Uno

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Daehwi daba vueltas en su cama, debatiéndose si llamar a su pareja o dejarlo así e ignorar que ya era más de media noche y el pelinegro no llegaba a su departamento. Al final, lo ignoró igual que siempre.

El castaño se sentía pequeño en esa enorme cama, y la falta de su amado era casi asfixiante, ¿cómo se supone que seguiría soportando ese dolor en su pecho y la ausencia de aquel fornido cuerpo protegiendo su pequeña existencia?

"Volveré antes de las 10pm", le había dicho el pelinegro antes de salir por la puerta exactamente a las 6:30 pm y dejar a Daehwi con un puchero en su lindo rostro. Él castaño sabía que mentía, pero aun así prefería mantenerse en silencio, porque si decía algo era probable que su pareja no volviera a casa nunca y lo dejara para siempre. Daehwi no podría soportar eso.

El chico aún recuerda el día que su corazón no volvió a ser el mismo; era un domingo por la tarde, el amor de su vida le había dicho que su jefe lo necesitaba de último minuto, al castaño no le parecía sospechoso ya que llevaba más de dos meses en la misma situación, por lo que lo dejó ir y él se quedó en casa viendo la televisión.

La pareja llevaba más de medio año planeando la adopción de un pequeño, pues querían agrandar la familia y darle la oportunidad de ser feliz a un niño. Había sido difícil encontrar un lugar que aceptara padres del mismo sexo, pero tras una ardua búsqueda conocieron un lugar e inmediatamente fueron a ver; les hicieron la entrevista y dieron un recorrido en el que conocieron a la niña de sus sueños; ambos podían imaginarse llevando a la pequeña a la escuela, el parque, el cine, a conocer a los abuelos... Era perfecto.

Metieron la solicitud y todo el papeleo lo más rápido posible (dentro de lo que cabía), sólo les faltaba recibir alguna noticia de la institución.

Aquel domingo Daehwi estaba descansando en su sala, y en medio de una película su celular sonó anunciando la llegada de un correo y seguido entró una llamada telefónica.

"¿Lee Daehwi? Me complace informarle que usted y su pareja han pasado los primeros filtros del proceso de adopción. Si están dispuestos, pueden venir a visitas a Sonhye el fin de semana próximo."

El castaño se levantó de un salto y comenzó a reír y gritar de la felicidad ¡Su vida sería perfecta ahora! Realmente no podía creer que aquello le estaba pasando a él, ¡Necesitaba decirle a su príncipe!

Daehwi tomó el celular y lo llamó, 5 veces, pero no respondió a ninguna. Pensó en dejarlo así, ¡pero no podía esperar a que él llegara para decirle! Se vistió y arregló un poco y en menos de una hora ya estaba camino al lugar de trabajo de su pareja.

Al llegar, el secretario –quien se había hecho amigo de Daehwi –le informó que el joven estaba en su oficina y con una sonrisa le permitió subir a la sección donde laboraba el pelinegro. Daehwi subió al elevador con una sonrisa de oreja a oreja, cualquiera que lo viera se podría contagiar de su felicidad, se frotaba las manos nervioso, pensando en cómo iba a dar la noticia.

Llegó al piso de su pareja y más calmado caminó hasta su oficina, el joven iba a abrir la puerta lentamente, pero sonidos que hubiera deseado no haber escuchado nunca le impidieron realizar la acción.

Daehwi se quedó congelado frente a la puerta de madera, no, no, no... aquellos sonidos no eran reales, sólo producto de su imaginación. Después hizo algo de lo que se arrepentiría toda su vida; con el cuerpo tembloroso y una pequeña esperanza, se asomó ligeramente entre las persianas que estaban cerradas y por una rejilla pudo ver la imagen que destrozo su corazón en mil pedazos.

"Dongho... ah... más rápido"

El castaño se tapó los oídos y apretó los ojos con fuerza, eso no era real. Era sólo un sueño y despertaría en cualquier momento.

UnfaithfulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora