueno, corazón roto

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No quería salir, no quería comer, no quería hablar con nadie, simplemente llegué a mi casa con los ojos llorosos, me encerré en mi cuarto y me tiré en mi cama a llorar...

Mi mama trataba de consolarme y hacerme sentir mejor llevándome galletas con chispas de chocolate y vasos con leche, le dije que no hacía falta, hasta quería llevarme a ver a un psicólogo porque en serio estaba preocupada por mí. Le dije que no, no soy una loca demente, y le tuve que prometer que ya saldría de mi cuarto, bueno, en realidad salir de la de la casa

Cuando volví al colegio no quería hablar con nadie (y mucho menos con Johan y Rubí). Johan trató de hablar conmigo para explicarme que no que todo era un mal entendido y que él en serio me ama que no quiere perderme, pero adivina que, ya me perdiste. Dicen que el verdadero amor perdona, yo pienso que el verdadero amor ni siquiera se atrevería a lastimar.

Pasos de cero Donde viven las historias. Descúbrelo ahora