[O1] Ayer.

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Me despierto por el horrendo ruido del despertador, lo siguiente que siento es como mi cuerpo pesa y sin el mínimo aviso siento los cálidos abrazos del suelo.

Genial Elisa, has empezado bien el día eh.

Cuando consigo ponerme en pie lo primero que hago es mirarme en el espejo y me arrepiento al instante.
Las palabras para describirme ahora mismo son: fea, ojos de panda, pelo fregona, fea... Podría decir muchos más pero la verdad es que no me quiero deprimir, y sí, repito fea y lo diría millones de veces más tan solo con verme la cara, como pasemos al aspecto físico ya ni os cuento.

Me siento en el filo de la cama y lo primero que me viene a la mente es un recuerdo de la noche de ayer.

De la fiesta.

Flashback.

- ¡Venga Elisa que te llevo esperando desde hace media hora tía! - me grita mi querida amiga del alma, Sabrina.

- Ya estoy casi lista tranquila - digo mientras salgo de mi cuarto para dirigirme a la cocina, donde estaba ella comiendo como un cerdo.

-Dios... Santo...De...Mi... Vida... - habla con voz de susurro.

- ¿Voy mal? ¿Tengo mal el maquillaje? ¿El peinado? ¡Contesta Sabrina! - casi le grito por la cara de embobada que se le ha quedado que por cierto está perfectamente maquillada, y ya ni hablar de su perfecto cuerpo que atraía a todo bicho masculino.

- ¡ESTÁS PERFECTAMENTE PERFECTA ELISABETH GARCÍA MARTÍN! - consigue reaccionar después de unos segundos a lo que ella me grita aún más fuerte haciéndome dar un paso hacia atrás.

- No hace falta que grites tanto, tú también vas muy bien Sab. - respondo cogiendo las llaves de mi casa.

Minutos mas tarde ya estamos metidas en el coche de Sabrina, lo que me hace preocuparme porque sé que se va a poner como una cuba y no nos va a poder llevar de vuelta. Me arrepiento de haberle dicho que sí a sus ojos de cachorritos hace una semana, justo cuando estamos bajando del coche.

Aclaro que no tiene el carnet, ninguno lo tenemos, y eso me preocupa.
No quiero ser una quinceañera rebelde y en la cárcel por culpa de mi alocada amiga.

Una hora y media. Ha pasado una hora y media y yo sigo aquí sentada en la barra con mi vaso de agua mirando a la gente bailar, fumar, teniendo sexo con ropa y drogándose.
Por no decir de lo bien que se lo está pasando Sabrina, que nada más llegar me dejó sola sabiendo que es mi primera fiesta. Sí chicos y chicas, estoy en primero de bachillerato a punto de comenzar la universidad y yo todavía era un santo.
Volviendo al tema de Sabrina, ella iba guapísima, llevaba un vestido corto (muy corto) de color rojo ahumado con unos tacones negros altísimos y unas trenzas de espigas unidas ya que tiene el pelo muy largo.
Después de analizar a todas las chicas que había allí me recordé el como iba yo, y me deprimí al instante, la única vez que pensé que iba guapa (y sexy) se fue al garete después de verlas.

Estaba por ir al jardín que había justo fuera cuando al estar pasando por la gran puerta alguien me toma del brazo haciendo que me girara bruscamente y chocara con el pecho de un chico bastante musculoso y a la vez bastante guapo.

- ¿Te importa dejar de agarrarme? - le digo enfadada ya que me estaba haciendo daño.

- Y si no quiero, ¿qué? - Me responde con una sonrisa de lado que afirmo que es la típica sonrisa que vuelve a todas las chicas locas por él.

- No me importa que no quieras, suéltame imbécil.

- ¿A quién llamas imbécil, linda? - es decir, le acabo de insultar y lo mejor que se lo ocurre es decirme linda... Este chico tiene un problema.

Logro salir de su agarre y me voy al jardín, cual plan era desde el principio antes de que ese homo erectus llegara a agarrarme.

Siento como un líquido va cayendo sobre mi cabeza y me pongo de pie para ver quien me echó su bebida.

- Escúchame rubita - dice una chica antes de que me diera la vuelta. - Como te vuelvas a acercar a mi chico te agarro de esos pelos feos y mojados que tienes y te los arranco, ¿entendido?

- ¡¿Pero quién mierda te crees oxigenada plástica?! - grito viendo como mi vestido color blanco por las rodillas que hace que se me noten las curvas se mancha de un líquido color morado.

- Déjala en paz Miranda - habla una persona a su espalda - Te lo advierto.

- ¿¡Cómo!? Amor es ella quien me está insultando diciendo que soy una oxigenada plástica - lloriquea (falsamente) la barbie que me acaba de echar su bebida a el homo erectus del principio.

- ¿Estás bien? - me pregunta el chico irresistiblemente violable.

- S...si... - es lo único que puedo decir ya que estoy avergonzada porque todas las personas se ríen disimuladamente.

Después de todo el rollo que me montó la Miranda Oxigenada Plástica, empecé a hablar con el chico que me defendió, llamado Daniel.

- Ahora que te e salvado, me debes un baile nena - me dice el dios griego de mi héroe. Nah mentira, dejémoslo en buenorro.

- Claro, cuando te vayas a soñar me encontrarás - contesto con pizca de gracia en mi tono.

- Me lo debes, ya lo verás como te encuentro rápido. -  se va guiñándome un ojo sin ni siquiera saber como me llamo, él insistió pero no se lo quise decir.

Fin del flashback.

Una voz me saca de los pensamientos.

- Cariño - grita mi madre - Baja a la cocina que todavía no has desayunado y son las ocho y veinte.

Miro el reloj que hay en mi mesa de noche para confirmar la hora.

Mierda

Mierda

Mierda

Efectivamente son las ocho y veinte, y empiezo a las y media.
El pánico se apodera de mi y me visto corriendo sin darme tiempo a mi ducha matutina. Cojo unos vaqueros color negro y una sudadera color burdeo junto con mis vans negras.
Me quito el maquillaje corrido de la fiesta y me maquillo como suelo hacerlo todos los días, corrector, base, colorete y rimel.
Agarro la mochila y por último me echo perfume.

Cojo un donut junto con una barrita de cereales que me echo en la mochila para después.
Salgo corriendo de mi casa atragantándome con mi comida favorita.

«...»

- Para el lunes quiero que tengáis todas las actividades de las páginas 60 y 61 - nos grita la profesora de historia minutos antes de que sonara el timbre y saliéramos corriendo cada uno hacia donde quisiera ya que tocaba el recreo.

Me dirijo a la cafetería para comer un bocadillo y un nestea y poder desayunar civilizadamente.
Estoy sentada en una de las bancas del patio esperando que vinieran Sabrina, Helena y Ana, mis otros granos en el culo también conocidas como mis amigas, confidentes, como queráis llamarlas.

N/A:

Hola amiguiis :)
Tengo que decir que soy como principiante en esto de escribir una novela, libro o como os guste llamarlo, por eso me gustaría que la leyérais y si queréis podéis darme vuestra opinión, votar, seguirme... Os pido que le deis apoyo, me pasaré también por las novelas que estéis escribiendo con gusto y también si está bien os podré seguir :)
Estoy intentando que mi novela esté muy bien, sin errores, sin faltas de ortografía y todo eso, repito que podéis darme vuestra opinión y no pasar de mi os lo agradecería mucho.

Después de todo esto dicho, me despido amiguiss, besoos 🙂❤

I Feel Alive.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora