Bloody Tears

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Laura no fue al día siguiente, ni él siguiente, ni él siguiente, no respondía llamadas, y su madre no quería a Mónica cerca, él corazón de Mónica dejaba de latir...

— Señora por favor, déjeme verla...

— Ya te e dicho que no molestes a mi hija, así que lárgate ahora mismo.

Aquella mujer sentía odio y repulsión hacia Mónica, y no era por su relación, no sabia la señora, era algo más profundo, ¿pero que?

Mónica decidió irse, pero recordó como entrar a la casa cuando la mamá de Laura estaba.

Había una especie de escalera, cubierta por flores y hojas, escalo cuidadosamente, vio que la ventana estaba un poco abierta, y en la cama estaba un bulto cubierto por las sabanas, Laurita... Que te hicieron mi niña inocente... Por que tu...

Mónica abrió la ventana y aquel bulto se movía tratando de protegerse, Mónica se acercó y cuidadosamente le quito la sabana, mala idea... Debajo de ellas estaba Laura... Golpeada, rasguñada, con moretones, algunos mas recientes que otros, y con su pijama rota, Mónica al ver a su amada, cayo al suelo, sus ojos se llenaron de lágrimas, sus ojos se volvieron rojos a mas no poder, yo debí evitar esto...

— Mónica... Vete... No quiero... Que me veas así... Vete... Vete por favor... Olvidate de mi... Vete... — Dijo Laurita con un hilo de voz.

Sus labios parecían que alguien los habían mordido, trataba de taparse con los vestigios de su pijama de pusheen, tenia mordeduras en todo él cuerpo, los golpes se confundían con los chupetones, por su condición, alguien la ataco en la noche o en la madrugada...

— No mi amor, no te dejaré, dime quien fue él hijo de puta que te hizo eso, dime amor... — la voz de Mónica se quebraba a cada palabra.

Laura lloro nada mas, solo lloro...

— Laura, hija ¿Estas bien? — hablo aquella mujer, se movió la perilla de la puerta y antes de que se abriera...

— Estoy bien mamá, estoy en mis malditos días, no quiero estar con nadie ahora...

La mujer volvió a cerrar la puerta y se marcho, dejando nuevamente a Mónica y a Laura solas.

— ¿Quien fue amor...?

Mónica se acerco y al tocar su mano Laura reacciono de una manera violenta, se cubría con su sabana y pedía que se fuera, Mónica pedía a Laura él nombre de su atacante...

— Mont... Se... Rrat... Me... Violo... Una y otra vez... Todos los días... Cada noche... Vete... No te quiero ver... Vete...

Mónica se fue, se fue pero a buscar a Montserrat, la haría pagar por lo que le hizo a Laurita, por lo que le hizo en él pasado, por todo, sabia donde estaba, cada día después de la escuela siempre iba a ese lugar, no importa lo que pase, se vengaría.

Montserrat estaba tranquila en una banca en él parque, dándole de comer a las tortuguitas del lago.

— Hija de puta — se escuchó y un golpe la tiro de la banca.

— Levantate — esta vez le acompaño una patada, Montserrat se levanto rápido y empezó a reír.

— Ya sabes que paso ¿verdad?... Ella disfruto en los brazos de una verdadera mujer lo que es él placer, le di lo que nunca tu le diste, deberías estar agradecida...

Y antes de que dijera otra cosa Mónica se fue contra ella, pero fue lenta, Montserrat le acesto tres golpes en él rostro, rompiéndole la nariz, y rematando con un golpe en la quijada, dejando a Mónica tirada.

— Eres patética, siempre lo fuiste — dijo Montserrat antes de irse.

En urgencias solo pensaba en como hacer pagar a Montserrat, la policía no haría nada, así que tenia que hacerla pagar...

Laura se baño por décima ocasión, no quería verse al espejo, no quería que la vieran todos, esa noche empezó a llover, sus lágrimas se irían con la lluvia.

— Perdón mi amor, te amo mucho...

Se dirigió a su cama, puso su móvil en su mesita y miro a la puerta, en eso un relámpago ilumino todo y una sombra se marco, al voltearse una mano le tapó la boca

— Es hora de un nuevo juego, y si dices algo la perra o la enana lo pagaran jejeje jajaJAJAJAJA...

PolillaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora