XXVIII

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[...]

La niña sólo lo queda mirando hasta que estira sus pequeños brazos hacia él y Justin tarda en darse cuenta de que su hija quiere estar en sus brazos. Cuando la carga, rápidamente la abraza con tanta fuerza que olvida que es una simple niña y que seguramente le está haciendo daño a su cuerpo, pero no quiere soltarla, no quiere desaprovechar más esta oportunidad de ser un buen padre y de alejarse de ella como también de Kelsey.

—Papá—se queja Abie mientras hace una mueca.

Rápidamente a Justin le recorre un escalofrío por toda la columna vertebral hasta la punta de sus pies al escuchar ese ápodo; "papá". Nunca nadie lo ha llamado así, ya que esta es la primera vez que ve a uno de sus hijos vivos, claro esta, y es por eso que no quiere dejar pasar ninguna oportunidad que se le interponga en el camino.

Desea tanto enseñarle a tocar piano y recomendarle buenos libros, o simplemente a animarla a adentrarse a la escritura. Drew siempre ha querido heredar sus más grandes dones a sus primogénitos, y Abie era esta.

—Lo siento—murmura para luego soltarla al bajarla, se queda de cuclillas y estira una mano a su cabello para acariciarlo mientras observa su rostro. Sus ojos son iguales a los suyos, pero su nariz y sonrisa son de Kelsey, y la expresión de esta en sus ojos también le pertenecen a ella, en pocas palabras, es perfecta.

—¿Quieres entrar?—pregunta Kelsey apoyada en el marco de la puerta, él la mira y sonríe—Hemos hecho galletas—sigue con la mirada a Abie la cual corre hacia dentro y se levanta.

—Está bien—Kels sonríe y besa dulcemente los labios de Jay, el cual corresponde haciendo notar la necesidad que ha tenido de besarla.

(...)

—¡Mami!—Abie jala el pantalón de Kelsey para que esta se esconda en el armario junto a ella, lo hace, y ambas esperan en silencio a que Justin las encuentre. Luego de un rato, las puertas se abren.

—¡Las encontré!—la niña chilla cuando la jala de uno de los pies, hacia afuera y ríe con fuerza. Los tres ríen y se acuestan en la alfombra tratando de dejar de calmarse.

Cualquier que los viera diría que son la familia más feliz y perfecta habida por haber, y es cierto que son felices, pero no perfecto, pues, nadie lo es.

Con respecto al pasado, Kelsey decidió no hablar del tema y Justin estuvo más que de acuerdo, ya que no valdría la pena volver a recordar malos y viejos tiempos.

Así que decidieron comenzar de cero, con Abie en medio, decidieron ser felices ignorando todo lo malo que una vez pasó y seguramente pasará, porque así es la vida, tendrás cosas buenas y malas, pero estas son para que luches para seguir adelante, y si realmente lo quieres, lo lograrás, lucharás contra todo y todos sólo para conseguir tu felicidad.

Fin.

Kelsey Adams© | jbDonde viven las historias. Descúbrelo ahora