ME ENCANTA verte hablar. Ver cómo sobre tus mejillas tan firmes unos débiles hoyuelos se plantan con ternura y timidez, a la vez que mis ojos curiosos se deleitan con el placer de ver cómo aparecen y desaparecen al compás de tus palabras.
Me encanta también escuchar cómo hablas. Con tanta sutileza te dejas oír, mientras yo desesperadamente intento escuchar cada vez más y más de tu dulce voz de cereza.
Oh, y tu boca. Tu boca tan pequeña y bien hechesita, que preciosa, si me la llegas a acercar, pierdo la cabeza. (Vos también perderías algo: un beso que te tendría que robar) (Más que robar: pedir, rogar, mendigar, soñar...)
Me encantan tus pecas y la manera en qué pecas. Qué mujer tan pecadora eres cada que me miras y me muero de ti. Cada que te vas y estoy triste por no haberte besado. Cada que estás y en ti están todas éstas cosas lindas de ti,
que
sabes
que
me
encantan.
ESTÁS LEYENDO
cosas que quisiera poder decirte (agosto-17)
Poetrya veces por miedo, por ansiedad (mayormente), o por simplemente pensar que no necesitabas ni querías oírlo ahí te va