Tú: A veces eres más molesto que el chicle pegado entre los brackets y cuando te lo digo te enfadas porque eres tan sensible como mis encías. Otras veces me mientes como mi dentista cuando me dice que mi tratamiento acabará pronto, y me afirmas que estás bien cuando no es así; entonces siento que el espacio que tengo entre los dientes es más grande que el que ocupo en tu corazón. Pero, a pesar de todo eso, la sensación que causas en mí con solo mirarme es más bonita que repasar mis dientes sin brackets.
Chica/o: ...
Amiga: *llora de la emoción*
Amiga: Ella realmente te quiere.
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¡Malditos brackets!
ContoEl como los brackets son la peor cosa que te pueden meter en la boca. Si algunas vez los has tenido que soportar, esto está hecho para ti. ¡Malditos brackets! (Por cierto, sé que has pensado mal en la primera frase).