Capítulo 5

3.6K 316 32
                                    

No sé donde estába, no se tampoco en realidad qué sentía. Me encontraba perdida , sin esperanzas suficientes para arrodillarme y rezar para que un Dios o alguien me salvase, me diera una solución.

Continúe caminando por la morena arena a pesar de que mis pies ardían, parecía que cada paso que daba recibía una apuñalada en la planta del pie, pero en ningún momento me quejé. Diablos, esto parecía un desierto, arena y más arena.

Me aferré fuertemente a la chaqueta que llevaba puesta ¿Que carajos hago con esto?  ¡Me estoy asando de calor!.  Jadeé con intensidad y decidí parar mi caminata , cerrando mis ojos con algo de fuerza deseando no estar ahí.

--¿_______?-- escuché decir a unas voces muy familiares, obligándome a abrir los ojos de nuevo. Solté un pequeño grito de sorpresa y a la vez de terror, colocando mis manos delande de mi para mantener la distancia con aquellas personas--¿Que te ocurre hija? -- Contestaron mi madre y mi padre fallecidos a la misma vez.

Mi vista se nubló unos segundos y sacudí mi cabeza con brusquedad un par de segundos, dándome más tarde el lujo de observar el lugar.

El frondoso y verde bosque era lleno por miles de árboles similares a sakuras, parecía como en un cuento de hadas. Volteé mi cabeza algo extrañada,  bajando mi mirada y contemplando unos grandes ojos castaños pertenecientes a una niña.

<<Lyra>> fué lo primero que pensé al ver el rostro de aquella menor, que dibujaba una radiante sonrisa con sus delgados y rosados labios. Entonces caí en la idea de que Lyra y Toby eran bastantes parecidos y que aquella niña de pálida piel también portaba unos rasgos faciales míos.

--Mierda-- Fué lo único qué logre articular con mis labios, observando como los ojos de la niña se entristecían y se volvían de un color rojizo. No sé que pasó, ni cuando pasó, pero la pálida piel de la niña parecía quebrarse tal cual porcelana y desapareció en cuánto el viento acarició suavemente mi oído, cómo si me cantase una pequeña y aliviada nana.



Dí un pequeño salto, abriendo los ojos como platos y dándome cuenta qué aún no me había movido de la oxidada jaula, en resumen: solo fue un extraño y raro sueño. Estire mis brazos intentando espabilarme y me Apoyé en uno de los barrotes qué me mantenía prisionera , bostezando en el mismo acto.

--¿Qué haces? -- preguntó una voz, pillandome desprevenida. Jeff sonrió aún más al verme tras los barrotes alarmada, dejando escapar una de sus inigualables carcajadas. Parecía más bien que le gustaba verme en estas condiciones --No estás tan mal después de estar muerta, solo eres... Más fea de lo que ya eras antes-- Volvió a reír  como un maníaco, retirando sus mechones de cabello largos y oscuros tras su oreja --Me toca "Cuidarte" a , medio metro--



Está noche sería demasiado larga.

Hasta Que Zalgo Nos separe (Ticci Toby y  tú) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora