I'm gay, would you hug me? « pcy + bbh »

#OO ; « Kim Jongin »

Si las personas le huían a Kim Jongin, a pesar de su gran atractivo, era por algo.

Baekhyun había sido testigo de ese algo en distintas ocasiones, pero por alguna estúpida razón que iba más allá de su entendimiento, no le había quitado aún la copia de llaves que el mismo Jongin se había sacado un tiempo atrás.

Diría que había sido el peor error de todos sus veintitantos años de vida, pero sería mentirse descaradamente.

El peor fue llamarle a media noche para llorar sus penas.

Jongin no necesitaba excusas para salir de su casa en bata y bajar unas diez cuadras en bicicleta hasta la solitaria casa de Baekhyun, pero si tenía una razón para hacerlo, mejor; Baekhyun nunca debió darle una razón, porque cosas malas pasan cuando le das a Kim Jongin una razón. Todos lo sabían, la llamada ley de vida.

-¿En qué estaba pensando? -se lamentó.

Jongin en frente suyo -más cerca de lo que a su comprometido corazón le gustaría- rió como el maniático que era y Baekhyun temió aún más por su futuro incierto en manos de un demente.

-En que no respiras si no es por mí -respondió con seguridad y presunción, intentando hacer algo con los nudos en el cabello de Baekhyun.

Baekhyun hizo una mueca de dolor que nada tenía que ver con el peine que lo estaba dejando parcialmente calvo.

-Jong, aprecio en serio que hayas venido a consolarme y que estés siempre cuando lo necesito-

-Tienes cabello de haber follado, Baekhyun, por dios.

-Sí, lo que sea. La cosa es, tú, esto, es ridículo; digo, ¿me estás viendo? Estoy en depresión, con un suéter tres tallas más grande que me puede ganar una paliza en el lugar equivocado y- yah, ¡¿me estás escuchando?!

-Nunca, bebé -Baekhyun lo apartó de un manotazo en la cara-. ¡Ouch, bestia! ¿Qué quieres?

Baekhyun resopló frustrado, con Jongin, con la vida, con la diferencia horaria entre Asia y América, con su considerado ser que no le permitía llamar al idiota de su novio para quejarse de su abandono y sobretodo consigo mismo, por no ser un poco más egoísta de pedirle que se quedara.

-¿Qué hay con América? La carne allá no es ni la mitad de buena que la nuestra. No sé para qué quieren a alguien que ni siquiera sabe priorizar sus necesidades.

Jongin se cruzó de brazos con esa aura de reproche homosexual que parecía rodearlo siempre.

-Y según tú, ¿cuáles son sus verdaderas prioridades?

Baekhyun no lo pensó mucho y con todo el sentimiento mal reprimido contestó.

-Estar con su novio, evidentemente. Comprar pizza de pepperoni, criticar la pornografía del canal ocho, recrear la pornografía del canal ocho. Quiero que venga con su arrogancia y humor negro a decirme lo afortunado que soy de tener un novio súper dotado y restregarme en la cara su coeficiente intelectual superior al mío. ¿Dónde está mi Narciso coreano cuando lo necesito? -lloriqueó patéticamente al final.

¿En qué punto se había difuminado tanto la línea entre lo patético y lo aceptable?

Probablemente desde el mismo momento en que a alguien se le ocurrió que un coreano tenía oportunidad en el extranjero.

-Wow, ¿su relación siempre fue así? Porque es básicamente una guerra de egos inacabable.

Baekhyun ignoró a su mejor amigo como ignoras una verdad tangible, porque era consciente de lo mucho que su amor propio salía a pelear contra el de su querido novio, más a menudo de lo saludable.