Segunda parte.

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Disculpen las molestias pero no sé porqué wattpad cambió la segunda parte a privado :(



Se dedicó a acariciar el interior de mis muslos por un gran rato, en movimientos lentos, y placenteros de alguna manera, mientras mantenía su mirada fija en mis ojos.

Antes de tomar mi miembro entre sus rasos dedos, me brindó una cálida sonrisa que por un segundo me hizo entrar en un estado de limerencia.
Solo por un segundo.
Comenzó un seguido vaivén que no me agrado ni un poco, empezaba a sentirme asqueroso, mas en dicho momento que sus caricias aumentaron y no pude evitar retorcerme con los ojos cerrados.

¿Qué mierda pasa conmigo?, Dios, me están violando.

- Mhhh... – Gemí mientras me retorcía.
- ¿Lo ves LuHan?, tu cuerpo me conoce, no puedes evitarme.
Iba a protestar, pero el tipo aumento el ritmo prácticamente exprimiendo mi miembro.

Maldición, me estaba dando la mejor paja de la vida.

Y cuando pensé que no podía ser mejor, una sensación helada se apodero de mi glande.
Alterado, levante la mirada para encontrarme con una de las escenas más calientes que solo pude haber visto en alguna película porno de Sasha Grey o alguna de esas heterosexuales amantes de todo a lo que se llame polla, pene y derivados.

- ¡Ahhh! mierda - Exclamé en un pseudo grito.
Un hielo fue pasado deliberadamente por el área de mi glande, totalmente hinchado y rojo (Yo mismo me sorprendí de ver mi pene en esas condiciones).
Cuando la parte superior de mi pene estuvo lo suficientemente fría para el tío, este paso su lengua devolviéndome el calor perdido y enviando sensaciones por todo mi cuerpo.

La mejor mamada de mi vida, joder.

En ese momento recordé a Byun Baekhyun.

Hace dos semanas nos habíamos besado en una de las salas de nuestra facultad y también en uno de los armarios del conserje. Baekhyun me besó de una forma diferente, mezclado con algo más que solo deseo, pero yo solo quería una cosa de él.
Sexo.
Durante una hora (completa) me fundí en su culo, admito que fue delicioso, pero nada de otro mundo, aunque sus mamadas habían sido lo mejor de todo, sí que sabía usar la lengua, joder.

O al menos eso hasta hoy.

Volviendo a lo del violador.
Su lengua seguía moviéndose descaradamente por toda la extensión de mi verga, arriba y abajo, una y otra vez. Cuando sentí que estaba por correrme, el desconocido se detuvo y comenzó a besar mi torso con cuantiosa delicadeza.
- Eres precioso, LuHan.
No respondí, me limite a observar el techo con la respiración errática.
- Quiero que me contestes.
De nuevo no dije ni una sola palabra.
- LuHan, por favor.
Su tono de voz me hizo pensar que estaba afligido por algo, entonces lo observé.
Estaba sentado a un costado de mi cuerpo, recorrí su pálida y delgada entidad.
Bonito, muy bonito.
Su torso con piel blanca y luminosa, casi como la leche, dejaba ver un abdomen trabajado, claro, sin abdominales que lo demostraran pero de todas maneras trabajado. Sus brazos con músculos levemente notorios y su pecho que llamaba mi tacto.
¿Qué coño?
Volví a posar mi mirada en sus abdominales a penas visibles y me encontré con su polla.
Dura, alzada y grandísima.
Mierda.
Pude notar que él se dio cuenta de mi observación en el momento que, involuntariamente, abrí mi boca y delinee mis labios con mi lengua, él comenzó a masturbarse de una manera simplemente dura.
Rayos, quería ayudarle.
Su pene erecto me llamaba, trate inútilmente de librarme de aquellas cuerdas que me mantenían prisionero, pero fue en vano, no se movió ni un poco.
Volví a posar mi vista en su mano que rodeaba su miembro. Él jadeaba, buscando aire, pero en ningún momento quitó la mirada de mi o mi cuerpo.
El hombre se puso de pie (Sin dejar de masajear su pene) y rebusco entre los cajones de un mueble de la habitación. Cuando se detuvo pude observar que se acercaba a mí mientras sostenía tres cosas entre su mano desocupada.
Unas esposas
Una fusta
Y una cadena con un tipo de tenacillas por ambos extremos.
El tío se inclinó hacia mí para besar mi diminuto pezón, casi de inmediato mi cabeza volvió a descansar en la dúctil cama acompañada de un suave suspiro por mi parte.
Sentí que sus manos liberaban las mías y por fin tenía dos de mis cuatro extremidades libres.
Pero solo me dedique a envolverlas alrededor del cuello del desconocido.
Acaricie su sedoso cabello y lo apegue más a mí. Él ascendió hasta mis labios y por primera vez nos besamos.
Fue... Extraordinario.
Sí...
Se apoderó de mis labios, ambas lenguas danzaban en un interminable compás, succione su labio inferior para, después de todo, darle más confianza.
Ya no me iba a detener, no.
Con sus dedos delineo mi contorno con elegancia, caderas, cintura y pecho, sin dejar de lado el deseo, tomo mis brazos entre sus firmes manos, y sin dejar de besarnos, aprisionó nuevamente mis manos con un par de esposas decoradas con plumas negras y cálidas.
Fino.
Las mantuvo atrás de mi cabeza gracias a la fuerza de una de sus manos. Descendió sus besos hasta mi pecho y sin previo aviso (Como todo lo anterior) optó por estimular mis sensibles pezones, lamió, mordió y succino hasta que su color rosa fue aún más notorio.
- ¡Oh mierda! - Las tenacillas del objeto que había sacado del cajón fueron incrustadas en mis sensibles pezones, produciendo una onda de calor por todo mi organismo con destino directo a mi ingle.
Mi erección comenzaba a doler.
Intenté bajar los brazos para empujarlo y que hiciera algo con mi jodida erección pero un fuerte empujón a ellos los devolvió a su sitio.
- Maldición - Me quejé.
- Tranquilo, amor – Susurró en mi oído mientras con sus largos dedos rebuscaba mi entrada provocando leves roces de dorso de su mano con mis testículos.
- No soy tu amor - Agregué en un suspiro prolongado.
Un duro golpe resonó en la habitación y sentí calor, un doloroso calor.
Me había dado una nalgada.
Casi podía ver el color rojo en forma de mano que iba acumulando mi trasero.
Volvió a tirar de mis pezones, pero esta vez el dolor fue reemplazado por placer, y así reiteradas veces en las que lo hizo. El colmo fue cuando uno de sus dedos que habían estado palpando mi pequeña entrada, se adentró de manera furtiva.
- Oh... - Dije mientras arqueaba mí espalda.
Se detuvo de repente.
- ¿Oh qué?
- Oh - Susurre casi inaudible – Exclamativo – Agregué.
- Oh... Oh es mi apellido – Dijo algo ansioso – ¿No lo recuerdas?
- Oh... – Volví a decir, parecía un estúpido juego de palabras.
Mi memoria comenzó a trabajar "Oh", "Oh", "Oh", me sonaba, me parecía conocido, me recordaba a un tío que conocí años atrás en mis prácticas.
No pude recordar nada más y mi dolor de cabeza fue interrumpido por un nuevo intruso en mi entrada. Oh, - como lo empecé a llamar hace unos segundos - , comenzó un duro movimiento de tijeras con ambos dedos dentro de mi ano. Poco a poco sentía como se dilataban los pliegues de mis músculos, al añadir el tercer dedo sentí que moriría, las intromisiones eran cada vez más amenas y me hacían desear más y más.
- Mierda Oh, hazlo ya.
Dije desesperado.
- Como quieras, Hannie.
Hannie
Diablos, el último que me había llamado así era...
Era...
Mis razonamientos fueron interrumpidos por un fuerte dolor en mi entrada.
"Oh" comenzaba a adentrarse en mí.

Cinco años atrás, yo contando con diecinueve años recién cumplidos, me puse a trabajar en una cafetería ordinaria.
Ahí llegaba todo tipo de gente, amable, hipócrita y apresurada.
Pero solo uno llamo mi atención, un hombre de unos treinta años, más alto que yo, posaba usualmente su mirada en mí.
Un día se acercó a mí para preguntar mi nombre, platicar y preguntar acerca de los días en que estaba libre, nos pusimos en contacto y quedamos en vernos un día sábado de octubre, fuimos a un bar, hablamos, bebimos y nos emborrachamos.
Me besó.
Me dijo que hace tiempo había deseado hablar conmigo, le correspondí.
Al pasar los días nos íbamos frecuentando cada tiempo libre del que disponíamos.
Pero algo raro había en él.
Por lo que un día me decidí por seguirlo.

Se empujó suave dentro de mí, supuse que para no provocar algún daño. Su pene era mucho más grande que mis pliegues internos, por lo que comenzó a doler, y bastante.
- Mmmhhh... - Gemí - Más lento.
- Shhh... - Susurró en mi oído.
Posterior a eso se quedó quieto, dentro de mí por supuesto, mientras tanto se dedicó a besar mi oreja, mejilla, barbilla, para terminar en mi boca, me beso duro y tierno a la vez, su lengua invadió mi cavidad bucal trayendo con ello una oleada en mis lagunas mentales.

Salió del trabajo algo apresurado y caminó hasta la estación.
Bajo en Taiyáng, sin notar que era seguido por mí, por supuesto, y se adentró en uno de los condominios de Sichóu moú, extraño.
Antes de que pudiera darme cuenta él sostenía en brazos a dos pequeños de unos cuatro o cinco años y besaba sus sienes, pero lo peor vino cuando una figura femenina lo tomo por la espalda y le plantó un beso en sus pomposos e infieles labios.
No volví a llamarlo.

Un segundo golpe me trajo de vuelta, estaba siendo follado, sus lentas embestidas me volvieron loco, me dispuse a empujarme hacia él en señal de que aumentará el ritmo, y así lo hizo.
Sus frenéticas embestidas no ayudaron a disminuir mis gemidos y sus jadeos, al contrario, ni el hecho de besarnos podía ocultarlo.

- LuHan por favor, escúchame – Me dijo.
- Te reíste de mí, te burlaste de mis caricias, de mis abrazos, de mi amor – Casi podía oír mi voz sollozando.
- No Hannie, tú me gustas, estoy enamorado de ti, tú no entiendes.
- Ah, ¿Sí? – Le respondí – ¿Cómo puedes decir semejante mierda? Cuando tienes una familia de por medio.
- Tú no lo entiendes, llegaste tarde a mi vida.
- No, no es que yo haya llegado tarde, es que tú no sabes aceptar tu puta homosexualidad y lo disfrazas diciendo "No, LuHan, es que llegaste tarde a mi vida", ¿Qué coñazos es eso? – Le grité.
Las siguientes semanas el siguió insistiendo, en vano.
Y luego el accidente.
Manejaba mi automóvil tipo tres de la madrugada y un auto no identificado chocó contra el mío.
Recuerdos borrosos me atormentaron luego de dos meses en coma.

Nuevamente agarro mi polla entre sus dedos y la bombeo con tortura durante varios minutos (Que para mí fue alrededor de una eternidad). En el momento en que ambos estamos por llegar al orgasmo uno de mis espasmos trajo consigo una oleada eléctrica que conecto recuerdos, diálogos, caricias, días, abrazos, sexo, besos y decepción.

"Sehun" Susurró algo dentro de mí.
Entonces comprendí.

- ¡Sehun! – Grité a toda voz.
Nuestras semillas fueron liberadas al mismo tiempo, me percate de la mancha de semen en el torso de Oh Sehun, sí, el hijo de puta de Oh Sehun, todo lo malo en mi vida fue culpa suya, desde mi mal de amor hasta el jodido accidente y en consecuencia mi brutal pérdida de memoria.

- Es un placer que me hayas recordado otra vez, mi querido LuHan - Exclamó acariciando mis mejillas suavemente.
- Te odio, eres un hijo de puta.
- LuHan – Sonrió forzado y con aires de melancolía – Sabes que yo te amo.
- P-pues está claro que yo no – Titubee.
Me dio otra sonrisa, esta vez cálida – Te amo Hannie, no lo olvides... Nos vemos pronto.

Y todo se volvió negro, otra vez.

Fin.

Catturato - HunHan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora