Capítulo Tres

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Cuando JongDae conoció a MinSeok  llevaba apenas los ojos a la vista del mundo. Esa noche, entró en la tienda con una capucha y una mascarilla cubriendole la mitad del rostro.

Había estado cuidando a sus sobrinos mientras su hermano viajaba por el día a Busan por temas de trabajo. Al principio no le había parecido mala idea, a JongDae le encantan los niños y más aún cuando tienen sus genes al momento de bromear y vivir el día a día, lo malo vino cuando llegó a su casa e intentó quitarse el maquillaje que la pequeña Soeul había esparcido por toda su cara.

Intentó quitárselo con jabón, shampoo, e incluso usó el detergente de ropa, pero nada había funcionado así que se vio obligado a salir a comprar alcohol como última opción.

Cuando entró a la tienda pensó en que debería aprovechar el viaje y comprar de una vez lo necesario para la semana. Recorrio los pasillos con una canasta colgada del brazo echando dentro una que otra cosa.

Al pasar por la sección de las sopas instantáneas, le llamó la atención un chico un poco más bajo que él, colgado de la estantería intentando bajar más ramen de pollo aún cuando en su canasta ya llevaba unos quince. Seguro iba a abastecerse para el mes completo y no tendría que ir a la tienda cada cinco minutos como JongDae.

Que ser humano más inteligente~

Se quedó esperando a que el chico alcanzara de una vez sus paquetes para poder tomar las suyas, pero al ver que se estaba tardando mucho se acercó para ayudarlo.

Fue en vano, porque el pequeño pareció resignarse en el mismo momento que JongDae estiró el brazo para tomar la sopa por el. De hecho, incluso pareció que nunca notó la presencia del moreno, porque caminó igual de tranquilo que si no hubiera nadie a su alrededor y pronto se perdió de vista.

Pero JongDae sí que lo notó.
Y alcanzó a observar lo suficiente para saber que nunca había conocido un rostro tan impresionante como el de él.
Ojos y mejillas grandes, nariz fina, labios... joder, sus labios.

Asi que se apresuró a tomar una sopa y salir corriendo a la caja para pagar.
Supuso que se veía como un puto psicópata vestido de negro y escondido en la entrada de la tienda, pero esos pensamientos abandonaron su mente cuando el mismo chico salió del local y caminó calle arriba.

JongDae iba hecho un mar de pensamientos que se paralizaron cuando vio al chico entrar en el edificio que estaba al lado del suyo. Se preguntó cuales eran las probabilidades antes de correr a su departamento.

Cuando llegó, ni siquiera encendió las luces, solo siguió derecho hasta la ventana más grande y vio como unos segundos después la estancia se iluminaba.

Madre mía, no puede ser...

Y puede que desde ése día, Kim JongDae haya abierto su ventana con más frecuencia, haya cantado sus karaokes de fin de semana con más sentimiento e incluso, haya olvidado más cosas en la tienda para regresar y encontrarse una vez más con la pequeña ardilla.

Su decepción fue aumentando con el paso de las semanas.
Simplemente no podía ser que fueran vecinos y él solo lo haya visto una sola vez.

También era injusto.
JongDae no podía creer que se había enamorado de una persona a la que vio por menos de tres segundos.

Pero así era. Incluso casi salta de alegría cuando el pequeño se subió al auto de ChanYeol esa noche.

Siempre se burló de su amigo por ser taxista, pero maldita sea, ahora se lo agradecería toda la vida.

Incluso cuando han pasado cuatro días en los que lleva pegado a la ventana esperando por ver a Minseok sin resultado alguno.

Había pasado el rato pensando en las razones que harían que el chico pidiera un taxi desde una plaza, pasada la media noche y vestido como un modelo de revista para adolescentes.
De hecho, su corazón se aceleró cuando la idea de que MinSeok había sido plantado de alguna cita llegó a su mente.

JongDae se dio cuenta que no sabía nada de él, tal vez tenía novio o algún pretendiente, tal vez ni siquiera era gay, pero ahí estaba, pensando que no quería que nadie lo hiciera sufrir, que nadie lo besara, lo abrazara, lo acariciara...

Y definitivamente no quería que MinSeok volviera a deambular solo por las calles a ésas  horas.

Se apartó de la ventana con determinación y salió rápido de su edificio para ir hasta el del frente. Suspiró al notar que la enumeración de los departamentos era distinta, tendría que llegar por orientación exterior.

Esperaba no hacer el ridículo si se equivocaba y una señora de edad, con veinte gatos, lo recibia. A pesar de sus nervios se aseguraría de esperar a ver quién era la persona frente a el antes de soltar algo como Hey, MinSeok, llevo días esperando verte, asi que ¿porqué no te llevo a comprar sopas instantáneas?

What's the situation? || ChenMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora